“No sorprende que haya bajado el índice de innovación en un contexto de estallido social y la pandemia porque a veces la innovación tiende a considerarse como un lujo o un hobbies, sin embargo, en muchos países que pasaron crisis no les quedó otra que innovar y duplicar sus presupuestos en I+D” afirmó Jocelyn Olivari Narea, gerenta de innovación de Corfo tras su visita a la Región del Biobío.

Lo anterior, a propósito de la caída de Chile en el liderazgo como la economía más innovadora de Latinoamérica según el índice de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual de Naciones Unidas (OMPI).

En este contexto, la ejecutiva de Corfo, en entrevista con Diario Concepción, destacó el trabajo institucional de ayuda a compañías de la zona al señalar que “hemos apoyado 287 empresas en proyectos de innovación”.

Jocelyn Olivari es Ingeniera Comercial y Magíster en Economía de la Universidad de Chile con un Doctorado en Economía y Política de Innovación de la Universidad de las Naciones Unidas y la Universidad de Maastricht (UNU-MERIT), Países Bajos en 2016 y formó parte de la División de Competitividad, Tecnología e Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington DC.

-Según el índice de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual de Naciones Unidas (OMPI) Chile perdió liderazgo como la economía más innovadora de Latinoamérica. ¿Comparte que es producto principalmente de la incertidumbre y cómo proyecta que se pueda mejorar?

– No sorprende que haya bajado el índice de innovación en un contexto de estallido social y la pandemia porque a veces la innovación tiende a considerarse como un lujo o un hobbie, sin embargo, en muchos países que pasaron crisis, no les quedó otra que innovar y duplicar sus presupuestos en I+D.

– ¿Cuántas empresas ha apoyado Corfo en Biobío en lo que va de 2023 y en relación a las del año pasado en la Región?

– Puedo decir que, en los últimos 5 años, desde 2019 a la fecha, hemos apoyado 287 empresas en proyectos de innovación y han postulado 1050 firmas, entonces de estas hemos apoyado casi 300. Es posible preguntarse por qué hemos apoyado menos de las que postularon, pero eso también abre una oportunidad, porque hay, al menos, mil empresas interesadas en innovar, lo que no es menor, quiere decir que son empresas potenciales innovadoras multiplicadas por cuatro de las que efectivamente están recibiendo financiamiento hoy día.

-A la vez plantea desafíos sobre cómo lograr que las mil puedan adjudicarse fondos. ¿Se prevé algún cambio de Corfo en la categorización de pymes y mipymes de forma que sea haga más accesible su postulación y adjudicación de fondos?

– Es una discusión muy interesante que se está teniendo. La categorización de tamaño de empresas no la decide la Corfo, tiene que ver con el Servicio de Impuestos Internos (SII) que categoriza por ventas. En otros países es por el número de trabajadores. En muchos casos las empresas consideradas grandes en nuestros sistema, en otros países como los de la Unión Europea serían clasificadas como medianas por lo que es válido poner el tema en la mesa y discutir.

La verdad es que, hoy día, no estamos discriminando por tamaño. De hecho, el año pasado en el marco de la reactivación, abrimos el programa de innova alta tecnología para financiar proyectos muy intensivos en investigación y desarrollo donde el financiamiento era igual para todos los tamaños de las empresas. Habiendo pasado la contingencia, seguimos haciendo una distinción por tamaño de empresas, pero no dejamos empresas fuera. Por ejemplo, los programas de difusión tecnológica dicen “con énfasis en las pymes”, pero no dejamos fuera a las empresas grandes porque sabemos que la heterogeneidad entre las empresas grandes también es importante. Conocemos que en esta Región (Biobío), independiente que las ventas puedan ser altas, no quiere decir que las utilidades caídas dentro de una misma categoría de empresas.

-¿Respecto de las mil empresas que postularon pero no adjudicaron fondos en Biobío, hay un diagnóstico y medidas de seguimiento?

– Sí. Son varias cosas. Algunas de ellas piensan que tienen un proyecto innovador o uno de investigación y desarrollo (I+D) y no lo es tanto, entonces hay que darle una vuelta y ver cómo intencionamos mayor agregación de valor y cuál es el desafío tecnológico que efectivamente se quiere abordar y ahí acompañamos muchísimo a las empresas apoyándolas en sus procesos de formulación de proyectos. Ya tenemos un piloto donde pedimos a las empresas perfiles de proyectos para darles feedback y cuando postulen, ya cuenten con nuestra retroalimentación. Es un piloto hecho este año en el marco de un llamado para proyectos de innovación en alianza con empresas alemanas y que ha funcionado muy bien entonces la idea es ver cómo lo incorporamos a otros instrumentos. Además, hicimos capacitaciones sobre el nivel de madurez tecnológica porque cuando solicitamos información sobre la madurez de la empresa no saben muy bien a qué corresponde, por eso estamos súper disponibles a formar.

– ¿Qué importancia le da al trabajo de IncubaUdeC en el desarrollo de emprendimientos con base en innovación tecnológica y qué apoyos entrega Corfo a las incubadoras regionales?

– La innovación ocurre en un contexto de vinculación con distintos actores donde las universidades son un actor fundamental para promover la innovación y desarrollar investigación con pertinencia a las problemáticas productivas donde se puede realizar transferencia tecnológica, por lo tanto, el trabajo que realiza la UdeC es fundamental. Ayer pude participar de un encuentro donde se dio a conocer una empresa que recibió tecnologías desarrolladas por la Universidad (UdeC) que tiene un fin productivo e innovador con el potencial de transformar la construcción sustentable en la Región.

Desde Corfo estamos apoyando muy decididamente las incubadoras y aceleradoras de negocios porque vemos que son un medio tremendo para ir fortaleciendo las capacidades de innovación y emprendimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas de la Región.

– ¿Hay apoyos entregados y/o por entregar del área de innovación de Corfo en el ámbito agrícola e hídrico (riego) en Biobío?

-Parte de nuestro presupuesto viene del programa de Desarrollo Productivo Sostenible (DPS) creado con el objetivo de desarrollar innovación, emprendimientos tecnológicos, programas inversión y programas tecnológicos cuyos fines son abordar misiones o desafíos tecnológicos en descarbonización, resiliencia ante el cambio climático y transformación productiva. Esto tiene una bajada más operativa a través de instrumentos de subsidio de innovación con foco. Por ejemplo, hacemos un llamado en “alta tecnología” con foco sostenible, es decir, que pueda desarrollar proyectos de innovación que aborden desafíos en tecnologías climáticas, de uso eficiente del agua como reutilización, tratamiento de aguas grises y/o negras.

– ¿Cuanto creció el presupuesto de Corfo para innovación en 2023 respecto de 2022 y cuánto espera que suba para 2024?

-El presupuesto para innovación aumentó en un 35% para el 2023. Parte de este presupuesto viene con foco porque los recursos adicionales que tenemos provienen de un programa particular que se llama Programa de Desarrollo Productivo Sostenible que vienen de recursos transitorios adicionales que ha recabado la Corporación Corfo a propósito del alto precio del Litio. De hecho los ingresos aumentaron en 20 veces el año pasado, lo que no es menor, y eso generó este programa presupuestario que busca invertir en iniciativas que puedan ir transformando la economía del país lo que se hace a través de la innovación y es por eso que la gerencia de innovación tiene este aumento importante en 2023.

– ¿Cómo describe el escenario actual de transformación productiva de la industria en el país y la Región del Biobío y cómo lo proyecta?

– Hoy día tenemos que repensar el modelo de desarrollo que estamos promoviendo. Debemos dejar atrás el enfoque más extractivista y explotador de recursos naturales y ponernos decididamente el desafío de agregar valor a lo que hacemos, diversificar y sofisticar sobre la base de nuevo conocimiento y una manera de hacerlo es a través de las misiones de las que habla mucho Mariana Mazzucato. En nuestro caso, hablamos de descarbonización y resiliencia con el cambio climático.

La transformación productiva del país y la Región va a venir de esfuerzos decididos en sofisticar y agregar valor, de hacer más proyectos de investigación y desarrollo con fines productivos y de innovar mucho más donde la academia y las alianzas público-privadas son fundamentales.

Fui a visitar el Almirante Viel (construcción naval del buque rompehielos) en Asmar, destinado a desplegar investigación científica en la antártica, y me dejó gratamente sorprendida, no solo porque se ha construido con ingeniería e inteligencia chilena donde, por supuesto, que se traen componentes desde afuera pero la metalmecánica, también del astillero, para producirlo, es un orgullo porque está hecho en Chile y la Armada, además, tiene una hoja de ruta y un sueño hacia el futuro de construir el resto de las naves hacia adelante, incluso naves de combate y eso no lo hará solo, requerirá astilleros nacionales y proveedores locales de tecnología con el consiguiente encadenamiento productivo.

Adicionalmente, me toco ver algo divertido, porque siendo una región forestal, nos enteramos que todo el mobiliario como sillas y mesitas e incluso los camarotes del barco fueron importados desde España, entonces aquí hay un poquito de tirón de orejas para industria local, pero también una oportunidad y como quedan más fragatas por construir espero que el mobiliario sea el fabricado en Chile.