El titular de cartera, Diego Pardow, en conversación con Diario Concepción, entregó los avances del programa de ingreso de la estatal al mercado del gas licuado. De la misma forma, el secretario de Estado analizó la actualidad de la Industria del Pellet en el Biobío, entre otros temas.
En medio de su visita a la Región del Biobío, el ministro de Energía, Diego Pardow, fue parte del cierre del trabajo realizado por la Mesa Nacional del Pellet que entregó una serie de medidas y propuestas para garantizar el desarrollo de la industria.
En ese mismo contexto, firmó un convenio con el Ministerio de Agricultura para avanzar en distintos ejes establecidos en la misma temática y así evitar situaciones como la “crisis del pellet” que se registró durante 2022 en la Región y el país.
En conversación con Diario Concepción, Pardow se refirió a las metas que tienen como Ministerio, los avances del plan “Gas de Chile”, robos de cables, entre otras temáticas.
– Es importante que consiguiéramos llegar aquí. Para pensar en los desafíos futuros de la industria, primero hay que resolver las urgencias. Venimos de un invierno que fue muy conflictivo en el tema del pellet y el trabajo que se hizo en conjunto con el sector privado, para reforzar la capacidad de producción nacional, fue muy importante. Hay que reconocer la labor del sector privado en aquello y eso permitió que en este invierno no existan problemas de suministro en ninguna región del país y que los consumidores de pellet hayan tenido a su disposición el producto.
Habiendo superado ese obstáculo, el siguiente desafío es abordar lo que viene en adelante para la industria y que se relaciona un poco con la crisis que habíamos tenido el invierno pasado, y que aquella crisis se produjo específicamente por la ausencia de materia prima para hacer pellet. Y esa ausencia de materia prima se relacionaba, a su vez, con la insuficiente capacidad de secado de la biomasa. Entonces hubo una inversión muy fuerte del sector privado en capacidad de secado de biomasa y eso permitió aumentar en un 50% la producción entre el invierno pasado y este. Es un aumento muy grande para un periodo tan corto de tiempo.
– Cuando uno empieza a mirar hacia el futuro, es necesario también explorar, por un lado, otro tipo de biomasa y de fuente. Hoy, la gran mayoría de los pellets se producen con aserrín, o digamos, reprocesos de la fabricación de muebles, de la fabricación de molduras, de ese tipo de procesos productivos. Y está muy bien que así sea, es económico y permite producir pellet de gran calidad, a bajo costo. Pero a medida que uno empieza a pensar en el crecimiento de esta industria, también hay que empezar a mirar otras formas de acceso a biomasa.
Esto se relaciona con los residuos de la industria agroalimentaria como las cáscaras de arroz; cáscaras de nueces; todo este tipo de fuentes de biomasa que pueden ser utilizadas como combustible. Hay que encontrar una manera económica de aprovecharlo y eso requiere coordinación entre distintos ministerios, junto con el desarrollo tanto del conocimiento científico, como de las soluciones tecnológicas, que permiten que eso ocurra. Ese es el foco también muy orientado a la creación de cadenas de valor.
La industria del pellet es una industria esencialmente nacional y que desarrolla tecnologías propias. Entonces es un espacio también para fomentar conocimiento y aplicaciones tecnológicas que fortalezcan nuestras cadenas de valores. Ese es el principal foco de este convenio que firmamos.
– En un sistema abierto al mercado este tipo de noticias son cosas que ocurren. La resiliencia de la capacidad productiva muestra que, pese a lo que ocurrió, el volumen de producción permitió satisfacer la demanda. Sin embargo, si eso hubiera ocurrido el año pasado, hubiera sido mucho más complejo todavía.
Ahora, a veces también ocurre que empresas integradas actúan tanto en la oferta, como en la demanda, en la producción de pellet, como también en la venta de calefactores, de estufas, o de cocinas pelleteras. Por el lado de la demanda también hay que entender que, producto de lo que ocurrió el año pasado, el mercado ha estado más lento. La venta de calefactores ha estado más lenta y eso también ha impactado a las empresas privadas que están en aquel ámbito, y ahí el trabajo es un poco más de mediano plazo. Hay que tratar, y nosotros lo estamos haciendo, de volver a ganar la confianza de los consumidores en esta tecnología. Esa es una confianza que se resintió en el invierno de 2022 con el quiebre de stock y es lógico que así sea. Es algo que hay que volver a ganar con el tiempo.
– El potencial es enorme en términos de demanda. Si uno considera la demanda total de biocombustibles que hoy tiene nuestro nuestro país, sin migrar personas a los biocombustibles, sino solamente considerando la demanda que hay hoy, la leña húmeda representa cerca del 90%, y el pellet; leña seca; briqueta, cerca del 10%.
El espacio para crecer de esta tecnología es enorme, por cada una estufa de pellet, o que funciona con briqueta, hay nueve que funcionan con leña húmeda. Por lo tanto, la capacidad de crecer es muy grande y como sociedad es muy importante que eso ocurra, porque este cambio tecnológico genera un cambio en emisiones, especialmente de material particulado, muy importante.
Cuando uno produce una disminución pequeña en material particulado de un 5%, por ejemplo, si uno se mueve de un 20% de humedad a un 15% de humedad, las emisiones de material particulado bajan en un 80%. Es decir, el espacio para crecer, por el lado de la demanda, es muy grande y las ventajas sociales asociadas a ese cambio tecnológico son muy grandes también para las ciudades del centro sur de Chile.
– Creo que el momento para enjuiciar este escalamiento comercial que hizo ENAP de su participación en el mercado del gas licuado de petróleo es a fin de año. Por ahora, la evidencia que uno tiene actualmente es que el número de distribuidores interesados en contratar con ENAP va en aumento. Estos son distribuidores 100% privados, que lo que están tratando de hacer es encontrar el mejor producto disponible para llevarle a su propia red de clientes. Por lo tanto, el interés creciente de estos distribuidores permite anticipar que es un plan que, pese a que no ha tenido su cierre financiero, va a tener números razonablemente buenos cuando ese cierre financiero ocurra a fin de año.
Desde el punto de vista de la política pública, lo que es importante destacar también es que estos distribuidores, que están interesados y que han cerrado acuerdos de distribución con ENAP, tienen su propia marca. Entonces, al incorporar los balones de ENAP, se están transformando, en los hechos, en los primeros distribuidores multimarca de nuestro país. La distribución multimarca es uno de los pilares que se está impulsando en el nuevo proyecto de ley – que ya se encuentra en el Congreso y que recoge recomendaciones de la Fiscalía Nacional Económica (FNE)- para mejorar la competencia y perfeccionar el mercado del gas licuado de petróleo (GLP). Creemos que es una de las formas en que se pueda generar mayor competencia y, por lo tanto, menores precios en la industria del GLP. Ahora, esto es paulatino y hay que ir evaluando paso a paso.
– El principal pilar que tiene el proyecto de ley es desintegrar verticalmente una industria. Esta es una industria que hoy funciona de manera integrada, es decir, la adquisición del producto y el llenado de balones de gas está integrado, ya sea por vía de propiedad o por vía de contratos de distribución exclusiva, con la distribución minorista.
Estos son los que toman los balones en los lugares de fabricación y los llevan a los consumidores. El proyecto de ley lo que hace es exigir que se desintegre el mercado y se generen esencialmente dos ámbitos distintos, el de adquisición y llenado de cilindros, y el de distribución a clientes finales.
Ese es el principal pilar del proyecto y lo que permite complementar eso es el libre acceso a las plantas de llenado y la distribución multimarca. Nosotros creemos que la desintegración vertical, junto con garantizar el libre acceso a las plantas de llenado y la generación de las condiciones para que operen distribuidores multimarca, va a permitir que no existan zonas exclusivas; no exista el riesgo de reparto de mercado; no exista disminución de la intensidad competitiva. La idea es que, sobre esa base aumente la competencia y disminuyan los precios.
– Es algo que nos preocupa. El robo de conductores de electricidad es algo que ha ido aumentando desde hace algunos años. Hemos tenido algunas gestiones exitosas. En algunas regiones hemos conseguido que haya fiscales especialmente dedicados a aquello, como ocurrió en la Región del Maule. Eso produjo resultados muy concretos. De hecho, el así denominado “cartel de los cables” fue desbaratado en esa zona producto, específicamente, de la focalización de recursos de investigación.
Sin embargo, es algo que es una realidad compleja con la que seguimos lidiando y tratando de aunar recursos públicos con la Fiscalía, el Ministerio Interior, las policías, para no sólo actuar donde estas cosas ocurren, sino especialmente con lo que ocurre con la reventa y con la parte más industrial de este cartel, como le denominaron en el caso del Maule. Es una realidad compleja, ojalá no ocurriera, pero nuestra tarea es, con los recursos disponibles, tratar de focalizarlos en aquellas regiones donde se ha ido volviendo más preocupante para ir desbaratando estas organizaciones criminales que especialmente operan a nivel mayorista.
– Estamos trabajando por aquello.