Desde el sector advierten que esto se ajusta al periodo de pandemia, donde el mercado presentó un incremento inusual. Además, actualmente, se mantiene una alta cantidad de consultas, donde el estado de los créditos hipotecarios serían factor determinante.
Una baja de hasta un 50% en la demanda, en comparación al 2021, han registrado las empresas dedicadas a la venta de casas prefabricadas, en la Región del Biobío.
“A fines del primer semestre de este 2022 se notó una desaceleración en las ventas. La baja, en comparación al 2021, es de casi un 50%”, dijo Felipe Chávez, dueño de Casas Antilhue, firma dedicada a la venta y armado de casas prefabricadas en la zona.
Por su parte, Raúl Segura, arquitecto y encargado de ventas de Madera Kit, explicó que la baja en las ventas en el último tiempo se debe a una variación normal durante el invierno. “Todos los años, en los meses de invierno hay una tendencia a que bajen las ventas. Este año se ha mantenido esta tendencia, pero la baja ha sido más grande este año que los anteriores. A partir del trimestre abril-junio, durante esos meses, generalmente empieza la tendencia a la baja en la compra de casas prefabricadas”, comentó.
No obstante, Segura agregó que también se ha notado un descenso en las ventas, en comparación al 2021. “Este invierno se vendió un 50% menos de las casas que el año pasado en la misma época. No obstante, este mes ya estamos empezando a salir de este bajón en el mercado. A la fecha, en las últimas semanas se ha marcado una leve recuperación. Hemos visto aumento en ventas y en visitas para consultas”.
Hugo Sepúlveda, gerente de ventas y representante legal de Casas Santa Marta, en base al mismo fenómeno, manifestó que “en estos últimos meses ha descendido bastante la demanda, lo que depende de muchos factores y que no se relacionan directamente con la actual situación económica del país (…) También hemos visto mucha migración desde la ciudad hacia el campo, hay personas que se van desde el Gran Concepción a los sectores rurales de la Región y compran una casa prefabricada para concretar una vivienda”.
Un detalle importante que se observa desde la industria es que el periodo pandémico, que fue mantuvo números al alza, respondió a un escenario naturalmente inusual donde el mercado creció mucho y de ahí, también, es que el actual porcentaje a la baja es tan notorio.
“Lo que pasa es que los años de pandemia son inusuales, ya que aumentó mucho la demanda. Podemos decir que ahora estamos volviendo a número prepandemia”, explicó Felipe Chávez, de Casas Antilhue.
“Durante la ese periodo existió un aumento considerable en las ventas de casas prefabricadas. Respecto a eso, encontramos dos principales causas que son los retiros en los fondos de AFP y, en segundo lugar, una migración que hemos notado de las personas desde la ciudad al campo. Básicamente, veíamos a gente que tenían sus parcelas compradas y que, durante esos años, comenzó a materializar su casa en ese terreno (…) Puedo decir que los años de pandemia han sido la temporada con mejores registros de ventas en el último tiempo, vendimos el doble que en un año normal”.
Los actores de este mercado también han notado que se mantiene una alta cantidad de consultas, donde el alza en los créditos hipotecarios han incidido en este actual fenómeno.
Raúl Segura, de Madera Kit, se refirió a la inversión mínima para la compra de uno de estos inmuebles. “Trabajamos con dos tipos de casas. Uno es más convencional, y es como una cabaña, en sus modelos. El otro es de tipo mediterráneo. El precio de cada uno va variando según los metros cuadrados que sean requeridos por el cliente. El modelo más económico es el convencional de 55 metros cuadrados, que bordea los $4 millones”.
Vale recordar que en el Biobío se desarrolla la construcción modular industrializada de madera. Un producto que si bien no es lo mismo que un inmueble prefabricado tiene al material nativo como elemento en común.
María de Los Ángeles Zegers , gerente general del Grupo Patagual, comentó que “nuestro sistema constructivo ofrece múltiples ventajas frente a otros convencionales, partiendo por la capacidad de construir hasta 4 veces más rápido que un sistema tradicional y la sustentabilidad de nuestro proceso que ocupa 90% menos agua y genera menos residuos y CO2”.
Sobre las diferencias con una instalación prefabricada, Zegers explicó que “la clave del proceso que desarrollamos en una planta industrializada como Patagual Home, está en la calidad de la materia prima (en nuestro caso madera 100% reforestada) y la tecnología aplicada en nuestro proceso que gracias al uso de la metodología BIM (Building Information Modeling) posibilita un manejo único y transversal del proceso, desde el diseño de la vivienda hasta su construcción”.