La alta tasa de interés y la inflación que se vive en el país serían las principales causas. En las próximas semanas el escenario se volvería aún más complejo por alza de la UF.
En medio de la delicada situación económica que vive el país uno de los temas que se ha complicado es la adquisición de viviendas o también conocido como “el sueño de la casa propia”. Cientos de personas han debido postergar sus anhelos de adquirir un bien inmobiliario, principalmente, por el alto costo de la compra. Sin embargo, en los últimos meses se han sumado nuevos factores a esta complicación.
El escenario es complejo, puesto que la gran inflación que se registra por estos días, y la opción de que el Banco Central siga incrementando con fuerza la Tasa Política Monetaria (TPM), golpean al sector inmobiliario, ya que se genera una contracción de la demanda por propiedades nuevas. Esto radica en la acumulación del stock, que sigue creciendo. Por ejemplo, la oferta de departamentos en venta registró un aumento anual del 56%. Sin embargo, la demanda para comprar departamentos cayó considerablemente.
Nicolás Izquierdo, gerente de Planificación y Operaciones de Portal Inmobiliario, entidad que realizó el estudio señaló que “en muchas comunas de la Región Metropolitana y diversas regiones del país, se mostraron bajas en la cantidad de días que permanece un aviso en el sitio, lo que va de la mano con una recuperación a niveles pre pandémicos donde el mercado de arriendo volvió a representar el 50% de las cotizaciones de inmuebles”.
“Esto es coherente con el incremento en demanda que hemos observado y como consecuencia caída en la oferta disponible”, comenta el ejecutivo y especialista del mercado inmobiliario.
Una de las consecuencias de esta situación es que los consumidores están prefiriendo el arrendar por sobre comprar. Las altas presiones inflacionarias es uno de los factores que inciden en la restricción de la demanda a la hora de adquirir una propiedad. Esto se asocia a los incrementos que han registrado las tasas de interés de los créditos hipotecarios, a lo que se suma el incremento en el valor de la Unidad de Fomento (UF).
Como la UF es una unidad de medida que está vinculada a la inflación, sus variaciones dependen del dato que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) vaya arrojando mensualmente.
Tras el salto que dio en julio (0,8%) esta medición escaló y logró romper la barrera de los $30 mil, hito que se concretó durante las primeras semanas de agosto tras abandonar el nivel de los 20 mil que se mantuvo vigente por casi trece años.
Luego del histórico incremento de la inflación en septiembre que dio a conocer este viernes el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), esta unidad subirá $361 en los próximos treinta días. Vale decir que la UF se utiliza en Chile para pagar una serie de servicios o prestaciones, como créditos hipotecarios, de consumo, depósitos, ahorros, colegiaturas, costos de construcción, entre otros. Todo sube cuando también sube la UF.
Según datos del Banco Central, la tasa hipotecaria promedio se ubicó en 3,29% en septiembre. Se trata del dato más alto del que se tiene registro desde julio del 2018, cuando esta se ubicó en 3,33%, y además corresponde al mayor valor mensual en lo que va de este año, mientras que al contrastar con igual periodo de 2020, la cifra se traduce en un alza de 0,94%. Todo esto tiene implicancias en el bolsillo de los chilenos.