El nuevo Plano Regulador es un instrumento de reacción y diagnóstico, que revela con claridad una entidad vital y creciente, un polo demandante de desarrollo, el tipo de problemas que abre la puerta a las oportunidades.
El nuevo Plano Regulador es un instrumento de reacción y diagnóstico, que revela con claridad una entidad vital y creciente, un polo demandante de desarrollo, el tipo de problemas que abre la puerta a las oportunidades.
No es demasiado frecuente que los medios de la capital dediquen espacios a las provincias del reino y menos a la ciudad más grande del país después de Santiago, pero Concepción tiene las capacidades para hacerse notar, mucho más si en realidad los ciudadanos y las autoridades asumen en estricto rigor y con la voluntad y continuidad requeridas, el desafío de crecer sustantivamente.
Se ha descrito las características del Plano Regulador Metropolitano que diseña los sueños de desarrollo de la ciudad desde el último plano regulador, efectuado en el año 2003. No ha pasado inadvertido el hecho que a pesar de las tendencias de la población a moverse hacia el centro, o a buscar mejores destinos en el norte, la población penquista haya crecido en medio millón de habitantes.
El nuevo Plano Regulador incorpora a las doce comunas de la provincia y busca poner al día a la segunda ciudad más grande del país en el marco normativo para construcciones, mejorar la conectividad, delimitar áreas verdes de uso intercomunal y definir los nuevos espacios de ocupación habitacional.
En lo relativo a conectividad urbana e intercomunal, es evidente la necesidad de descongestionar el área metropolitana. La capital del Bío Bío aumentó su parque automotor en 127% en el periodo descrito, llegando a 560 mil vehículos, por su parte, las comunas de San Pedro de la Paz, Concepción, Talcahuano, Chiguayante y Coronel, también presentan altos índices de crecimiento y elevados niveles de congestión.
El Gran Concepción, que en 2003 estaba compuesto de seis comunas, sumó cinco a la conurbación, solo la más nueva, Hualpén, creada en 2004, casi dobló la superficie construida. El significado de este crecimiento, según cifras del Ministerio de Vivienda, es que si en 2003 la ciudad contaba con 18.300 hectáreas urbanizadas, en el presente año ha alcanzado la cota de 34.800. Otras comunas que se añadieron a la conurbación, en los municipios de Coronel, Tomé y Hualqui, son consideradas el nuevo Plano asignando 22 mil hectáreas para nueva urbanización. Esto decir, más de lo que la capital del Bío Bío tenía edificado a comienzos del milenio.
Es preciso armonizar con espacios disponibles para la industria, que ocupa 2.900 hectáreas en la ciudad, sobre todo cerca de los puertos de Coronel y Talcahuano con los espacios para áreas verdes intercomunales, y las lagunas emblemáticas y características de la Región, resguardando los recursos de valor natural y paisajístico como la Reserva Nacional Valle Nonguén, que debe incorporarse como un recurso protegido.
Por otra parte, al concentrar la Región del Bío Bío el 20,6 por ciento de la generación nacional de energía eléctrica del país, además de una parte importante de la industria nacional, se hace indispensable su regulación, sobre todo de aquellas que se pueden clasificar de nivel intercomunal, para lo cual el Plano Regulador define parámetros que identifican aquellas Infraestructuras y actividades productivas y cómo estas deben localizarse en el territorio, asuntos que son de competencia de este instrumento.
El nuevo Plano Regulador es un instrumento de reacción y diagnóstico, que revela con claridad una entidad vital y creciente, un polo demandante de desarrollo, el tipo de problemas que abre la puerta a las oportunidades, una tarea que debe enfrenarse con decisión, con optimismo y con clara visión de futuro.