Tanto en comisión de Trabajo como de Hacienda se lleva adelante la discusión, mientras economistas reconocen que son soluciones parche que no ataca el tema de fondo.
Aunque aun no hay luz verde, ayer se avanzó en la tramitación del proyecto que establece una Pensión Garantizada Universal de $185.000 para todos los pensionados, tanto en la Comisión del Trabajo como de Hacienda. Esto en su debate en particular.
Son seis las nuevas medidas, entre las que también se considera un aumento a la tasa marginal de la sobretasa de impuesto territorial para el tramo más alto, y se moderniza el sistema de concesiones mineras (patentes de exploración y explotación). Hacienda también anunció un cambio al Mepco para que no caduque en los próximos meses.
Entre las propuestas, se destaca además el aumentar el universo de beneficiados por pensión de invalidez desde el 60% más vulnerable actual hasta el 80%, que aquellos jubilados que reciban más por Aporte Previsional Solidario (APS) que por PGU no tengan que elegir, sino que en forma automática se le asigne la fórmula más conveniente.
También, que para definir al 10% que queda fuera del beneficio, no se considere en el ingreso su vivienda principal. Un bono compensatorio para quienes usaron parte de sus ahorros para financiar el Aporte Previsional Solidario (APS), y aumentar a seis meses el plazo para que una persona pueda permanecer fuera del país recibiendo el beneficio y retirar del texto la utilización del Fondo de Reserva de Pensiones (FRP) para financiar la medida.
Para el economista de la Universidad de Concepción, Claudio Parés, la idea de una Pensión Garantizada Universal va en la dirección correcta, sin embargo, insiste en resolver los problemas simplemente reasignando dinero, dijo.
“Un sistema de seguridad social necesita incluir soluciones en salud, transporte y vivienda para los adultos mayores, no solo darles más dinero. Si pudiéramos garantizar que tendrán salud garantizada, remedios garantizados, transporte gratuito y viviendas dignas en las que vivir, tal vez no completamente gratuitas, pero sí a precios con un importante subsidio, no sería tan urgente aumentar el dinero entregado en pensiones”.
Y es que insistir en solo repartir dinero no resuelve los problemas, destacó Parés.
“Un sistema que ofrezca soluciones, sí. Y es posible que ese sistema sea incluso más caro y difícil de financiar que el aumento de la pensión, pero generas cohesión social y le das sentido al aporte de todos al sistema. Además, sistemas de salud, transporte y vivienda especiales crean valor. Las pensiones solo reparten plata.
Por su parte, el economista d ela UDD, Carlos Smith, también reconoció que la PGU no resuelve el tema de fondo, pero se debe entender que el tema previsional tiene varios tiempos, y esto apunta al corto plazo.
“Necesitamos una reforma mucho más profunda y que se vayan transparentando cosas que polìticamente, pueden no ser tan atractivas, como por ejemplo, analizar el tema de la edad de jubilación,, la densidad de las cotizaciones, lo que se relaciona con la informalidad en el mercado laboral, aspectos más profundos y de largo plazo, pero que es hora de encontrar soluciones”.