Economía y Negocios

San Francisco de la Esperanza: un emprendimiento que surge desde las bondades de la miel

Mieles batidas y mermeladas artesanales son las protagonistas entre sus productos. Con un fuerte arraigo familiar, la empresa ha tenido que enfrentar las adversidades que atraviesa la industria apícola.

Por: Edgardo Mora 29 de Agosto 2023
Fotografía: Carolina Echagüe

María José Bustos, es chef, estudia administración pública y, además, forma parte de un emprendimiento familiar llamado San Francisco de la Esperanza, donde es la madre de la familia, Mabel Guerrero, quien produce la gran mayoría de los productos, entre los que se encuentran mieles batidas y mermeladas artesanales.

“Somos del sector de Charrúa ubicada camino a Yungay, no fuimos afectados por el reciente sistema frontal pero para las inundaciones anteriores los sectores de Los Aromos, Chillancito y Los Encinos sí hubo complicaciones y ahora también, en nuestro sector pasan canales de regadío pero con este tipo de lluvias abundantes cortan el paso del agua y así no sufrimos daños”, cuenta Bustos.

Sobre cómo partió el emprendimiento, la chef detalló que “tenemos esta empresa desde el 2008 y hemos ido creciendo de a poco de menos a más. Partimos haciendo mermeladas, frutas al jugo. Posteriormente obtuvimos la resolución sanitaria con lo que pudimos ampliar la variedad de nuestros productos a través de diferentes maridajes y contamos con mermeladas con y sin azúcar, con stevia; pastas con ají y mieles batidas con miel multifloral cosechada desde nuestro propio campo y a la que se le agregan frutas de manera natural, sin preservantes ni saborizantes artificiales sino que se mezcla la miel con la fruta que se deja macerar donde la miel absorbe las propiedades de esa fruta y se enriquece. Luego se realiza un proceso de emulsión que la deja como una crema batida”.

Variedades

Una de las cosas que caracteriza a San Francisco de la Esperanza es la variedad en sus productos. “Tenemos la variedad de miel batida de canela ideal para dolores abdominales e inflamaciones en general; otra con naranja para el insomnio y el estrés; una con limón que ayuda para los resfríos, otra con Maqui que ayuda a tener más energía y concentración además de una con merkén ideal para adobar carnes y distintas preparaciones todas las variedades vienen en formatos de 200 gramos, en frascos de vidrio al vacío reutilizables y su precio es de $4.500 cada unidad”, María José.

En relación a las mermeladas, la chef explicó que “en las con stevia, tenemos frambuesa de nuestro huerto y tres berries. Con azúcar, tenemos papayas, ciruela amarilla, naranja, mora, frambuesa y naranja en formato de 220 gramos a $ 4.200 cada uno”.

Respecto de las pastas de ají, Francisco de la Esperanza cuenta con uno que contiene ají peruano en su versión picante con vinagre de manzana y aceite, solo la pulpa, sin las semillas ni el hollejo para evitar la generación de acidez a $4 mil.

“Como empresa nos esforzamos en afectar de la menor manera posible el medioambiente, es por eso que realizamos un convenio con nuestros clientes donde ellos nos traen los frascos de vidrio vacíos, sin las tapas, le hacemos un descuento y con ellos reutilizamos los envases”, dijo.

Surgimiento

“Vivíamos en Hualpén y el año 2000 nos fuimos al campo. Por ese tiempo mi papá trabajaba en las pesqueras y nos tuvimos que ir porque mi hermano mayor tenía leucemia y el doctor nos sugirió habitar un lugar más seco para poder mejorar las condiciones de salud, es por eso que nuestra empresa y la parcela donde vivimos se llama Francisco de la Esperanza”, aseveró.

A su vez, la emprendedora puntualizó que su empresa “cuenta con muchos sueños que se han ido concretando a través del trabajo colaborativo en conjunto con nuestros vecinos donde les vamos enseñando a recolectar y procesar artesanalmente distintas variedades de frutas donde la agente del campo aprende a agregar valor a sus frutales y en muchos casos deja de perderla”.

Ventas

Las ventas han sido cíclicas para San Francisco de la Esperanza. Esto porque, según cuenta Bustos, “cuando partimos en 2008 vendíamos una bandeja con 28 frascos al mes y ahora vendemos alrededor de una bandeja de cada uno de los tipos de mieles batidas que vamos circulando. Aquí ha sido muy relevante el apoyo de Indap y Prodesal que nos han ido ayudando a tener presencia en distintas ferias donde con la pandemia nos bajaron mucho las ventas y de a poco hemos ido retomando nuestros stock y vamos probando qué es lo que le va gustando a nuestros clientes donde hoy día las ventas son entre $200 mil y $300 mil al mes aproximadamente”.

Adversidades

“Además de la pandemia, hemos tenido algunos problemas con las abejas cuando en una temporada eliminaron algunos árboles del sector de Charrúa y cerca de los colmenares llegaron unos choroy (aves) donde teníamos entre 40 y 50 cajones de abejas pero las abejas se estresaron con el ruido y se fueron al terreno de unos vecinos lo que nos dejó sin producción casi al principio de la primavera así que tuvimos que comenzar de a poco”, manifestó la chef, respecto de las complicaciones que han surgido en el camino de su emprendimiento.

Etiquetas