Editorial

Como hueso de santo

Hay términos que la cultura nacional contemporánea tiende a olvidar, asunto normal en el comportamiento del lenguaje vivo, que evoluciona para dejar atrás lo que ya no sirve, pero en determinadas situaciones no es bueno dejar que frases repletas de vieja sabiduría se extingan sin pena ni gloria.

Por: Diario Concepción 12 de Julio 2016

Hay términos que la cultura nacional contemporánea tiende a olvidar, asunto normal en el comportamiento del lenguaje vivo, que evoluciona para dejar atrás lo que ya no sirve, pero en determinadas situaciones no es bueno dejar que frases repletas de vieja sabiduría se extingan sin pena ni gloria.

Como ejemplo ilustrador de esta eventual pérdida patrimonial del lenguaje está la que sigue, que recomienda tomar todo tipo de resguardos y protecciones ante la posible amenaza de pérdida, deterioro, o daño de un objeto de enorme valor económico o sentimental. Frente a alguna circunstancia de esta naturaleza, se solía comentar que uno cuidaría de aquello "como hueso de santo". 

La comparación se establece al recordar a las reliquias, obtenidas no pocas veces después de arduas negociaciones y, en consecuencia, devotamente custodiadas por algunas iglesias, que eran, precisamente, un pedazo del esqueleto de un santo varón o intransable doncella.

En razón de lo anterior, sólo las iglesias de mayor importancia tenían el privilegio de cuidar alguno de estos vestigios, no pocas veces la razón de su fama y motivo de frondosos y redituables peregrinajes de fieles en busca de milagros, sanación, felicidad, o fortuna, los que podían ser invocados en la cercanía máxima con la reliquia y de ese modo usar a su poseedor original como altísimo intermediario ante los poderes mayores. 

A nadie le falta un santo para encomendarse, se sugiere elegir un santo o santa que no sea demasiado conocido o conocida, por la posibilidad que los de más alto perfil tengan tal cúmulo de solicitudes que la nuestra quede en carpeta por tiempo indeterminado.

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