Economistas consideran que es difícil visualizar una estimación local por una serie de factores que hacen prever inestabilidad. Crecimiento debiera rondar el 2,5%.
A solo un día de la elección que definirá al nuevo Presidente de la República, mucho se ha especulado respecto a qué ocurrirá con la economía durante el 2022. Sin embargo, desde el Banco Central ya anunciaron que el nuevo mandatario recibirá una economía en franco ajuste y con el riesgo de caídas en la actividad, tanto en sus mediciones anuales como en relación al trimestre anterior.
“Cuando uno tiene una desaceleración importante de la actividad, como es pasar de un crecimiento de 12% a uno entre 1,5% y 2,5% (para el 2022) y 0% y 1% (el año siguiente), por supuesto que la probabilidad de que haya tasas de variación negativa en algunos trimestres es real, es alta, ya sea medidas en 12 meses o medidas de trimestre a trimestre”, comentó Mario Marcel, presidente del Banco Central en el marco de la presentación del Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre.
Y aquella tesis, sustentada en bases de comparación más exigentes por el histórico crecimiento de este año, se ve reflejada en los pronósticos incorporados en lo más reciente por el mercado.
Sobre las proyecciones para 2022, el escenario relativamente claro. La expectativamente de crecimiento oscilará entre el 1,5% a 2,5%.
“Sin duda, esta situación puede cambiar con las incertidumbres internas como, por ejemplo, lo que ocurra con la Convención Constitucional y con lo que pase este fin de semana en la elección de nuevo Presidente. Ello influirá en las reacciones de mercado y en las primeras decisiones que se vayan tomando. Por eso, todo esto es volátil y difícil saberlo. Podemos estimar que ese será el crecimiento, primero por una muy alta base de comparación por el excesivo crecimiento que hemos tenido este año”, señaló Carlos Smith, economista de la Universidad del Desarrollo.
El académico de la UDD agregó que este crecimiento, que está 5 puntos sobre el potencial no dejaron la vara muy alta y considera que también rondan algunos factores que pueden hacer cambiar las actuales proyecciones para el próximo año.
En el plano local, el economista visiona un crecimiento pequeño o menor al presupuestado para el país debido a la importante caída de la inversión.
“La inversión ha caído demasiado y la inversión es la que genera los puestos de trabajo en el largo plazo. Por lo tanto, esas menores inversiones por mayores tasas hacen que la inversión caiga. Eso lo vamos a ver de manera mucho más fuerte en nuestra Región”, indicó Smith.
Otro factor que juega en contra del Biobío es el término de muchos de los proyectos que estaban manteniendo el empleo y la inversión, como el Proyecto Mapa, lo que incrementará el desempleo y radicará en un 2022 más complejo.
“Veremos mayores índices de desempleo para 2022. Eso muestran los indicadores. El 2023 existe la opción de que sea muchísimo más delicado el tema. Creo que se vienen tiempos complejos para los que hay que estar preparados”, cerró el economista.
Por su parte, Andrés Ulloa, economista de la Ucsc, cree que habrá un balance por las diferencias habituales entre en el país y el Biobío.
“Creo que andaremos entre el 2,5% y el 3% de crecimiento. Tenemos menos empresas grandes y cuando se producen efectos negativos, el impacto no es tan fuerte para el Biobío. No veo al sector forestal afectado de gran manera porque exporta, pero no va a cambiar demasiado. Nos debería con un rango superior a la estimación que se hace para el país”, destacó Ulloa.