Apicultores de Santa Bárbara señalan que este año han vendido hacia el extranjero apenas un 20% de lo generado. El valor por kilo se mantiene cerca de $4 mil en el comercio nacional.
La temporada actual no ha sido de las mejores para el mundo apícola, debido a cambios en el mercado internacional que disminuyeron la demanda hacia nuestro país. Así lo explican actores del rubro, toda vez que las exportaciones son el gran sustento de quienes se dedican a esta actividad económica.
Leonardo Guiñez, presidente Apícolas de Santa Bárbara, menciona que “lamentablemente, las exportaciones están debilitadas y el precio cayó por la poca demanda del mercado europeo. Solo se tranzó hasta marzo la miel de raps. Los exportadores explican que Alemania compró a otros países del mercado europeo, generando que mermara la demanda en Latinoamérica”.
“Hay un estancamiento del mercado global de la miel y, por lo tanto, sabíamos que los primeros cuatro meses del 2023 iban a ser complejos, porque el año pasado entraron alrededor de 160 mil toneladas de miel desde Asia a Europa”, asegura Misael Cuevas, presidente de la Federación Red Apícola Nacional.
Eso sí, Cuevas es positivo y adelanta que “seguramente se producirá un reacomodo del mercado, el cual tendería a tomar nuevamente el ritmo anterior y, en dos años, creo que tendremos mayor estabilidad en cuanto al mercado de la miel internacional”.
Consecuencias serias
El dirigente de Santa Bárbara indica que las diferencias se notan en las parcelas de los productores locales, donde hay bastante cantidad acopiada a consecuencia de no haber demanda para vender hacia el exterior. “Normalmente, cada exportador acumula cuatro o cinco contenedores; cada contenedor contiene cerca de 22 toneladas de miel, al menos en lo que respecta a nosotros como cooperativa”, sostiene Guiñez.
“En la Provincia de Biobío, fácilmente, se generan unas 500 toneladas. Este año hemos vendido con suerte el 20% de lo que producimos. El resto queda almacenado”, detalla.
“Cuando no se produce tiraje a la exportación, la miel queda acumulada, pero no siempre el productor está preparado para el envasado y venta en el mercado interior”, añade Cuevas.
Daniel Salamanca, alcalde de Santa Bárbara, descarta que se estén tomando medidas al respecto en este minuto, pero conoce del momento que pasan los trabajadores de la comuna. “El año pasado, el valor de la miel era mucho más alto que el de ahora, y había mayor cantidad de poderes compradores. También la pandemia afectó al rubro, y hubo un estancamiento en cuanto a los volúmenes que se estaban exportando, por razones obvias de control y etc”.
Aquello no solo significa una acumulación del producto final tras meses de proceso, sino que obviamente genera pérdidas económicas para emprendedores que visualizaban una temporada normal y decidieron invertir en tecnologías.
“Afortunadamente, la miel no tiene problemas de caducación, pero muchos apicultores tienen créditos pendientes por compra de maquinarias, insumos y otro tipo de cosas, y se les acercan las fechas de pago. Como venía el año relativamente normal y no habían trancas de ventas, mucha gente adquirió maquinarias, infraestructura o vehículos de carga y algunos no van a poder cumplir. He escuchado de gente que está vendiendo planteles, máquinas o revocando sus compras porque no hay ventas”, cuenta el presidente de Apícolas Santa Bárbara.
Además, suma que van a quebrar varios productores porque el negocio se volverá insostenible, y que no existe seguridad de cómo serán los resultados una vez que se realice una nueva producción en primavera.
Desde la Federación Apícola Nacional, Misael Cuevas puntualiza que la baja en exportaciones no significa un cambio en el costo de la miel en el mercado interno. “Ahí (venta nacional) el precio está más bajo en relación al histórico pero, en cuanto a lo externo, el valor se mantiene en el margen de los $5 mil, desde ahí para arriba”.
Guiñez, por su lado, comenta que “a nivel de supermercados, entiendo que está a 6 mil o 7 mil pesos, y ni siquiera son frascos de kilo. La de productor se encuentra entre $3 mil 500 y $4 mil. Ocurrió que la temporada de cosecha estuvo cara por los costos de combustible”.
Gremio, autoridades y académicos levantan en Santa Bárbara un proyecto para utilizar alforfón a modo de forraje para abejas, en búsqueda de aumentar la oferta de alimento para estos animales y comercializar material vivo hacia el extranjero.
“Hay experiencias desarrolladas en la Región de O’Higgins, donde se ha utilizado el alforfón para el desarrollo de familia y todo lo que tiene que ver con la utilización de material genético y crianza de reinas. Tengo buenos comentarios de apicultores al respecto de la utilización de ese forraje”, apunta Misael Cuevas.
El dirigente nacional valora la iniciativa que van a implementar en dicha comuna. “Todo lo que signifique mejorar aspectos nutricionales de las abejas, está muy bien. Creo que van a partir este año pensando en la temporada que viene. Para las evaluaciones tendremos que esperar uno o dos años con tal de decir si está funcionando o no. Puede ayudar a quienes deseen acelerar los procesos de multiplicación para exportaciones, sobre todo de material vivo”, cierra.