El representante de la casa universitaria efectuó una evaluación de las actividades que se han realizado durante la contingencia sanitaria. También, se refirió a lo obrado en conjunto con la mesa social Covid-19 establecida en la Región, donde han habido aportes que se empezarán a visibilizar en los próximos días
La llegada de la Covid-19 a nuestro país sorprendió a todas las universidades de la Región en pleno proceso de cierre del segundo semestre del 2019 (como efecto del estallido social generado en octubre pasado), pero también ad portas del inicio de un nuevo año académico.
Por lo anterior, todas las casas de estudios debieron adaptarse a las clases a distancia, al igual que el teletrabajo. Particular es el caso de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), que si bien suspendió clases y muchas de las actividades presenciales que realizaban algunos de sus funcionarios, luego que uno de sus académicos fuera detectado con coronavirus, debió cerrar definitivamente todos sus campus.
No obstante, al igual que la mayoría de sus pares, la casa de estudios vio la oportunidad de aportar a la comunidad en medio de esta pandemia y lo hizo por medio del conocimiento que generan sus centros o facilitando sus laboratorios para apoyar a las instituciones de Salud de la Región.
El rector de la Ucsc, Christian Schmitz Vaccaro, también participa en la Mesa Social Covid-19 del Bío Bío, en la cual, comentó, han entregado aportes importantes y también han logrado articular iniciativas en conjunto con las otras universidades pertenecientes al Consejo de Rectores de Chile (Cruch) Bío Bío-Ñuble.
Para la autoridad universitaria son valorables los avances que se han consensuado entre todos los actores, pero cree que falta visibilizar algunos logros conseguidos en la mencionada mesa social.
En la siguiente entrevista, el rector Christian Schmitz hace un balance de lo obrado, tanto al interior de universidad que dirige, como fuera de ella, junto a sus pares de otras casas de estudios, en estos días de emergencia sanitaria.
– ¿Cómo fue que la universidad tomó la decisión de estar a disposición de la Región durante la contingencia de la Covid-19?
– Esto no es algo particularmente nuevo. Nosotros, como parte de nuestro sello, tenemos la solidaridad y la ayuda al prójimo, además de la vinculación fuerte con el medio y los territorios en donde nos emplazamos. Esta coyuntura nos llamó a ser activos transformadores de la emergencia y como podíamos ayudar no hubo dudas al respecto. Así han surgido muchas oportunidades que, para nosotros, no es solamente una mera contribución, sino que un deber: ir en auxilio del más necesitado.
– ¿Cómo surgen las iniciativas en las que ha trabajo la universidad?
– Surgen observando las necesidades y requerimientos puntuales que había (y siguen existiendo) en el medio. Así, por ejemplo, estamos trabajando con Juntas de Vecinos y hogares de adultos mayores. Mientras que otras iniciativas surgen por la inquietud de los participantes de cada una de ellas. Así, se generaron proyectos con dispositivos 3D, que se ponen a disposición de la emergencia. De esta forma, se van produciendo soluciones para las necesidades que hay en el medio.
Otro ejemplo es el Laboratorio de Ciencias Biomédicas que muy tempranamente puso a disposición su ayuda. Obtuvo sus acreditaciones y, a la fecha, ya ha analizado más de dos mil 600 muestras con más 300 exámenes positivos.
– La mayoría de estas iniciativas están ligadas a la medicina. ¿Por qué cree usted que ocurre?
– Esta es una emergencia sanitaria y los técnicos de esa área tienen el protagonismo en esta coyuntura. Necesitamos esa mirada y ellos son los que concurren a solucionar las inquietudes en estos tiempos.
– Consultaba lo anterior, pues considera usted que faltan iniciativas ligadas a las Humanidades, por ejemplo. Sólo Educación se encuentra realizando actividades de apoyo en colegios.
– Las propias facultades están generando iniciativas, si bien no son tan visibles, son para entregar alguna solución específica. Por ejemplo, la Dirección de Pastoral está trabajando en forma conjunta con Trabajo Social y, en la Facultad de Derecho, también se encuentran ideas que se concretarán en los próximos días.
Si hay un punto en el que el rector Schmitz pone énfasis es en la Mesa Social Covid-19 del Bío Bío, una instancia que valora de sobremanera. A tal nivel que, asegura, es una muestra real de lo positivo que puede ser el proceso de descentralización, pues se acogen indicaciones y propuestas surgidas en el territorio.
En ese sentido, comentó, faltaba visibilización del trabajo y las definiciones que ahí se tomaban. De hecho, es particular el hecho que, en alguna oportunidad, diferentes actores políticos de la oposición criticaron la ausencia de una instancia como esa, pese a que llevaba semanas funcionando.
En este contexto, valoró que las autoridades regionales escuchen los aportes e insumos que desde la citada instancia se han entregado.
– ¿Qué evaluación hace usted de la Mesa Covid-19 en el Bío Bío y el aporte que han realizado las universidades?
– La Mesa tiene por objetivo el intercambio de ideas, reflexión e información. Nosotros hemos visto una actitud en el Gobierno de recoger nuevas ideas y gestiones, por lo que la opinión es positiva y necesaria. Creo que ya se están viendo resultados valiosos para mitigar el impacto social y sanitario de esta crisis.
– A su juicio, ¿cuál es el aporte que han realizado las universidades en esta mesa?
– Desde nuestro rol como agentes de conocimiento, procesamos datos y generamos ideas novedosas para que las entidades públicas y privadas funcionen de la mano y alineadas en esta crisis. Así surgen iniciativas desde el ámbito de las ciencias y tecnologías. Las universidades, también, están atentos para prestar espacio físico para atender las necesidades de los profesionales de la salud u otra índole y generando coordinación de campañas de ayuda. Eso es muy importante cuando se toma la red de contacto que tienen una entidad como la nuestra.
– ¿Cómo evalúa usted el rol que está jugando la Seremi de Ciencias y Tecnología de la macrozona Centro Sur?
– Ellos nos han colaborado articulando las distintas iniciativas y proyectos de investigación que ya existían en la Región por parte de las distintas universidades, y ayudando a reenfocarlas. Hay muchos proyectos que estaban transitando por una senda de objetivos científicos-tecnológicos y que ante la contingencia deciden redireccionar sus objetivos de proyecto hacia la contingencia. Hoy en día, nadie puede sustraerse de estas necesidades y hoy requerimos soluciones concretas y efectivas.
-¿Hay algo que le falta a esta Mesa Social Covid-19 del Bío Bío?
– Sí, a esta mesa social le falta visibilidad en comparación a la de Santiago. No tenemos la misma cobertura comunicacional que ellos en cuanto a lo que estamos realizando y creo que en la Región estamos contribuyendo en forma significativa a generar soluciones. Este momento de contingencia que estamos viviendo es un momento de descentralización efectiva y, de hecho, tal vez no jurídica, tal vez no política, pero en los hechos estamos presenciando que los alcaldes y las mesas sociales regionales están generando una gestión digna de destacar en esta crisis.
Consultado al respecto, el rector Schmitz cree que, en medio de la pandemia, el Cruch Bío Bío-Ñuble se ha logrado fortalecer y, junto con ello, sostiene la necesidad de educar en torno a la obediencia, en especial, en tiempos que se requiere una población alineada con los instructivos que emanan de la autoridad sanitaria.
– ¿Se fortalece el Cruch Bío Bío-Ñuble durante la contingencia sanitaria?
– Por supuesto, nos hemos reunido en dos ocasiones, en donde hemos buscado promover la educación a distancia en las actuales condiciones y el teletrabajo. De la misma manera, nos hemos centrado en hacer campañas conjuntas que promueven las buenas prácticas en la población como el “#MeQuedoEnCasa” y nuestras universidades tienen que educar a la población.
Venimos de un malestar social, en donde se promovía la desobediencia y hoy debemos promover lo contrario, el hacer caso a la autoridad con las medidas que están tomando. Estamos reeducando a las comunidades en ese sentido, pidiendo que respeten las cuarentenas, los cordones sanitarios y seguir las reglas de prevención que son tan necesarias. Nuestras universidades están muy alineadas en ese sentido y se trata precisamente de eso, de mitigar esa desobediencia que creo ha sido manifestación del aumento de contagios que estamos viviendo. La gente cree que estas son recomendaciones que emanan de las autoridades públicas no tienen validez o asidero y eso no es así.