Este fenómeno afecta la manera como se debe educar a las nuevas generaciones, no solo en contenidos, sino en actitudes y competencias para enfrentar con éxito los desafíos de un mundo hiperconectado que cambia a velocidades nunca antes vistas.
Este fenómeno afecta la manera como se debe educar a las nuevas generaciones, no solo en contenidos, sino en actitudes y competencias para enfrentar con éxito los desafíos de un mundo hiperconectado que cambia a velocidades nunca antes vistas.
Si realmente se está prestando atención a las últimas tendencias del mundo laboral- el de la producción y el trabajo- es evidente que este no puede estar separado de los progresos que se observan agudamente en todos los frentes, particularmente el de las tecnologías, por tanto, es de particular importancia dar una mirada a las reflexiones derivadas del documento Tendencias Globales de Capital Humano 2016.
En las líneas introductorias se expresa que los cambios globales tales como el aumento de la brecha generacional, el avance tecnológico, y un nuevo contrato social entre empleados y empleadores están alterando rápidamente los modelos de negocio tradicionales y la naturaleza del trabajo, hay que considerar las causas de que impulsan los cambios y que obligan a reorganizar y rediseñar las organizaciones alrededor del mundo.
Se calcula que actualmente más de la mitad de la fuerza laboral está compuesta por los aquellos denominados "millennials", también denominados Generación Y, las personas nacidas entre 1980 y 2000, una generación con grandes expectativas con respecto a incentivos, aprendizaje constante, oportunidades de desarrollo y progreso profesional, desafiando a los de mayor edad a cambiar sus modos y usos, o que se subordinen de sus colegas más jóvenes.
Un segundo impulso se genera en los avances de la tecnología digital, que está transformando los modelos de negocio y cambiando radicalmente tanto el lugar como la forma de trabajar. Por una parte, los teléfonos celulares, las impresoras 3D, la informática cognitiva, están cambiando cómo las organizaciones diseñan, crean y entregan sus productos y servicios y, por otra, los cambios digitales y las redes sociales están modificando las relaciones laborales de las organizaciones.
Este fenómeno afecta la manera como se debe educar a las nuevas generaciones, no solo en contenidos, sino en actitudes y competencias para enfrentar con éxito los desafíos de un mundo rápidamente cambiante y altamente conectado, incluso para actuar frente a un escenario propio de la "teoría del cisne negro", es decir, eventos poco probables, pero de alto impacto.
Según un informe del Foro Económico Mundial 2016, El 65% de los niños que entraron a la educación primaria este año va a terminar trabajando en empleos que hoy ni siquiera existen, se estima que el mercado del trabajo cambiará drásticamente y el 60% de los actuales empleos habrán desaparecido dentro de 15 años. A lo anterior se suma que la demanda de trabajo en tecnología y ciencias es una tendencia mundial de rápido crecimiento.
La Fundación Chile estima que "hoy día, los niños en Chile no tienen un conocimiento adecuado de las ciencias, las matemáticas y la tecnología, y, por otro lado, no tienen una experiencia de aprendizaje que sea motivadora, inclusiva e innovadora, relacionada con el desarrollo de proyectos", por lo cual ha efectuado algunas experiencias en este sentido, formando grupos de niños para la nueva alfabetización: escribir, leer, codificar y programar. Ello, junto al desarrollo del pensamiento crítico y de habilidades como la colaboración, continuando otras experiencias en igual dirección.
La educación de los niños chilenos, a la espera de los resultados de propuestas aun irresueltas, merece una consideración muy seria al futuro próximo, o terminarán perfectamente capacitados para trabajar en un mundo que ha dejado de existir.