Son 3.500 tripulantes repartidos en 400 embarcaciones los que pescaron el 95% de la cuota en las costas de Biobío y Ñuble, y que abastecen a 13 plantas industriales que fabrican harina y aceite de pescado.
En la primera temporada de sardina y anchoveta, la flota artesanal logró capturar el 95% de la cuota, con claros y positivos impactos en la economía local, ya que involucra faenas de 3.500 tripulantes, dispersados en 400 embarcaciones en Biobío y Ñuble.
El sector celebra que pese a las complicaciones propias de la pandemia, se haya logrado tal nivel de captura, que en cifras llegaron a las 456 mil 735 toneladas de pesca, un 52% más que en 2020.
La materia prima es comercializada a la industria pesquera para la elaboración de harina y aceite de pescado.
Cabe explicar que los citados tripulantes están asociados a la flota artesanal principalmente de Coronel, Lota y Talcahuano, y que además, permite la operación de 13 plantas pesqueras, dentro de las que destacan Lota Protein, Orizon, Blumar, Camanchaca Pesca Sur, Isla Quihua, Alimentos Pesqueros S.A, Foodcorp y Landes.
La captura de sardina y anchoveta comenzó el 1 de marzo, y pese a la pandemia por Covid-19, se desarrolló casi con normalidad. De esta forma la flota artesanal además de lograr capturar el 95% del total de la cuota asignada para el 2021, pescó también lo que se denominó “el remanente”, es decir el saldo de cuotas del año anterior, indicaron desde el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura.
El balance de la operación del primer periodo de captura de esta pesquería es positivo, púes solo en su etapa de comercialización de captura generó ganancias por más de 50 mil millones de pesos.
“Esta es una inyección directa a la economía local, además hay que agregarle el valor económico que se hace en las plantas reductoras donde se procesa la harina y aceite de pescado, por eso estamos muy expectantes de la sugerencia que hará el Ifop para asignar la cuota que esperamos logré ese equilibrio, pero también una cantidad de cuota que permita desarrollar de mejor manera la actividad pesquera pensando en los pescadores y en la afectación económica que ha tenido la pandemia, porque aquí se da un círculo virtuoso con toda la gente que presta servicios anexos y que dependen de los pelágicos pequeños”, destacó el seremi de economía de Biobío, Mauricio Gutiérrez.
El Sernapesca destacó que la cobertura de la certificación presencial de desembarques de pelágicos pequeños alcanzó el 78.6% durante el primer semestre.
“Durante el primer periodo de captura de sardinas y anchovetas de este año nuestros funcionarios permanecieron certificando y fiscalizando los desembarques de manera presencial, y el porcentaje de fauna acompañante desembarcado fue de un 7,3%”, señaló Iván Oyarzún, director regional (s) de Sernapesca Biobío.
Las infracciones detectadas radican en la operación de embarcaciones artesanales mayores de 12 mts de eslora que operan en la primera milla, donde se ha establecido una zona de exclusividad pesquera para la flota artesanal menor. “El primer semestre nuestra unidad de monitoreo satelital regional revisó más de 400 alertas, y se detectaron 26 infracciones a armadores, que se tradujeron en denuncias a los tribunales de justicia”, agregó Oyarzún.
A fines de julio la pesquería de pelágicos menores entró en veda, una medida de protección que se establece para resguardar el periodo reproductivo de estas especies. La sardina común está en régimen de plena explotación, pero la anchoveta está en estado de sobreexplotación. La veda se extiende hasta octubre o noviembre, cuando los monitoreos del IFOP indiquen que los reclutas ya están aptos para captura y rendimiento.
El presidente de Ferepa Biobío, Hugo Arancibia, catalogó la temporada como “interesante” toda vez que lograron implementar adecuadamente los protocolos sanitarios que permitieron un normal funcionamiento. “Esto permitirá al sector cierta holgura con miras ya a fines de año, cuando se levante la veda nuevamente según diga los estudios hidroacústicos”.
Por su parte, la jefa de Sustentabilidad de la Asociación de Industriales Pesqueros, Monserrat Jamett, destacó que “este año se capturaron un total de 424 mil toneladas de estos recursos en Biobío, un 52% más que el mismo periodo de 2020, captura que corresponde al sector artesanal y que es vendida en su totalidad a la pesca industrial. Ello ha significado a la fecha un retorno para el mundo artesanal de la región superior a los 45 mil millones de pesos, lo que significa un traspaso de valor importante y demuestra que ambos secto es somos complementarios. Junto a lo anterior es importante destacar que tanto la sardina como la anchoveta son recursos que hoy se encuentran en plena explotación, mostrando su biomasa un aumento creciente. Su buen estado ha permitido un incremento progresivo de las cuotas de captura, de acuerdo con las recomendaciones del Comité Científico Técnico respectivo”.