En tiempos de crisis climática bienvenido el aumento sostenido de “autos ecológicos”. Acá las alternativas y sus características.
De acuerdo con cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), a septiembre de este año se han comercializado 2.243 vehículos con tecnología bajo o cero emisiones, con un crecimiento de 361% en la comparación interanual.
Pero ¿qué se entiende por un auto cero o bajo en emisiones?.
El director de carreras del área mecánica de la Escuela de de Mecánica y Electromovilidad de Inacap, Héctor del Pino, explicó las categorías existentes en el mercado.
Están los HEV, o Vehículo Híbrido Convencional, que combina dos fuentes de potencia, con un motor principal a combustión y una batería y motor eléctrico que sirven de apoyo en diversas situaciones.
“Este tipo de vehículo es uno de los primeros que se ha tenido en circulación masiva, y su principal beneficio es que normalmente no requiere ser enchufado para cargar sus baterías, ya que cuando no tiene carga suficiente o se requiere mayor torque, se coloca en funcionamiento el motor de combustión, el que permite el funcionamiento del vehículo y al mismo tiempo recarga la batería de tracción. Este vehículo es considerado de baja emisión, ya que principalmente habrá emisiones al trabajar el motor de combustión interna, aunque con todos los sistemas de control de emisiones que tienen los vehículos con éstas tecnologías, esos gases son mínimos”.
Este tipo representó el 44% de las ventas de septiembre según Anac.
El otro, es el EV (Vehículo Eléctrico), vehículos que solo funcionan con baterías y se recargan conectándolos a la red eléctrica. Tiene una autonomía ideal predefinida por el fabricante, sin considerar el uso de otros sistemas que pudiesen gastar energía de la batería, como las luces, calefacción, audio, etc. “Hay que tener en cuenta los tiempos de carga, ya que hay electrolineras de cargas lentas o rápidas, en éstas últimas la batería no alcanza a cargarse al 100% por temas de seguridad, ya que mucho flujo de corriente, genera también mucho calor”, sostiene el docente.
El tercer tipo es el denominado PHEV (Vehículo Híbrido Enchufable), que combina un motor de combustión con un motor eléctrico y baterías de mayor capacidad, que se recargan enchufando el vehículo a la red eléctrica. A diferencia del primero (HEV), cuando su batería se descarga, necesariamente debe funcionar sólo con el motor de combustión, lo que provocaría mayores emisiones y obligatoriamente debe recargar su batería de tracción enchufando el vehículo en su domicilio o en una electrolinera para recargar la batería y tener disponibilidad de circulación con un motor más amigable con el medio ambiente.
Y está el MHEV, Vehículo Microhíbrido o de hibridación ligera que combina el motor a combustión con un pequeño motor eléctrico, que asiste a la conducción en momentos puntuales y sirve también como motor de arranque. “Este tipo de motorización es la menos utilizada y el motor de combustión interna es el más requerido, excepto en las partidas y quizás a bajas velocidades, que es donde se generan más emisiones contaminantes y mayor consumo de combustible. Sin duda que es una alternativa, sin embargo, desde el punto de vista de un vehículo más ecológico, los anteriores son mejor opción”, aconseja el académico, Héctor del Pino.
No obstante aquello, en septiembre anotaron su mejor mes en ventas, con 134 unidades comercializadas.
Desafíos
Según un estudio de ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles) existe una directa relación entre la infraestructura de carga disponible en sitios públicos y el aumento en las ventas de vehículos recargables (eléctricos e híbridos enchufables).
“Esto debe ser un punto importante para considerar en Chile con el fin de aumentar la cantidad de unidades de vehículos recargables, tanto para usuarios particulares, como para empresas y pymes”, sostienen desde la Anac.
Cabe precisar que según datos de la SEC, hoy existen 301 cargadores públicos a lo largo de todo el país, con 520 conectores, estando, la mayoría de ellos (236), en la zona central de Chile (entre Valparaíso y Maule). Y del total, 68,27% de los conectores son de carga semi rápida (3kW <P≤22kW) y 31,54% de carga rápida (22kW <P≤50kW), existiendo uno solo de carga ultra rápida.
“Esta infraestructura disponible en el país dificulta la posibilidad de planificar trayectos largos, por lo que los consumidores prefieren optar por vehículos híbridos o microhíbridos, como se puede ver en las ventas de vehículos de cero y bajas emisiones en Chile”, sostienen desde Anac. (Ver gráficos).