Sindicatos del Biobío piden que se congele o retire del debate parlamentario. Entre varios argumentos, cuestionan su avance frente al hecho de que existen cerca de 800 indicativos.
Congelar el debate o bien retirar desde el Congreso el proyecto sobre la Nueva Ley de Pesca: eso es lo que plantean los pescadores y pescadoras pelágicos de la Región del Biobío, sector integrado por cerca de 6 mil 500 personas por medio de 76 agrupaciones reconocidas.
De acuerdo a los dirigentes, esto pasa por tres grandes argumentos: el hecho de que la discusión se da en medio de un año electoral, la cantidad de indicaciones que hay al respecto; y el que se haya determinado como plazo el 28 de agosto para despachar la iniciativa de norma para su discusión al pleno de la Cámara Baja.
Esto último, dicen, se puede prestar para errores en vista del tiempo.
Las tareas de pesca pelágica se entiende por aquellas de captura, principalmente, de sardina común, anchoveta y jurel, hasta las primeras 5 millas. A eso se suma el arte de pesca, en este caso, el de red de cerca.
Una de las dudas que hay en el sector es qué pasará con el tipo de embarcaciones. Pues advierten que el proyecto de ley va categorizando y eso se traduciría en que las dimensiones de barcos y lanchas se podrían acotar. Esto, de inmediato se traduce en la cantidad de extracción del producto.
Rosendo Arroyo, presidente de la Cooperativa de Pescadores de Caleta lo Rojas (de Coronel), y representante regional y nacional de la pesca artesanal, aseguró que “las indicaciones son dañinas para la pesca pelágica. Por ejemplo: las categorizaciones donde nosotros ya estamos normados por cuota. El poner categorización de eslora y bodegas mata nuestra actividad”.
Victoria Rubio, presidenta de la Coordinadora Nacional de Armadores Pelágicos y Pesca de Altura también enfatizó en que el proyecto presenta más de 300 artículos junto a más de 800 indicaciones.
Estos números, para Rubio, significan una eventual discusión apresurada que puede perjudicar cualquier próxima normativa. “Necesitamos que se discuta sin presiones, que no sea en época de campaña. Hasta ahora hemos visto, por las indicaciones, que existe desconocimiento sobre el sector pelágico, por parte de los parlamentarios y de la propia Subsecretaría de Pesca”.
Por su parte, César Jorquera, presidente de la Asociación Gremial de Pescadores Artesanales de San Vicente, plantea que hasta ahora, el proyecto, no se es claro en cómo se va a complementar con otras normativas como la Ley Lafkenche y la Ley de Caletas, etc. “A la flota pelágica del Biobío le cuesta mucho ir a trabajar a la zona sur de la Región: Quidico, Isla Mocha”, dijo.
Rigoberto Durán presidente de Siparbumar – Coronel, agregó que “hay indicaciones que nos tienen preocupados. Nos quieren sacar de los caladeros históricos – zona marítima donde realizan el trabajo de redes-. La sardina común y anchoveta son los únicos recursos sanos y estas indicaciones atentan contra el sector pelágico”.
“Se debe retirar o congelar el proyecto ya que no tienen argumentos claros. No quedó nada reflejado de las decenas de conversatorios, con el sector artesanal, que se realizaron junto a la Subsecretaría”, agregó María Torres, presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres Tejiendo Redes.
A lo largo de estos años, otras agrupaciones del mundo de la pesca han manifestado la necesidad de contar con seguros por accidentes o enfermedades profesionales, entre otras garantías sociales.
Esto también lo recoge Guillermo Gayoso, tesorero de la Asociación Gremial Conapesca, quien asegura que muchas de esas cosas, que se levantan para la discusión pública, son afirmaciones distorsionadas.
A eso, agrega que con la actual iniciativa, habría un aumento de terrenos licitados que terminarían afectando la actividad pelágica.“A través de un fraccionamiento, probablemente, mañana no vamos a poder participar, porque va a quedar acogido una fracción importante de las cuotas que existen a licitaciones, licitaciones que no sabemos quién se va las va adjudicar”
“En las licitaciones actuales la participación de los artesanales sigue siendo muy baja, cuesta mucho participar porque se tienen que destinar recursos que no existen (…) Es muy difícil que un pescador artesanal o un armador artesanal se arriesgue a esta modalidad”, concluyó.