La Omil de Concepción registra un aumento en las solicitudes de vacantes por parte de este sector de la población.
Un alza en el número de solicitudes de trabajo por parte de adultos mayores de 60 años registran las Oficinas Municipales de Información Laboral (Omil) del Gran Concepción. En algunos casos estos representan hasta el 10% de los usuarios.
Aseo, cuidados, construcción, y comercio son los sectores donde comienzan a desempeñarse, y que más se repiten de acuerdo a los datos de estos estamentos municipales.
Andrés Villa, encargado de la Omil de Concepción y coordinador de la Red Emplea Biobío, explicó que en el caso de la capital penquista “la variación respecto del 2022 es de un 2%, siendo los adultos mayores al día de hoy un 10% de los usuarios y usuarias intermediadas, respecto del 8% del año pasado. Así, a la fecha se han atendido 169 personas mayores de 60 años, de los cuales el 60% son hombres y el 40% son mujeres”.
Además, en Concepción se otorgan posibilidades para encontrar salarios en servicios domiciliarios y aseo (59%), conserjería (25%), operarios de industrias (6%) y construcción para distintos oficios (10%).
Jessica Jara, responsable de la Omil de Tomé, registra un importante alza. Este año, 163 personas de un total de mil 724 corresponden al rango de 60 años o más, mientras que a la misma fecha de 2022 las solicitudes de ese mismo grupo alcanzaban solamente los 138 ciudadanos.
“Sucede que las personas salen a buscar trabajo cuando se van a pensionar porque las pensiones son bajas y, entre 60 y 65 años, no tienen la edad para ciertos beneficios. La mayoría de las mujeres viene a buscar para trabajar en áreas de aseo u oficios menores como mantenimiento, cuidado de niños, comercio o gastronomía (ayudantes de cocina)”, explicó Jara.
“Los varones buscan el área de construcción. También se nos acercan adultos para hacer capacitaciones para emprender, y en la comuna tenemos una serie de talleres laborales y cursos, por ejemplo, de artesanía para trabajar de manera independiente”, agregó.
Este panorama se debe a que, a pesar de que muchas empresas prefieren trabajadores mayores por motivo de responsabilidad, muchas otras requieren de ciertos rendimientos o competencias específicas.
Otro caso es el de Cabrero, donde también registran solicitudes por parte de personas mayores sobre los 60 años. En las últimas semanas han realizado colocaciones en el área de mantención de áreas verdes.
Si bien el fenómeno descrito responde a empleos formales, vale recordar que el Biobío presenta una importante presencia de adultos mayores en la tasa de ocupación informal, con un 52% de participación. Así lo indica el INE a través de su último Boletín de Informalidad Laboral de la Región del Biobío del trimestre enero-marzo de 2023, que informa que la tercera edad ingresando al empleo informal aumentó en un 3% en comparación con los últimos doce meses.
Anita Hernández, presidenta de la Unión Comunal de Adultos Mayores de Concepción, analiza que a su edad están “dependiendo más que nada del Estado o de lo poco que nos pueda dar alguna institución. Muchas veces debemos seguir trabajando por todas las condiciones de salud. La gente de nuestra edad busca algo para paliar los gastos de alimentos o medicamentos pero, al final, optan por trabajos informales aunque eso no le no le entregue la seguridad que le da un contrato”.
De hecho es costumbre ver a múltiples personas de avanzada edad en las calles penquistas, sobre todo en el comercio de diversos tipos de elementos. Algunos recién ingresan ante la necesidad de cubrir gastos personales, pero otros llevan décadas allí y no tienen en mente otra alternativa.
María Jara tiene 78 años y viene a Concepción desde Quilacoya junto a su hija Ruth Arévalo (54) para vender plantas y flores que ellas mismas cosechan en el campo. “Ha aumentado el trabajo de los adultos mayores porque se genera necesidad al estar tan caros los productos básicos del supermercado, entonces la gente debe ver cómo obtener un ingreso extra. Es difícil instalarse en la calle, tenemos que traer nuestros productos generalmente en tren y permanecer acá durante el día. Aquí muchas veces no almorzamos. Se hace complejo encontrar algo formal hoy en día para los adultos, aunque sean jóvenes”, explican ambas mujeres.
Por otro lado, Rossy Tapia tiene menos de 60 años pero observa que, en el centro de Concepción, “los emprendimientos están creciendo mucho en adultos mayores, porque se hace difícil encontrar trabajo. Yo tejo y también vendo joyas. Quedé sin trabajo hace poco, soy Técnico Administrativo y se terminó mi contrato. Mientras espero que me llamen, tengo que buscar otra cosa para cubrir los gastos”.
Janine Albarrán, coordinadora regional del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), advierte que “la precarización a través del trabajo informal no conlleva seguridad social”.
Bajo su punto de vista, el trabajo durante la edad avanzada “lo pueden hacer las personas mayores pero en condiciones, siempre y cuando ellos así lo quieran. (Lo ideal es) que no tenga que ver con que no les alcanza para llevar el sustento a su hogar. Hoy la realidad de las personas mayores es muy lamentable, muy vulnerable y lo hemos visto durante los últimos años”.
El presidente del Club de Adulto Mayor Lo Custodio de Barrio Norte, Aníbal Alvarado, destaca que también ha sido testigo de un alza en la cantidad de socios que buscan algún salario extra. Eso sí, “las mujeres tienen más posibilidades de trabajo, se informan de personas que necesitan que les cuiden niños o le hagan aseo a las casas. En el caso de los hombres la gente busca varones jóvenes porque suele estar todo automatizado, o nos piden currículum y algunos llevamos muchos años jubilados”.