Destaca el protagonismo de Biobío al recibir pacientes de otras regiones contagiados con coronavirus; sus largas y constantes cuarentenas; así como, también, la pérdida de una de sus principales autoridades de Salud producto del virus; y el inicio de la vacunación, que da una luz de esperanza a sus habitantes.
La Región desde el inicio de la pandemia tiene un rol protagónico. Si bien el caso uno del país era de un paciente de Talca, que se contagió en Europa, fue en Concepción, en el Hospital Guillermo Grant Benavente, donde se procesó la muestra que confirmó el primer contagiado de coranavirus del país.
La detección del virus, que se realizó a través de un test PCR (reacción en Cadena de la polimerasa por sus siglas en inglés), fue la que confirmó el 3 de marzo que el virus había llegado a Chile.
Seis días después de dicho hallazgo, la Seremi de Salud del Biobío reconoció la enfermedad ya estaba en la zona. El afectado, un hombre de 38 años, residente de Laja, que había sido atendido en el Hospital de Los Ángeles, dio positivo a coronavirus tras un nuevo PCR practicado en el Hospital Regional.
Durante meses, los contagios por coronavirus se mantuvieron estables en la Región, permitiendo así absorber las necesidades de otras como la Metropolitana recibiendo a cientos de infectados, situación que a casi un año de la llegada del virus a Biobío ha cambiado drásticamente.
Ahora, es la Región la que solicita ayuda, la que necesita bajar los casos y que tiene a casi un millón de personas de nueve comunas confinadas, buscando controlar la pandemia que contabiliza 1.323 muertos, entre ellos Carlos Grant, director del Servicio de Salud Concepción, primera autoridad del área que sucumbe al virus.
El proceso de vacunación va en franco avance, con un 81,45% de la población mayor de 65 años vacunada, cifras que si bien son buenas, no deben llevar al relajo.
Cumplir las medidas sanitarias, evitar reuniones familiares y aglomeraciones serán vitales hasta lograr la inmunidad de rebaño, que se espera se consiga a mediados de año. Antes, según las autoridades, no se debe ni pensar en bajar la guardia contra el coronavirus.
La Región se preparó para enfrentar la pandemia y el aumento de hospitalizaciones, ya sea de habitantes del Biobío como de otras zonas que requirieran apoyo.
Carlos Vera, coordinador de Redes Asistenciales de la Macro Zona Sur, detalló que en febrero de 2020 cuando se comenzó a trabajar en el plan de reconversión contaban con 90 camas UCI y 120 UTI, las que en junio llegaban a 180 y 177, respectivamente. Hoy son 259 las existentes en unidad crítica y 139 en intermedias.
La reconversión de camas permitió a Biobío acoger, tanto en áreas UCI como en UTI, a 170 pacientes de otras regiones, 40 de ellos este año por lo que Biobío fue reconocida a nivel nacional como el pulmón del país.
Lamentablemente, producto de un 97% de ocupacional que llegaron esta semana, fueron congelados al igual que las cirugías electivas.
Hasta el cuatro de marzo de este año, según detalló Vera, Biobío ha realizado 453 derivaciones de las que 135 fueron a la Metropolitana, 69 a otras zonas y 249 intraregional.
Producto del alza en los casos nuevos, que por más de una semana sobrepasaron los 600 y en la última se elevaron a los 700, los más 3.000 activos que se mantienen y la alta necesidad de hospitalización de pacientes por Covid-19 se pretende llegar mañana a las 270 camas UCI, teniendo un límite de 300 en caso de ser necesario. Situación que implicaría el uso de pabellones y salas de postoperatorio para funcionar.
El cordón sanitario que el 25 de marzo comenzó a funcionar en San Pedro de la Paz, claramente, fue la antesala de la cuarentena que el 6 de abril comenzó a regir en dicha ciudad y en Hualpén.
La medida solicitada por el seremi de Salud, Héctor Muñoz, en momentos que la Región sumaba 153 contagios, 36 de ellos en San Pedro de la Paz y 15 en Hualpén, inicialmente duraría una semana, pero se extendió por 10 días.
El aumento de casos llevó a que voces políticas, sociales y gremiales exigieran cuarentena para la zona, pero el Gobierno decidió aferrarse a la estrategia de testeo, trazabilidad y aislamiento sin decretarla. Sólo decretó a fines de junio cordones en Lota y Coronel y otro en agosto en Talcahuano, los que fueron criticados por la congestión que generaban y su limitada efectividad para combatir el virus.
El 19 de agosto Salud reconoció el alza de casos en la Región, que acumulaba más de 14.000 infectados y decretó cuarentena total para Penco y Tomé, y Fase 2 para Concepción, Talcahuano y Hualpén, comunas que junto a Chiguayante el 28 de agosto bajaron a Fase 1 y a las que se unieron en septiembre Hualqui, San Pedro de la Paz, Coronel, Lota, Curanilahue, Lebu y Los Álamos.
La primera gran cuarentena de la zona terminó para la mayoría el 19 de octubre, a excepción de Tomé, Coronel, Lota, Lebu, Los Álamos y Curanilahue que se mantuvieron en confinamiento. Tomé fue liberada a inicios de noviembre, tras 79 días de encierro. Lota y Coronel tras recurrentes manifestaciones fueron liberadas el 26 de noviembre.
Sin embargo, la incivilidad de algunos, que marcaba más de 100 detenidos diarios por incumplimiento de Toque de Queda, sumado a las reuniones familiares y compras navideñas, llevó a un nuevo confinamiento de Lota, Coronel, Hualpén y Penco el 3 de enero, 11 días después se sumaron Talcahuano, Concepción, Chiguayante, Hualqui y San Pedro de la Paz retomaron el encierro total. Para la mayoría terminó el 11 de febrero.
Pero las vacaciones y el no respetar las normas, según dijo el ministro de Salud, Enrique Paris, serían el factor de nuevos contagios, cifras que otra vez jugaron una mala pasada a la Región, retornando por tercera vez a más de un millón de personas al encierro que, según las autoridad sanitaria, debería prolongarse al menos por un mes para dar resultados.
Durante la pandemia, Carlos Grant del Río, director del Servicio de Salud Concepción , que falleció el 10 enero a causa del coronavirus, tuvo un rol destacado y gravitante en la coordinación de las redes asistenciales en la macro zona sur.
No sólo fue quien confirmó el primer caso positivo de coronavirus en Chile, muestra analizada en el Laboratorio Clínico del Hospital Regional de Concepción, sino que también lideró, con antelación, la estrategia de preparación de la red de sus recintos médicos: la reconversión de camas UTI y UCI, la redistribución y contratación de recursos humanos, financieros, de equipos y equipamientos, los traslados de enfermos entre Santiago, Concepción y otras regiones vecinas.
El endrocrinólogo colaboró en la instalación de uno de los cinco hospitales modulares comprados por el Minsal, ubicado en terrenos de la Universidad de Concepción.
Se mantuvo a la cabeza para agilizar la complejización de camas críticas, recibir pacientes derivados de otras regiones a hospitales de la zona y que tras salir de UCI eran trasladados a residencias sanitarias e, incluso, los acompañó hasta que dejaban la Región, totalmente sanos, como fue el caso de José Sepúlveda, primer santiaguino que se recuperó en Concepción.
Si bien cumplía con las medidas sanitarias, se contagio del virus. Luchó contra la enfermedad por 53 días, con asistencia de ventilador mecánico y de un aparato de oxigenación extracorpórea, llamado Ecmo, pero no recuperó su función pulmonar. Fue despedido en masa por funcionarios y ciudadanos.
Biobío, Metropolitana, La Araucanía y Magallanes fueron las primeras regiones en recibir la vacuna debido a su complicada situación. Inoculación que llegó el 25 de diciembre con las primeras 2050 dosis de Pfizer para inocular a trabajadores de UCI e UTI de 13 centros de Salud. El proceso fue rápido, sólo durante el primer día logró un 62% de avance. La mayoría, excepto embarazadas y casos puntuales están vacunados.
Luego, con un cargamento de Sinovac, que incluyó 163.200 dosis, se inoculó al resto de profesionales de la salud, lo que según el jefe de la cartera en Biobío, Héctor Muñoz, ha permitido disminuir los contagios. Actualmente se está realizando un estudio de ello.
Además, desde el 3 de febrero, se incluyó a los adultos mayores, partiendo con los que sobrepasaban los 90 años y así en forma decreciente hasta llegar a 60 años.
Con nuevos cargamentos que han llegado, se incluyó en el proceso a funcionarios del Estado, que realizan labores presenciales, de Orden y Seguridad, así como también a los profesionales de la educación.
Para esta semana, se contempla inmunizar a enfermos crónicos entre 59 y 46 años, así como también a segunda dosis según corresponda.
Hasta ayer, según el último registro del Departamento de Estadísticas e Información en Salud (Deis) en la Región había 383.203 vacunados con primera dosis y 58.274 con segunda dosis. Cabe destacar que Biobío tiene una población objetiva de 1.290.996 personas.