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Economía y Negocios

Sardina y anchoveta: artesanales llaman a mejorar el monitoreo e industria exige veda por medio de tribunales

Los recursos han venido presentando una baja talla desde hace semanas. Sectores coinciden en el cuidado de la biomasa.

Por: Edgardo Mora 17 de Marzo 2025
Fotografía: Raphael Sierra P.

La actividad pesquera en Chile continúa enfrentando varios desafíos sobre las actuales tallas de sardinas y anchovetas.

En contexto, hace un mes dirigentes del sector industrial dieron aviso de una baja en la talla de las sardinas y anchovetas, solicitando a Subpesca una extensión de la veda y llamando a los pescadores a trabajar con responsabilidad. En ese entonces, la Bahía de Concepción era el principal escenario de tallas bajas.

Por tanto, “actualmente existen registros de desembarques con tamaño muy bajo, lo que nos preocupa profundamente, a pesar de que en algunas zonas el tamaño del recurso ha dado señales de estar saludable. Ahora bien, no debemos olvidar que ante la denuncia de la industria pesquera, es importante recalcar que es la industria la que compra y procesa esos recursos, por tanto, tratar de eximirse de responsabilidad en el tema nos parece desafortunado”, dijo Cristian Arancibia, presente de la Federación de Pescadores Artesanales del Biobío (Ferepa Biobío).

Sin embargo, desde el sector industrial identifican otro escenario, “para decirlo de manera directa, nos encontramos procesando pescados que no han madurado, que
no han logrado reproducirse y cuya calidad genera bajos rendimientos económicos y efectos ambientales en las comunidades. Un verdadero desastre, pues literalmente es pan para hoy y hambre para mañana”, dijo Monserrat Jamett, gerenta de Sustentabilidad de los Pescadores Industriales del Biobío.

Respecto a lo anterior, es relevante recordar que la sardina y la anchoveta constituyen la base de la cadena trófica de especies de mayor tamaño, por lo que su protección es fundamental para el equilibrio del ecosistema marino. En este sentido, resguardar la sustentabilidad de estos recursos es un principio esencial para las y los pescadores.

En tanto, la gerenta de Asuntos Públicos de los Pescadores Industriales del Biobío, Verónica Ceballos, agregó que “la pesca de ejemplares que no han logrado reproducirse en una especie que ya se encuentra sobreexplotada generará una situación el próximo año y en los venideros mucho más grave que sostener una veda hoy que busque proteger la sostenibilidad de este recurso. Se le está endosando un problema social y ambiental muy complejo a las autoridades de una próxima administración”.

Un ejemplo de la realidad es el caso del puerto San Vicente, cuyo dirigente, César Jorquera, explicó que “efectivamente la temporada partió con calibre pequeño, y el decreto actual impedía extender la veda porque para que esa sardina entre a veda tenían que estar los dos recursos, tanto la sardina común como la anchoveta tendrían que estar bajo una talla de 8,5 centímetros -la sardina- y 13,5 centímetros -la anchoveta-, eso no se dio porque en la temporada fue más la sardina, casi 100% sardina”.

En señal positiva, según Jorquera hoy las tallas de estos peces están en mayor rango, se han visto sardinas de 13,5 cm y ya está entrando la anchoveta, que entra y da por lo general un calibre más alto que el mismo que está establecido como un rango mínimo.

Al respecto, Arancibia formuló un llamado a la autoridad sectorial a fortalecer los mecanismos de monitoreo sobre los procesos de captura, a fin de evitar impactos negativos en la biomasa disponible y garantizar la sostenibilidad del recurso. “Instamos a nuestros colegas pescadores a ejercer una autorregulación responsable de la actividad, promoviendo prácticas que contribuyan al mantenimiento de los equilibrios ecosistémicos de los cuales dependen nuestras comunidades y el sector pesquero en Región”, enfatizó.

Por otro lado, Pescadores Industriales del Biobío ingresó un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Concepción con el fin de que mediante vía judicial la autoridades competentes se ven en la obligación de decretar la nueva veda para la sardina. “La cantidad de individuos que se está capturando triplica lo que se debería pescar en condiciones normales para cumplir la cuota. Nuestra última esperanza fue recurrir a los Tribunales para que ojalá sea la justicia la que detenga este grave retroceso ambiental y obligue a las autoridades pesqueras a proteger los recursos”, dijo Macarena Cepeda, presidenta de la entidad.

Fiscalizaciones

Por otra parte, en materia de fiscalizaciones, se presenta una barrera legal que impide multar a los pescadores por pescar peces de tallas menores a las mínimas. La ley no lo sanciona y, por tanto, los entes gubernamentales no pueden intervenir al respecto.

Desde Sernapesca dijeron que “durante este periodo nos hemos abocado a fiscalizar que se desembarque sardina y anchoveta y no otras especies. Estas dos especies no tienen talla mínima establecida por ley, por tanto, nosotros no podemos sancionar a nadie por los desembarques”.

Como resultado, se ha informado a los organismos estatales competentes de las muestras tomadas, para que ellos evalúen. Además, estas decisiones se conversan en el comité de manejo de la sardina y anchoveta donde participan representantes políticos, técnicos, armadores artesanales y representantes de la industria pesquera, explicaron desde Sernapesca.

En representación de Ferepa Biobío, Arancibia hizo un llamado a las autoridades a mejorar los mecanismos de monitoreo y regulación de la actividad pesquera para evitar impactos negativos en los recursos marinos y garantizar la sostenibilidad de las especies.

Artesanales e industriales

Este escenario es parte, según dirigentes, de la disputa por buscar acuerdos equitativos entre pescadores artesanales e industriales. La cuestión resulta en un vaivén de posturas que suelen culpar al otro bando por sus responsabilidades o irresponsabilidades. “Lo que la industria hace en el fondo con mandar estos comunicados (refiriéndose a las alertas de hace unos meses) es ocultar o tratar de poner una cortina de humo a los problemas de ellos, los cuales son poca capacidad de proceso, pesca que se descompone con más de 20 horas de carga y el tema de los precios que están realmente bajos, y nadie entiende por qué los precios están tan bajos”, afirmó Jorquera.

Relacionado con lo anterior, el año pasado fue un periodo malo en términos de pelágicos, por tanto, se entiende que ante poca demanda habrá poca oferta, los precios deberían ser más altos. Lo llamativo, dijo el dirigente de San Vicente, es que los precios se mantienen bajos.

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