Bonos, IFE y retiros de fondos de AFP han hecho que la situación sea de riesgo permanente. Analistas temen que las dificultades económicas terminen convirtiéndose en una hiperinflación.
Durante los últimos meses, dada la crisis económica, el Gobierno ha tenido que salir al rescate de la ciudadanía con diversas medidas de apoyo. Destacan, entre ellas, la entrega de bonos como el IFE, bonos para los trabajadores y también la implementación de algunos salvavidas como lo han sido los tres retiros de fondos de AFP.
Lo cierto es que todos estos movimientos han generado un sobrecalentamiento de la economía nacional, situación que ya está presente y que tiene varios riesgos, de acuerdo a lo manifestado por el Banco Central.
Entre los principales efectos por los tres procesos de extracción previos en el mercado financiero, aparecen: la mayor inflación, el aumento del precio del dólar a nivel local, las alzas en las tasas de créditos hipotecarios, y las rentabilidades negativas de fondos de inversiones en renta fija y previsionales.
Sobre estas variaciones y la peligrosidad del sobrecalentamiento, analistas económicos de la Región entregaron su visión sobre las posibles causas y consecuencias que puede traer este constante movimiento.
“Se habla de sobrecalentamiento cuando la capacidad instalada no permite satisfacer la demanda. Igual que en un auto: es posible pisar a fondo el acelerador y avanzar más rápido, pero llega un momento en que el motor no aguanta ese ritmo y el motor se sobrecalienta y se funde”, indicó Claudio Parés, economista de la UdeC.
Por su parte, Carlos Smith, economista de la UDD señaló que “básicamente, el recalentamiento de la economía tiene que ver con un aumento explosivo de la demanda agregada. Eso implica, por el lado del consumo y por el gasto público. Ambas cosas han hecho que la demanda, por todos los bienes y servicios, crezca mucho más rápido que la oferta. Eso hace que empiece aumentar mucho la inflación. La inflación tiene un costo, desde el punto de vista de la pérdida del poder adquisitivo. Las personas, si bien tienen más plata en su bolsillo, las cosas empiezan a costar más”.
Quien también explicó la situación es el economista de la UCSC, Carlos Ulloa. “Si podemos hablar de calentamiento. El aumento del precio y la escasez de productos primera necesidad u otros como materiales de construcción, hay exceso de demanda. Esto pasa cuando la economía se calienta. Se produce exceso de demanda porque la capacidad de producción no va a la par con el incremento de la demanda. Hay desconexión y es peligroso porque eleva los precios y afectan a todos por igual. Los que más se ven afectados son los que tienen menos capacidad para esperar. Son los pobres quienes tienen el gran problema”.
Carlos Smith sostuvo que la peligrosidad del tema radica en que todo puede terminar en peligro de una hiperinflación, donde la capacidad productiva no da porque no se alcanza a “solventar una demanda de ese tipo y lo único sucede es que los precios suben, y el empleo no cambia. El costo de todo esto es muy alto. El Banco Central tendría que subir la tasa de interés para fomentar el ahorro y disminuir el consumo, pero esto dejaría un daño colateral muy difícil de superar”.
Por su parte, Claudio Parés manifestó que “lo más grave de esta situación es que un alza en los precios afecta principalmente a los más vulnerables. Haciendo un paralelo con el “Índice Palma” (que compara el 40% más pobre con el 10% más rico), el 40% más pobre consume todo su ingreso mientras que el 10% más rico gasta alrededor del 60%. Esto implica que una inflación del 5% reduce el consumo del 40% más pobre en un 5% pero reduce en un porcentaje menor el consumo del 10% más rico. Además, disminuye el ahorro porque, en la práctica, el aumento en la inflación también aumenta la tasa de interés (nominal)”.
Añadió que “eso hace que sea más caro invertir y recuperar la capacidad productiva, que es el problema original. Entonces, el sobrecalentamiento empeora la distribución de ingresos y ralentiza la tan ansiada recuperación”.