Economía y Negocios

Alto Biobío, Florida y Tirúa muestran mayor pobreza multidimensional en Biobío

Es información contenida en el último informe del Observatorio Laboral Sence Biobío. Escasez hídrica, violencia y falta de tecnologías entre otros, agudizaría brechas de la ruralidad en la Región. Economistas y alcaldes realizan análisis de cifras y territorios.

Por: Edgardo Mora 07 de Junio 2022
Fotografía: Contexto.

De acuerdo con el último informe correspondiente al boletín número 4 del presente año emitido por el Observatorio Laboral Sence Biobío, las comunas de Alto Biobío, Florida y Tirúa, son los territorios de mayor pobreza multidimensional con 60.7%, 37,8% y 34,9%, respectivamente.

De igual forma, en el documento se indica que algunos de los factores que no han sido mencionados con anterioridad y que afectan a las zonas rurales son: el cambio climático, la escasez hídrica y el aumento de temperaturas y de fenómenos climáticos extremos. Por ello, desarrollar estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático es clave para sostener estos agroecosistemas.

Otro punto relevante del informe señala que la Nueva Ruralidad ha permitido visibilizar actores que en el contexto rural han sido postergados, como las mujeres y los pueblos originarios.

Economistas y alcaldes, realizan el análisis de las principales cifras del informe junto con responder a la interrogante de cómo impacta la violencia en sus territorios.

Visión de economistas

Luis Méndez, director del Observatorio Laboral Sence Biobío y académico de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Biobío, requerido acerca de lo más importante del boletín, detalla que a nivel de comunas, en la Región, Alto Biobío, Florida y Tirúa, son los territorios de mayor pobreza multidimensional con 60.7%, 37,8% y 34,9% respectivamente.

A la vez, Méndez plantea que “revertir lo que se observa, demanda una política nacional que exige mejorar la conectividad digital, invertir en infraestructura (caminos, embalses, canales de riego, estimular mayor presencia de capital humano, facilitar el acceso al crédito a pequeñas y medianas empresas y mejorar el acceso a los mercados internos de distribución. En otras palabras, cambiar el rol de sector marginal que el país le asigna al sector agrícola y rural, en la estrategia nacional de desarrollo”, enfatiza.

Claudio Parés, economista de la Universidad de Concepción, consultado acerca de los desafíos económicos más urgentes del sector rural, sostiene que se mantienen los desafíos del sector: “aumentar su productividad y mejorar sus condiciones en tanto son un pilar fundamental para el funcionamiento del resto de la economía. Sin un sector rural que funcione de manera sustentable es difícil imaginar una sociedad que funcione de la misma manera”.

Mirada de las autoridades

Jorge Roa Villegas, alcalde de Florida señala en relación al boletín que no puede estar más de acuerdo con la presentación y el diagnóstico que realiza el boletín.

“Efectivamente, el mundo rural que es el que produce la alimentación para el mundo urbano, se encuentra bastante desposeído, con malos caminos y mala conectividad y poco apoyo para quienes cultivan la tierra”, resalta la primera autoridad comunal.

En cuanto a la escasez hídrica, Roa resalta que muchas veces “se piensa más en el déficit hídrico para el consumo humano donde el agua para el riego también resulta fundamental para la producción del campo así como también es importante la innovación y nuevas tecnologías”.

Cristian Peña, alcalde de Lebu y presidente de Arauco 7 en cuanto al impacto de la violencia en el desmedro económico de los territorios indica que “la violencia rural es uno de los factores, pero no es el único. Aquí está presente la pobreza multidimensional, que tiene que ver con el empobrecimiento de los territorios y también con el abandono del Estado. Tirúa, Florida y Alto Bío Bío son ejemplo de ello, territorios que se han ido empobreciendo con el paso del tiempo”.

Por su parte, Javier Sepúlveda, seremi de Economía, Fomento y Turismo en Biobío comenta que las cifras del informe, “dan cuenta de las diferencias estructurales que tiene la ruralidad en 2022 versus el mundo urbano, donde la población rural en la última década ha aumentado en el país, pero en Biobío ha ocurrido lo contrario, decayendo en los últimos 10 años”.

El seremi pone atención además en que desde el punto de vista de la pobreza multidimensional es en estos territorios donde se observan las mayores brechas aludiendo al más del 60% que tiene esta condición en la comuna de Alto Biobío.

Cuarto Boletín de Ruralidad 2022.

Brechas de ingresos

De acuerdo con el boletín, las actuales brechas de ingresos de la ruralidad en Biobío muestran que según la “Encuesta Suplementaria de Ingresos (ENE)”, los ocupados en Biobío perciben en promedio ingresos de $549.375. Al separar entre zonas urbanas y rurales el ingreso promedio en zonas urbanas es de $570.770, mientras que en rurales alcanza los $365.307.

Adicionalmente, el boletín informa que la brecha entre los ingresos por zona es de -36%6 en desmedro de los ocupados en zonas rurales ($205.462 en promedio menos).

Ahora, de acuerdo a la ESI 2020, los hombres en zonas rurales obtuvieron un ingreso promedio (ESI 2020) de $377.615, mientras que las mujeres $337.615. La brecha de género en el ingreso promedio se ubicó en -10,7%6 en desmedro de las mujeres (en promedio $40.476 menos que los hombres).

Al comparar los ingresos por sexo entre el área rural y urbana se observa una diferencia negativa (perciben ingresos menores) para los ocupados en zonas rurales, tanto para hombres en $243.056, como para mujeres en $162.488.

Otros guarismos relacionados con la ruralidad contenidos en el boletín del Observatorio Laboral Sence Biobío son que en la Región del Biobío el 39% de los ocupados en zonas rurales tienen un empleo informal, esto alude a aquellos trabajadores dependientes que carecen de acceso al sistema de seguridad social (pensión y salud) por concepto de su vínculo laboral.

Además, los trabajadores informales en áreas rurales perciben ingresos promedio (ESI 2020) de $185.807, mientras los ocupados formales en zonas rurales obtuvieron ingresos promedio de $450.730.

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