Economía y Negocios

“Barrio Chino” de Lirquén: el polo turístico con espíritu de familia y vecindad

Marisquerías y restaurantes son la primera postal de este punto del Gran Concepción. La mayoría de sus comerciantes y trabajadores son residentes. Hoy, confirman, notan una mayor presencia de visitantes.

Por: Nelson Ojeda 08 de Agosto 2022
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Es desde la altura, desde su clásico mirador donde mejor se contempla la variedad de espacios y colores que tiene Lirquén, en la comuna de Penco.

Puerto y emplazamiento de caletas y barrios residenciales, se caracteriza también por sus pendientes, casco industrial y un polo gastronómico que se desprende desde la Bahía de Concepción: el “Barrio Chino”.

Calle Balmaceda es la arteria que ha visto la evolución de este punto turístico durante los últimos 50 años. Sus comerciantes comentan que ya son dos generaciones de familias las que han consolidado la actividad. Otros, incluso, hablan de tres generaciones que mantienen vivo el espíritu costero levantando restaurantes, marisquerías, entre otros espacios de ventas.

Es precisamente esta tradición familiar el gran sustento y valor que define al “Barrio Chino”. Es ahí donde se mezcla trabajo y hogar como un concepto único.

Muchos de estos locales gastronómicos hoy son inmuebles de hasta tres pisos, donde los dos primeros niveles son de atención al público, mientras el último es la casa residencial de los propios empresarios de Lirquén.

Bernardita Valenzuela lidera hace más de 40 años el “Hanyin San”. Con orgullo muestra una de las paredes que dan la bienvenida a su local, donde destacan certificados y fotos junto a rostros del espectáculo nacional y autoridades que han visitado el recinto.

Bernandita confirma que en su caso existe un ejercicio de traspaso donde por décadas han participado hijos, suegra, esposo, etc. Esto, advierte, es su mayor orgullo y prueba fehaciente de perseverancia.

“Todo comenzó cuando conocí a mi marido. Él y su familia ya tenían un local y tiempo después formamos este”, dijo.

“Uno ya conoce a toda la gente. Uno conversa con su clientela, la que se siente como en casa. Esto es familiar y lo agradezco. Es algo que hay que cuidar y mantenerlo”, agregó.

Pailas Marinas destacan en las cartas de los variados locales del barrio.

El Barrio Chino

El conocido callejón del “Barrio Chino” no tiene más de 8 metros de ancho. A lo largo se extiende desde calle Balmaceda y al otro extremo roza una línea férrea.

Su ingreso es llamativo pero si alguien no es un visitante habitual hasta podría pasar de largo sin percatarse del universo único que hay al interior de esta verdadera franja.

Es que en este ingreso comulgan vendedores y mariscadores. Algunos suben la voz para persuadir a cualquier desconocido con rostro de potencial turista. Otros se dedican en silencio a seguir limpiando la pesca del día. Esa misma que luego llegará a las cocinas y platos del callejón.

Frente al “Hanyin San” está “Mi casa”. Quien lidera hoy el negocio es Hernán Nuñez .

Pertenece a la tercera generación a cargo del restaurante y recalca que el cierre obligatorio de su local, debido a la pandemia, lo pudo superar gracias a una red de familiares y amistades de todo el Gran Concepción.

“Nos hicimos cargo del restaurante en marzo de 2020 y en eso llega la pandemia. Apenas asumimos tuvimos que cerrar por cerca de seis meses. Nos reinventamos con las entregas a domicilio y retiro en local”, contó este comerciante.

Ahora, al abrir nuevamente las instalaciones, lo normal es observar el ir y venir desde la cocina a los comedores a quienes lo acompañan en este negocio: familiares en su mayoría.

“Hace un mes, más o menos, que las ventas han venido mejorando, sobre todo los fines de semana”, afirmó Nuñez quien con entusiasmo muestra una de las últimas novedades de su carta: la chorrillana de mariscos. Una creación de autor, o en este caso de autoría familiar.

Desde la vereda

Bernardita Valenzuela es parte del directorio de la Cámara de Comercio de Penco. Conoce muy bien la realidad de contraste que ha tenido el barrio desde antes de la pandemia y durante el momento más crítico de esta. Reitera que en el Lirquén y sobre todo en el “Barrio Chino”, existe una cultura de comunidad donde todos los vecinos se conocen y el día a día gira en comunidad.

Hace 50 años comenzó vendiendo pan en un puente del sector. “Hoy está llegando más gente (turistas). Eso es bueno porque también permite abrir y seguir entregando trabajo a la gente que ha estado toda una vida junto a nosotros”, comentó Bernardita Valenzuela a propósito de la importancia y cuidado del personal y equipo humano.

Claro que la venta en la vía pública sigue vigente. Hoy ya no es Bernardita pero sí otros comerciantes. Reconocen que no hay permisos o patentes; y es la connotación de oficio típico el que permite seguir operando.

Pancoras, tortillas, y hasta empanadas fritas del momento se distribuyen en un par de cuadras. Las y los comerciantes de Balmaceda conviven junto al resto de los actores del turismo de Lirquén. Hasta hace poco, incluso, contaban con un sindicato el que buscan rearmar.

Entre la variedad de aromas, carteles, freidoras y toldos está Berta Saavedra, quien de hecho fue dirigenta de esta organización. “Primero éramos el Sindicato de Vendedoras de Mariscos y Tortillas del Barrio Chino de Lirquén. Ahora la idea es unirnos entre los que trabajamos en la calle junto a quienes tienen puestos establecidos”, detalló.

Al igual que Hernán Nuñez, Berta explica que las ventas están repuntando. Una buena noticia luego de las cuarentenas y el retiro paulatino de la lluvia.

“En marzo la venta cayó mucho. Hace tres semanas esto viene mejorando”, comentó.

Berta explica que a mitad de semana registran más ingresos. Esto por el efecto en cadena que significa la realización de una feria libre, cada miércoles. “La gente viene a la feria y de paso nos compra a nosotras”.

Marisquerías

Ximena Aguayo es la propietaria de la marisquería “El Delfín”, donde en 30 años de labores ha visto un cambio notorio en Lirquén, como ella misma dice.

“La plaza, por ejemplo, está renovada. La explanada igual ha mejorado. El entorno en general es más bonito en Lirquén”, resalta con orgullo.
Hoy Ximena muestra platos compuestos por variedades de mariscos. Esto lo hace día a día, al igual que en las últimas tres décadas. Un aprendizaje que le entregó su mamá. Un oficio que aprendió desde la casa.

Ximena Aguayo muestra unas de las preparaciones más solicitadas por los turistas.

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