La lenta recuperación del empleo preocupa a especialistas y autoridades. De la misma forma, la informalidad laboral no ayudaría a mantener la economía regional y sus niveles de productividad.
La tasa de desempleo de Chile llegó al 7,8%, tres décimas más que el mes anterior, mientras que el número de ocupados creció un 8% en 12 meses, regresando a los niveles anteriores a la pandemia,
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el desempleo de marzo implica un descenso interanual del 2,6% y fue “producto del alza de la fuerza de trabajo (5%) menor a la presentada por las personas ocupadas (8%)”, explicó el ente a cargo de la medición. El incremento de las personas ocupadas se vio influido por comercio (9,9%), actividades de salud (15,6%), la construcción (11,4%)”.
En el Biobío, la tasa de desocupación regional fue 8,3%, disminuyendo 1,1 puntos porcentuales (pp.) respecto a igual período del año anterior. Los ocupados del trimestre móvil enero – marzo 2022 aumentaron 6,8% en doce meses, equivalente a 42.662 personas más, influenciado por mujeres (11,7%), y hombres (3,6%).
No obstante, a pesar del aumento en la ocupación, las autoridades y especialistas observan con preocupación la tasa de desempleo del Biobío. Hace unos días, desde el Parlamento solicitaron al Gobierno evaluar la declaración de “Zona de Rezago” a toda la Región del Biobío, con lo cual se liberarían recursos para implementar programas especiales de apoyo a la economía local.
“En cuanto al desempleo regional, hay un tema estructural que no se puede soslayar, que dice relación con el comportamiento persistentemente superior de las tasas de desocupación regional, respecto de la media nacional. En efecto, ya son prácticamente 3 décadas con un desempleo superior al promedio nacional”, explicó Ariel Yévenes, economista de Observatorio de Corbiobío.
Por su parte, el diputado del Distrito 20, Eric Aedo, sostuvo que una de las soluciones para enfrentar el desempleo de la región es la puesta en marcha de grandes obras públicas. “Es fundamental acelerar el inicio de las obras de grandes proyectos de inversión pública que generan mano de obra, como el nuevo puente ferroviario sobre el río Biobío y la Ruta Pie de Monte, obras que además potenciarían el desarrollo de la zona”, señaló el parlamentario.
“En este sentido, si bien cabe reconocer que la informalidad ha sido un factor clave para mantener acotados los niveles de desocupación en los números, desde lo cualitativo y la competitividad, resulta insostenible mantener la economía regional con bajos niveles de productividad del trabajo y un empleo de baja calidad, sin las prestaciones sociales correspondientes a ello”,añadió el economista.
Para los especialistas, con la informalidad laboral emerge el desafío precisamente de generar empleo de alta productividad y calidad y a su vez, propender a la formalización de actividades emergentes, que suelen aparecer con mayor intensidad cuando se enfrentan crisis de actividad, como lo ha sido la pandemia, y que aún permanecen en la informalidad, con reducida productividad, salarios relativamente bajos y sin los elementos de seguridad social vinculables.