Editorial

Educando niños para la sociedad

Alguien descubrió que los niños no estaban realmente operativos para ser educados hasta la conocida como edad escolar, es decir, a partir de los seis años, o algo así. Como la ciencia no descansa, esta vez han descubierto que el cerebro del hombre empieza a aprender desde la vida intrauterina, de ahí a los parvularios había un solo paso, a estudiar se ha dicho, desde que abrimos los ojos y para siempre.

Por: Diario Concepción 03 de Septiembre 2016

Alguien descubrió que los niños no estaban realmente operativos para ser educados hasta la conocida como edad escolar, es decir, a partir de los seis años, o algo así. Como la ciencia no descansa, esta vez han descubierto que el cerebro del hombre empieza a aprender desde la vida intrauterina, de ahí a los parvularios había un solo paso, a estudiar se ha dicho, desde que abrimos los ojos y para siempre.

Se escaparon los niños romanos, solo a los siete años, pasaban de manos de las mujeres a las del padre, quien se ocupaba en lo sucesivo de su educación, hay un testigo famoso; según Plutarco, de la educación del hijo de Catón el Viejo era muy elemental: "Cuando ya empezó a tener alguna comprensión, él mismo empezó a enseñarle las primeras letras, más tarde, un esclavo llamado Quilon le enseño a conocer las leyes y le ejercitaba en la gimnástica, a manejar las armas, a gobernar un caballo y a vencer nadando las corrientes y los remolinos de los ríos".

Más tarde la estructura estaba más armada, había una escuela primaria, la ludus magíster, con un programa de lectura, escritura, cálculo, y una disciplina muy rigurosa con frecuentes castigos corporales. Sigue la educación secundaria, sólo para varones, impartida por la del grammaticus, entre las disciplinas, el tirocinium fori, el indispensable aprendizaje para la vida pública, la educación cívica de la época.

En cuanto a aseguramiento de calidad, el emperador Juliano, en el año 362, dispuso que cualquiera que deseara ejercer la docencia debería obtener previamente la autorización del concejo municipal y la ratificación del emperador. No hay sorpresa alguna en considerar indispensable evaluar a los profesores. Nihil novum sub sole.

Etiquetas