"El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de los ciudadanos interesados. Toda persona deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades públicas, incluida la información sobre los materiales y las actividades que ofrecen peligro en sus comunidades".
"El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de los ciudadanos interesados. Toda persona deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades públicas, incluida la información sobre los materiales y las actividades que ofrecen peligro en sus comunidades".
La sostenida polémica relativa al proyecto del Terminal de GNL Penco-Lirquén, tiene repetidos antecedentes y, sin embargo, estos no han sido suficientes para lograr que los actores más claramente involucrados hayan avanzado en la facilitación de los acuerdos necesarios para que iniciativas de esta naturaleza, por otra parte indispensables, lleguen a buen término.
Las argumentaciones de los colectivos que se oponen, muchas veces con más virulencia que conocimiento de causa, se explican justamente por esta última circunstancia; el conocimiento de la situación, que no ha sido transparentada con suficiente efectividad por los impulsores del proyecto, confesión de parte incluida.
El proyecto anterior, Octopus, fracasado por similares falencias comunicativas y de socialización, se ha transformado en el proyecto perjudicial y agresivo por antonomasia, de tal manera que su sola mención, haciéndolo equivalente a otros proyectos de parecida naturaleza, no importa cuán mejorados o plenamente diferentes, son inmediatamente rotulados e injustamente agrupados en el tipo de iniciativas que han de ser rechazadas hasta el fin de los tiempos.
Es otra de las caras del desarrollo, que debe conformarse según el concepto de sostenibilidad; "un desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades", según la definición empleada por primera vez en 1987 en la Comisión Mundial del Medio Ambiente de la ONU, ante los crecientes indicios de que el medio ambiente se estaba deteriorando a escala mundial.
Para la ONU la cuestión del medio ambiente es parte integrante del desarrollo económico y social, sin embargo, encontrar un punto de equilibrio, lograr esos desarrollos sin empeñar el futuro ambiental, es un asunto por resolver y hasta el presente motivo de duro enfrentamiento en la búsqueda de soluciones en cada particular circunstancia. Aun así, en general, el medio ambiente ha seguido deteriorándose y se han agravado ciertos problemas como el recalentamiento de la Tierra, el agotamiento de la capa de ozono y la contaminación del agua, mientras que la destrucción de los recursos naturales se ha acelerado rápidamente.
El proyecto de Biobíogenera ha sido aprobado por la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región, tras dar debido cumplimiento a todos los criterios de las normativas de protección ambiental vigentes, sin embargo, hay grupos que se oponen, llamando a las instalaciones "zonas de sacrificio".
En el proyecto ha faltado, sobre todo, la falta de observación al principio 10 de la Declaración de Río sobre el medio ambiente y el desarrollo, redactada en 1992: "El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda… toda persona deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades públicas, incluida la información sobre los materiales y las actividades que ofrecen peligro en sus comunidades".
En este mismo medio, ante circunstancias similares, se ha reiterado la necesidad de sincerar los proyectos con las comunidades desde el inicio y no actuar ante hechos consumados, sin embargo, las duras lecciones de las decisiones a espaldas de las comunidades no terminan de ser suficientes como para concluir que el respeto a las personas es indispensable.