Tres mecánicos de mantención líderes de escuadrillas, y mayores de 50 años de edad cuentan su experiencia en una de las instalaciones insignes de la usina.
Temples de acero son los que se han forjado los trabajadores de la unidad de Alto Horno de Huachipato, la que hoy está siendo sometida a una dura prueba tras el anuncio de suspensión indefinida y retiro de las salvaguardias requeridas anteriormente. Tres trabajadores del último horno que opera en la usina cuentan sus historias de esfuerzo y cómo viven la incertidumbre respecto de sus puestos de trabajo días de la lamentable noticia.
Víctor Rivera labora en el área de mantenimiento del Alto Horno desde el 12 de septiembre de 2003, “primero como personal de empresas de servicios transitorios y desde 2019 contratado por la planta, y llevo ya 5 años y 3 meses acá donde me desempeño en el cargo de líder mecánico del Departamento de Mantenimiento Mecánico. Estamos a cargo de la mantención completa de lo que es Alto Horno, eso es materias primas; muelle y apoyamos también en turnos de la planta de coque y energía de suministros y la planta de cal. Somos mecánicos de Alto Horno pero prestamos servicios en turnos de tarde y de noche en todo el resto de las áreas de la zona norte en Huachipato”, afirmó.
El trabajador detalló que labora actualmente en tres turnos, el primero, de las 00:00 a las 8 am.; el segundo desde las 8:00 a las 16:00 horas y, el tercero, 16:00 a las 0:00 horas.
Además, Víctor Rivera contó que lo que realiza son por ejemplo reparaciones cuando hay fallas o puestas en marcha cuando hay cambio de los equipos de la zona norte de la siderúrgica. “En el área, nosotros, como mecánicos del Alto Horno somos 16 mecánicos, un supervisor y un inspector técnico, en total somos 18. La experiencia ha sido buena porque he aprendido harto y también es un desafío día a día, porque si bien es una empresa antigua han habido modernizaciones” comentó.
Requerido sobre su futuro tras un eventual cierre definitivo de la usina, el mecánico de mantenimientos del Alto Horno dijo que “esa es la incertidumbre que todos tenemos porque no sabemos quién se queda ni quién se va y tampoco no hay nada claro cuándo es el cese de funciones del Alto Horno 2, ni hasta cuándo duran nuestros contratos, solo tenemos la información de la superintendencia que nos transmiten los supervisores”.
Acerca de opciones de reubicación dentro de las empresas del Grupo CAP S.A. o al interior de Huachipato señaló que “si existieran posibilidades me podría cambiar porque cuando recién entré desempeñé funciones en el laminador de planos en caliente y conozco gran parte del trabajo que hay al interior de la planta en Huachipato en todo lo que ahora es no siderúrgico, porque lo hemos trabajado y no me cierro a las posibilidades porque lo único que nos han dado a entender es que el personal CSH (Compañía Siderúrgica Huachipato) nos iremos todos, también si hay opción de ir al norte, previo a conversarlo con mi familia, porque soy casado y con tres hijos ya que uno tiene que ir donde esté la fuente de trabajo”.
En relación a los aspectos más desafiantes respecto de la situación de los trabajadores del Alto Horno ante un eventual cierre definitivo de la empresa, Rivera apuntó a cómo les ha afectado el ánimo. “Estamos luchando para que el ánimo no decaiga, yo que estoy de líder con tres personas a cargo hacemos esfuerzo para el ánimo no decaiga y hacer nuestra labor como profesionales tal como lo hemos hecho antes, acudiendo a emergencias y dejando vacaciones de lado y días libres por el compromiso con la empresa y con el sindicato, en 2019, en la reparación del Alto Horno estuve 45 días sin descanso, siempre nos hemos puesto la camiseta”.
David Beltrán, lleva trabajando desde el 2000 en el Alto Horno de la compañía tras cumplir labores en el área de laminadores de Huachipato cuya experiencia en la empresa se extiende por 40 años. “Soy líder mecánico de una cuadrilla y atendemos las fallas del Alto Horno cuando está operando que incluye la maquinaria motriz junto con desmontaje y montaje, todo depende de las condiciones del Alto Horno, porque si para, hay detención y tenemos que intervenir nosotros. Para el 10 de septiembre creo que está prevista su paralización, apagando el Alto Horno 2 si no hay una solución (al cese indefinido)”, indicó.
Un factor relevante para lo que le depara a David Beltrán es su edad. “Tengo 60 años y este año hice trámites para ver la posibilidad de una jubilación anticipada pero en la AFP me dijeron que no era factible aún y debía esperar hasta marzo de 2025. Para mí es muy difícil volver a encontrar trabajo por la edad, de ahí que busco tener la jubilación anticipada, teniendo en consideración el trabajo pesado porque tengo 3 años y 8 meses de este tipo de labor, por lo que me restarían 4 meses”, aseguró.
Beltrán también confirmó que la actual situación de incertidumbre les ha afectado bastante. “Todos andamos de capa caída sobre todo quienes están en una situación similar a la mía, que les queda tan poco para jubilar”.
Mauricio Valderrama, también es parte del equipo de trabajadores que desempeña funciones en el Alto Horno, con más de 20 años de experiencia en el área. “Hago instalación de grúas, soy operador e instalador y ahora, por ejemplo, estoy a cargo de tres estufas del Alto Horno 2 inyectando aire caliente y frío”, contó.
Valderrama (50 años) evidencia el desánimo existente entre sus compañeros de labores al señalar que “no tengo esperanzas porque no sé qué voy hacer cuando tenga que estar afuera de la empresa, porque acá sí puedo hacer de todo, soy operador e instalador de grúa y operador de estufas. A mis 50 años no creo que cuente con muchas posibilidades de volver a encontrar otro trabajo”.
De acuerdo con Valderrama, ingresó el año 1993 a Huachipato y antes de trabajar en el Alto Horno donde llegó en 2003, lo hizo en los laminadores de barra y laminador en caliente. “Tengo señora y dos hijos por lo que cualquier posibilidad que exista, como por ejemplo, ir a trabajar al norte a otras empresas de CAP es algo que haría”, concluyó.