Será expositor de la Semana de la Madera 2021, con su charla “Bioeconomía y Madera, hacia un futuro sostenible”. Desde Alemania, su país de origen, el científico entrega su mirada.
Alemán de nacimiento, el director en Gestión del Centro para la Investigación Forestal Internacional (Cifor), Christopher Martius, tiene más de 25 años de experiencia en liderazgo de enfoques interdisciplinarios del desarrollo y cambio climático.
¿Cómo se involucró en la discusión del cambio climático por primera vez como profesional?
–Hace 25 años, cuando estaba haciendo investigaciones ecológicas en las llanuras aluviales de la Amazona, comencé a estudiar las emisiones de metano de las termitas. En aquel momento, esas emisiones eran vistas como un gran factor en las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero pudimos demostrar que las emisiones de metano de las termitas eran en realidad insignificantes y que los humanos eran culpables, como los mayores contribuyentes al calentamiento global. Fue una cosa muy científica en los noventas, pero el contexto político global ya estaba claro: los humanos eran los mayores agentes del cambio climático.
-¿Qué significa para usted, como persona, la crisis climática?
–La crisis climática es algo que se ha movido de ser una amenaza abstracta, a ser un problema muy real. Recientemente, hemos visto las inundaciones en Alemania y China, cada año estamos viendo los incendios masivos en Estados Unidos y en Canadá, y tenemos temperaturas tropicales y sequías durante los últimos dos años en Europa Central. Las recientes inundaciones en Alemania, bastante cerca de mi hogar, fueron chocantes. Afectaron áreas, arrasando con edificios de 650 años de antigüedad, demostrando que nunca antes hubieron tales amenazas y riesgos.
Cuando empecé a estudiar biología, hace 40 años, los informes del Club de Roma y la crisis del petróleo podrían haber sido considerados llamados a la acción, pero la humanidad esperó 40 años. Ahora necesitamos hacer las más grandes transformaciones de manera rápida, las cuales costarán mucho más dinero y perjudicarán por sobre todo a personas vulnerables y pobres en países en vías de desarrollo. Necesitamos cambios masivos sobre el destino de nuestras inversiones, y necesitamos transiciones justas, que no dejen a nadie atrás.
–¿Qué proyecta?
–¡Soy siempre positivo sobre el futuro! Sigo pensando que un enfoque serio, reflexivo y eficaz, basado en la ciencia, puede ayudarnos a tomar las decisiones necesarias y actuar rápido sobre el cambio climático. El mundo no está cayendo de un acantilado, o repentinamente se “apagará” como un microondas, el 31 de diciembre de 2030. El cambio del clima es lento, progresivo. Experimentaremos más y más eventos extremos y desastres. Mientras antes actuemos, menor será el daño. Desafortunadamente, ya vamos en ruta a consecuencias negativas y dramáticas. Solo podemos esperar hacerlas menos dramáticas, actuando pronto. ¡Esto puede sonar negativo, pero no lo es! Aún podemos actuar decisivamente y evitar la crisis. Pero necesitamos actuar rápido y ahora.
–¿Durante cuánto tiempo viene trabajando con la madera como un material “pro” clima?
–Mi percepción de la madera como una materia prima natural, que puede reemplazar plástico, cemento y otros materiales que tienen altas emisiones y alto potencial de polución, siempre estuvo ahí. Pero, recientemente, vemos increíbles innovaciones y transformaciones de la madera que, hace no tanto, parecían imposibles. La madera puede ser pesada, liviana, resistente al agua, transparente. Pareciera no haber límites. Podemos construir un rascacielos de madera (habrá uno de 70 pisos en Tokio en 2040; en muchos países ya casi es común encontrar edificios de madera de diez pisos). Puede almacenar energía, puede utilizarse para hacer ropa y puede ser moldeada de formas novedosas. Todo esto es emocionante y necesita ser traído a países en vías de desarrollo lo antes posible, para que así puedan ser parte de esta “revolución”. Eso es para lo que trabajamos en nuestro nuevo programa “Soluciones de Bioeconomía”, en CIFOR-ICRAF. Estas innovaciones pueden ser claves para la madera reemplazando plástico, cemento, textiles sintéticos, y muchos otros.
–¿Qué industrias deberían inclinarse por este material y de qué forma?
–Aún no sabemos cuánta área terrestre hay para hacer crecer madera (también necesitamos tierras para comida) y cuánta madera podría ser necesitada si dependieramos al 100% de este recurso para todas nuestras actividades económicas. ¿Cuándo todo el plástico será sustituido? ¿Cuándo todas las viviendas de cemento serán reemplazadas por viviendas de madera? En CIFOR intentamos trabajar en estas preguntas y proveer evaluaciones cuantitativas y posibles trayectorias basadas en escenarios. También trabajaremos en las posibilidades de reemplazar la madera con otros materiales. Por ejemplo, si podemos utilizar más biomasa de la agricultura para calefacción y energía, podemos usar menos madera para esos propósitos, y más madera queda disponible como materia prima.
–¿Cuáles son los primeros beneficios vistos de usar madera en la bioeconomía?
–Reduce emisiones y propone mayor circularidad, es decir, reutilización de materiales. Además, tenemos la oportunidad de traer de regreso pequeñas y medianas actividades económicas en la fabricación, procesamiento, construcción; creando nuevos empleos verdes e ingresos, y aún más importante, nuevas oportunidades para comunidades rurales.
–¿Cuál piensa que será el rol de la madera en este, idealmente, futuro ecológico?
–Se convertirá en la pieza central de la nueva bioeconomía. Semejante economía puede dibujar sobre la agricultura y silvicultura, allí es de donde las futuras materias primas tendrán que venir, en adición a la minería de minerales, por supuesto. En el futuro, todo lo que necesitaremos lo tendremos que hacer crecer, en vez de hacerlo a través de combustibles fósiles. Ya vimos que tan rápido la industria podría reaccionar a la prohibición de recipientes de comida de un solo uso, bombillas o pajitas para beber, tapas de cafés y similares. Necesitamos informar al sector político, para que tengan el suficiente conocimiento y comprensión para comprometerse con decisiones correctas y crear rápidamente los incentivos correctos. Ahora es el momento para un siglo de madera. ¡Comencemos!