Tras concreción de rebaja en 100 puntos base por parte del Banco Central, analistas prevén que los impactos positivos tardarán entre 4 y 6 meses en llegar y aseguran que lo importante es mantener la estabilidad de los precios.
Tal como esperaba el mercado, el consejo del Banco Central decidió aplicar el primer recorte de la tasa rectora en más de tres años, sin embargo, sorprendió con una magnitud que superó las expectativas.
En definitiva, la entidad optó por una baja de 100 puntos base -la mayor desde 2009-, cuando el consenso de los expertos preveía una baja de 75 puntos. Con esto, la tasa rectora quedó en 10,25% y se aleja así del nivel de 11,25% que se mantenía desde octubre de 2022.
Javier Sepúlveda, seremi de Economía, Fomento y Turismo de Biobío comentó que “la rebaja de la tasa de interés por parte del Banco Central marca un inicio de una serie de rebajas durante los próximos 6 meses como mínimo, viendo una disminución escalonada de la tasa de política monetaria (TPM)”.
En relación a las consecuencias de la caída de la tasa de interés, el seremi de Economía, Fomento y Turismo de Biobío adelantó que “los primeros efectos más evidenciables podrán verse recién tras los primeros tres meses de la decisión de rebaja de la tasa, donde existen impactos directos como es el control de la inflación e indirectos como el que sea más barato pedir dinero prestado donde endeudarse será más barato, es decir, para los bancos comerciales les resultará menos costoso adquirir deuda ante el Banco Central lo que debiera transmitirse a los productos bancarios como hipotecarios, créditos de consumo o de inversión que ofrecen los bancos a los clientes finales sean personas o empresas”.
Además, Sepúlveda proyectó que “de aquí a 6 o 18 meses el dinero será más barato y endeudarse también con más dinero circulando en la economía dinamizando la actividad económica y se estimula producción de bienes y servicios”.
De la misma forma, el encargado de la cartera económica en el Biobío aclaró que no se puede proyectar que la baja en la tasa de interés de los créditos hipotecarios compense el efecto de sobre demanda que existe y que ha hecho que los precios de las viviendas, al menos del Gran Concepción, se subieran en los últimos años.
Andrés Acuña, académico del Departamento de Economía y Finanzas de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Bío-Bío (UBB) prevé “una reducción gradual de la tasa de interés de créditos hipotecarios y del valor de los dividendos en términos reales (el valor nominal depende de la trayectoria de la inflación y la UF). Esto podría, eventualmente, incrementar la demanda por este tipo de productos financieros, aunque este tipo de decisiones depende de otras variables como la corriente de ingresos y la estabilidad laboral, esta última con mayor fragilidad considerando las últimas cifras de desempleo reportadas por el INE”.
Asimismo, Acuña proyectó que el sistema financiero debiera en el corto plazo traspasar a sus clientes una reducción en el costo de líneas de crédito, tarjetas de crédito (bancarias y del retail) y avances de dinero en efectivo. “De igual modo, se observaría una caída en la rentabilidad de instrumentos financieros libres de riesgo (ej., depósitos a plazo, cuentas de ahorro) y un alza en el valor del dólar, condicionado a la trayectoria del precio del cobre en las próximas semanas”, dijo.
En cuanto a los impactos económicos más probables, el académico del Departamento de Economía y Finanzas de la Facultad de Ciencias Empresariales de la UBB afirmó que “se encuentra el menor costo de productos financieros que enfrentarían consumidores y emprendedores en los meses siguientes. A su vez, el incremento en el volumen de créditos hipotecarios otorgados contribuiría a reactivar el sector Construcción, actividad económica que presenta una importante contracción desde el primer trimestre de 2022, escenario que también enfrenta la región del Biobío”.
Claudio Parés, doctor en Economía y subdirector del IER (Informe Económico Regional de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas (Facea) de la Universidad de Concepción (UdeC), explicó que “el objetivo principal del Banco Central es mantener la estabilidad de los precios en el país. Para esto se debe asegurar que la moneda mantenga un valor estable y eso se logra a través del mercado financiero. En este caso, debido a la tremenda presión que pusieron la pandemia, los mercados internacionales y las políticas de apoyo estatal y de retiros, el Banco se vio obligado a subir la Tasa de Política Monetaria a niveles históricos”.
En este sentido, Parés apuntó además a que “ahora que vemos señales de haber cumplido el objetivo de estabilizar los precios, es necesario volver a la normalidad. Y es ahí donde el tiempo juega un rol clave. Ser demasiado agresivos en bajar la tasa podría hacer que se pierda la estabilización lograda, pero hacerlo demasiado lento podría tener consecuencias relevantes en una reactivación económica que se hace cada vez más necesaria”.
En cuanto a los 100 puntos base que redujo la tasa de interés el ente rector, el académico de la UdeC, expresó que “la baja a 10,25% demuestra que el Banco Central está tomando el camino de recuperar la actividad económica cuanto antes, aunque eso perjudique ligeramente las expectativas de inflación. Es una medida algo arriesgada que debería tener consecuencias en un alza importante del valor del dólar y, con ello, una moderación en la baja que veníamos observando en la inflación, pero, como sabemos, este tipo de medidas sólo tendrá efectos en la inflación en unos cinco o seis meses más, es decir, a principios de 2024”.