Especialistas de la región manifiestan que, a pesar de las condiciones del proyecto, un nuevo retiro generaría un impacto en las pensiones futuras, la inflación y el desarrollo económico del país.
Con 9 votos a favor y 4 en contra, este miércoles se aprobó en la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja el proyecto de quinto retiro acotado del Gobierno. Asimismo, la iniciativa se verá en Sala el lunes 18 de abril, junto al proyecto de retiro que refunde varias mociones de diputados y diputadas.
La idea del quinto retiro acotado del Gobierno, solo podría utilizarse para los siguientes fines específicos: exigir el pago de pensiones alimenticias; pago de deudas de salud; adquisición de la primera vivienda (Subsidio DS1 y DS59); pagar deudas hipotecarias de crédito hipotecario; pagar deudas de servicios básicos vencidas hasta el 31 de marzo de 2022; y el pago de otras deudas financieras.
Dentro de la iniciativa, existe flexibilidad para acceder al Seguro de Cesantía, como también el retiro del 10% de las AFP con un mínimo de 35 UF ($ 1.114.229) y un máximo de 150 UF ($ 4.775.269), pero solo en ocasiones excepcionales.
El proyecto del Ejecutivo fue pensado tras llegar a acuerdos con las y los parlamentarios oficialistas en el marco de la discusión del quinto retiro.
Camila Vallejo, ministra vocera de Gobierno, explicó que la idea es “evitar a toda costa que haya situaciones que incrementen más la inflación, pero también atender lo que viven mujeres y trabajadores del país”.
“Todo aquello que implique retirar ahorros destinados a pensiones, tiene como efecto obvio y directo la reducción de pensiones potenciales hacia el largo plazo. Ahora bien, esto resulta desde luego una profundización de una problemática ya generada con los retiros anteriores, en términos de que porcentajes muy importantes de población ya no disponen de recursos en sus cuentas”, explicó Ariel Yévenes, economista Observatorio de Corbiobío, sobre el contexto actual del sistema previsional chileno después de los tres retiros que se realizaron en los últimos dos años.
El economista sostiene que, en términos inflacionarios, más allá de las restricciones y modalidades que se puedan determinar, un nuevo retiro constituye todavía una presión que afecta la economía, que ya se encuentra bastante afectada por el flujo de retiros anteriores.
Asimismo, especialistas sostienen que un elemento no menor en toda esta temática dice relación con la incertidumbre económica que se tiende a generar en estos procesos, lo que por cierto se agrega a lo ya existente y que tiene muy afectada la inversión. Lo último constituye una variable clave de crecimiento y reactivación.
Cabe destacar que, tras un acuerdo mayoritario de los comités parlamentarios, se fijó para la tarde del lunes 18 de abril la votación de los proyectos de retiro de fondos en la sala de la Cámara de Diputados y Diputadas. Se revisará en la misma jornada, el quinto giro y también el proyecto alternativo presentado por el Ejecutivo.