Desde el gremio local aseguran que mucha madera proviene de las zonas afectadas por los recientes incendios forestales. Además, aseguran que esta fuente de calefacción sigue siendo preferida por la población.
“Hemos ido aumentando la demanda de leña año a año”, asegura Luis García, presidente de Proleña, justo al llegar las bajas temperaturas a la Región del Biobío. Comerciantes regularizados confían en su calidad y la preferencia de los penquistas, incluso por sobre combustibles más ecológicos con el medio ambiente.
A la fecha, Biobío cuenta con 33 vendedores con el Sello Calidad de Leña, certificación que dura un año y que en la capital regional tiene a cuatro leñeros en esa condición. Aquel título garantiza que el recurso está seco, con una humedad inferior al 25%, lo que genera más calor y reduce la contaminación del aire.
La seremi de Energía, Daniela Espinoza, explica que el beneficio “se entrega de manera gratuita a través de la Agencia de Sostenibilidad Energética para que las personas conozcan quiénes son los que venden leña de calidad”.
Para ello, los leñeros deben cumplir con la legislación forestal vigente, tener un proceso de secado verificable en terreno, poseer capacidad de almacenamiento y transporte adecuado para mantención de calidad, entregar información y documentos tributarios al cliente, entre otros.
Desde la asociación gremial “Proleña” insisten en que el elemento no va a desaparecer a pesar de los intentos por promover el uso de pellet, gas u otros combustibles, ya que el producto está arraigado como la forma de calefacción del sur de Chile.
“No hemos visto eso que decían que la leña se iría para abajo, lo que quiere decir que la gente nos prefiere”, insiste García. En esa línea, agrega que “hay varios leñeros que se están normalizando. Este año hubo un aumento bastante bueno en certificación, en Concepción creció alrededor de un 30%”.
Maribel Dinamarca, responsable de Comercial Dinamarca, local certificado de Palomares, hace énfasis en el gran esfuerzo realizado por sus colegas para abastecer a la ciudadanía. “Nos preparamos para tener un gran stock para estos meses de grandes ventas. Estamos preparados para recibir a los clientes. No se imaginan el trabajo que esto implica. Tenemos abastecimiento para incluso cubrir la falta de pellet que hubo el año pasado, pero se nos trata como a los parientes pobres de la energía”, apunta.
Tras los incendios, el gremio asegura que ha aumentado en gran cantidad la venta de leña de las zonas quemadas, lo que no garantiza que sea realmente útil para las personas.
“El comercio informal ha aumentado sustancialmente. Es muy elevado en Concepción. Como comerciantes con sello lo vemos. Es complejo porque los potenciales clientes están preocupados sobre el origen de la leña, la trazabilidad, que sea seca y exigen el documento tributario que requieren, y eso no lo da la informalidad”, manifiesta Dinamarca.
Según Luis García, el valor de la astilla de eucalipto -dependiendo de su tamaño- alcanza o supera los $200, mientras que el saco de la misma especie, con 25 kilos, fluctúa entre $6.500 y $7.000.
Juan Chávez, otro comerciante con el Sello de Calidad, comenta que “andan muchas personas vendiendo ilegalmente, porque sacan madera quemada, y la venden a $140, $150 o $160 pesos”. “Hay mucha leña ilegal y eso hace que la venta no sea tan buena. En mi caso, todavía no vendo nada, pero las ventas subirán desde junio en adelante porque vendo leña seca en el invierno”, añade Alfonso Roa, quien completa el grupo de los cuatro certificados locales.
Eso sí, otro punto de vista tiene Maribel Dinamarca. “Ha estado muy lento. Creo que afecta el factor económico que atraviesa el país, además del clima porque recién está comenzando a hacer frío. El verano pasado fue totalmente diferente”, señala.
Luis García descarta denuncias al respecto y sostiene que “la gente decide qué producto elige y nosotros nos promocionamos vendiendo calidad”.
“Desde Proleña tenemos un precio porque damos todo, incluyendo boleta. Si otros venden más barato, bien por ellos, quizás tienen otros gastos. No nos afecta en realidad. Van a venir varias cosas con las que ellos tienen que entender que deben legalizarse. Con la nueva ley de Biocombustibles Sólidos, se deberán normalizar. Algunos también venden leña de calidad y a veces sienten miedo de estar legalizados”.
Daniela Espinoza, seremi de Energía, reafirma que “hasta ahora no nos ha llegado ningún caso en particular (sobre denuncia por venta ilegal)” y que no poseen facultades para fiscalizar.
Eso sí, “el espíritu de la ley de Biocombustibles Sólidos también es regular el mercado. La ley se aprobó el año pasado, este año corresponde realizar el reglamento y, una vez entrada en vigencia, va a ser la Superintendencia de Electricidad y Combustibles la que va a tener la facultad de poder sancionar venta de leña que no esté con la certificación que determinará el reglamento y que no esté en sus registros”.