Sugieren considerar el traspaso de las alzas al producto final junto con prever una menor demanda. A la vez, sugieren ver escenario como una oportunidad para la innovación y salir de zonas de confort.
Primero el llamado estallido social, luego pandemia y ahora conflicto bélico en Ucrania. Al parecer emprender se hace cada vez más cuesta arriba donde los mentores pueden cumplir un rol coyuntural más relevante.
Lorena Sánchez, ex alumna UdeC, directora de StartValue, gerente de Administración y Finanzas del Grupo Santa Victoria y mentora integrante de la red de IncubaUdeC hace ya algunos años, comenta que cuando hay una guerra por lo general suben de precio los commodities como el petróleo, donde se estima que su valor aumente en el país alrededor de $250 por litro, encareciendo el transporte y por ende el producto final también estará más caro.
“El emprendedor tendrá que sumar esta alza del precio en el producto final, incluyendo el alza del dólar que afecta a los productos importados, todo lo que es tecnología o vehículos principalmente”, sostiene Sánchez.
Otra variable que sugiere considerar la mentora a los emprendedores son los desbordes que está sufriendo el IPC con cerca de un 7% anual lo que probablemente implicará nuevas aumentos de tasa por parte del Banco Central que desincentivará el consumo y por ende la demanda.
Por su parte, Inti Núñez, presidente de Compite y director de estrategia de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción sostiene que las crisis, y la guerra es uno de estos casos, implican cambios a mayor velocidad.
“Para los emprendimientos e innovación es oportunidad, pues la característica que tienen es su velocidad. Aún no se sabe el impacto total de lo que está pasando, y como podrían cambiar los mercados, pero pareciera que Asia se sigue consolidando y China crece”, afirma el director de la UdeC.
En este sentido, José Miguel Flores, abogado de Flores & Acevedo, profesor de Gobiernos Corporativos en el Magister de Finanzas Aplicadas de la Universidad del Desarrollo y mentor de IncubaUdeC plantea que “la crisis producida por la invasión a Ucrania genera una gran inestabilidad en los mercados. Sin embargo, el espíritu de los emprendedores chilenos no se verá menoscabado. Los emprendedores ven oportunidades todo el tiempo, desde luego, en las crisis. Grandes emprendimientos (unicornios) han surgido en la pandemia. Los emprendedores como empresarios que son, deben ser capaces de salir de su zona de confort, adaptarse rápidamente y anticiparse a las necesidades del mercado, anticiparse a los intereses de sus actores críticos y construir soluciones innovadoras y de gran valor. Lo anterior se puede hacer con o sin crisis, en Chile y por supuesto en nuestra región”.
Requerido acerca de cuáles serían las sugerencias más importantes para los emprendedores, Flores señala que en primer término es que logren comprender sus negocios en 360 grados. Agrega el saber identificar los elementos innovadores del negocio y si es del caso, protegerlos intelectualmente, así como identificar el aporte de los fundadores y establecer mecanismos para que ellos sean un aporte permanente en la empresa.
El abogado sugiere que contratos como el vesting son importantes para retener y mantener el la propuesta de valor de los fundadores. Según el mentor el vesting es una operación que permite garantizar la permanencia y compromiso del equipo, en este caso de los socios fundadores o creadores de las ideas innovadoras, en virtud de este contrato se le pueden otorgar ciertos beneficios al fundador o colaborador por su permanencia y compromiso en el desarrollo y crecimiento de la empresa. A un colaborador una opción para adquirir acciones a un precio pre-fijado, a un socio fundador acciones con ciertas preferencias.