Economía y Negocios

Panadería Perales: un pan en la mesa de padres, hijos y nietos de un mismo barrio

Residentes de la villa han demostrado lealtad en los momentos más difíciles. Su fundador logró levantar la empresa el año 1974, luego de la pérdida total de su primer local en Las Canchas. Hoy son 20 personas quienes dan vida al tradicional local de Talcahuano.

Por: Edgardo Mora 25 de Junio 2023
Fotografía: Raphael Sierra P.

Los orígenes de la tradicional Panadería Perales, ubicada en el sector del mismo nombre en Talcahuano, se remonta al siglo pasado, cuando emigrantes españoles que llegaron en barco a la Región provenían de familias que aplicaban celosamente los secretos de la fabricación de un buen pan desde Europa.

Así lo cuenta Washinton Soto-Aguilar, gerente general al mando del negocio fundado por su padre, Washinton Soto-Aguilar Gaitán, hace ya 49 años. “Mi abuelo, el padre de mi padre, murió cuando mi papá tenía apenas 13 años y a esa corta edad se hizo cargo de la familia. Trabajaba y estudiaba en Los Salesianos y se quedaba dormido en clases, porque trabajaba toda la noche”, recuerda.

El hijo del fundador comenta también que su padre siguió trabajando y estudiando hasta lograr comenzar con una panadería grande en el sector de Las Canchas, también en Talcahuano, en 1960 la que posteriormente se quemó totalmente.

“Pero mi padre recomenzaba una y otra vez. Fue esa energía, esa fuerza increíble la que le ayudó a superar períodos complejos. Antes de levantar una nueva panadería, fue taxista y tras asociarse con un tío abuelo mío, que era dueño de la casa, abrió la panadería Perales el año 1974, es decir, hace 49 años y se llamó Perales porque el sector se llama así ”, destacó.

Negocio con vocación de barrio

Como podría esperarse, en estos 49 años de operaciones, Panadería Perales ya forma parte de la historia del barrio donde se encuentra emplazada (Gómez Carreño #5215) y ha logrado cercanía con los vecinos quienes lo han demostrado en los momentos difíciles. “Para el terremoto la gente de acá se armó con unas puntas y defendieron esto, porque sabían que era su abastecimiento, porque era la panadería que estaba funcionando. Es una relación de mucha cercanía, de hecho los trabajadores viven cerca de aquí e interactúan con los vecinos”, afirmó Soto-Aguilar.

Otro aspecto que refleja la forma en que se relacionan los negocios de barrio con la comunidad es lo que indicó el gerente general en cuanto a que “hemos evaluado la posibilidad de cerrar los días domingo para ordenar los turnos, pero el barrio no nos ha dejado porque viven muchos adultos mayores que este día reciben la visita de familiares quienes de niños compraban su pan acá y quieren volver a vivir la experiencia que tuvieron”.

Los trabajadores

Hoy son alrededor de 20 personas, pero hubo un periodo a principios del año 2000 en que hubo casi 50 trabajando en el local, explica Washinton Soto-Aguilar quien destaca a su “mano derecha”: Guillermo Sanhueza. Este último llegó a “poner el hombro” a sus pueriles 13 años de edad, casi como repitiendo la experiencia del fundador. “Hemos ido envejeciendo juntos y nuestros clientes han sido muy fieles, hemos visto venir a sus hijos y nietos que de alguna manera es un reconocimiento al legado que dejó el fundador don Washinton Soto-Aguilar Gaitán”, señaló el trabajador más antiguo de la panadería.

Ecosistema

Alrededor del negocio se han generado oportunidades donde “existe todo un ecosistema con personas que venden fruta, otros que van cuidando y viven de eso” resaltó el hijo del fundador. Uno de estos casos lo representa Alejandro Garrido, una de las personas que se ubica fuera de la panadería como cuidador de autos y recibe algunas cooperaciones por su trabajo.

El pan más vendido

De acuerdo a Sanhueza, el trabajador con más años de labor en la panadería, “nuestra hallulla es la que más sale, luego el chocoso y coliza”.

“Nuestras empanadas también salieron en segundo lugar a nivel regional hace tres años en un concurso sobre la mejor empanada y, en general, hemos mantenido nuestra calidad por muchos años”, concluyó.

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