Mejores expectativas laborales, apertura sanitaria y proceso de vacunación estaría detrás del fenómeno, que sin embargo, no alcanza para llegar al optimismo.
Lenta y paulatina ha sido la recuperación de los consumidores chilenos este 2021.
Mediciones de abril de GFK Adimark daban cuenta de un a tercera caída consecutiva en lo que va del año, pero Ipsos, con datos de junio, informa de una leve recuperación, aunque significativa porque quiebra una tendencia.
Efectivamente, la última medición de Adimark, estableció que pese a los anuncios de mayor profundización de ayudas fiscales para los chilenos durante abril así como la iniciativa del tercer retiro de los fondos previsionales no lograron mejorar las ya decaídas perspectivas económicas de los chilenos de los últimos meses.
Así, el Índice de Percepción de la Economía de GfK mostraba una tercera caída consecutiva, esta vez de -4,3 puntos, alcanzando los niveles registrados en agosto de 2020.
Con esos datos de abril, la confianza en la economía chilena completaba 34 meses en la zona pesimista.
Pero el estudio de Ipsos arrojó que la confianza de los consumidores chilenos alcanzó los 38,5% en junio, aumentando 0,7 puntos respecto al mes anterior. Este es el resultado más alto obtenido por Chile desde diciembre del 2019, en pleno estallido social.
A pesar de esta alza, Chile se mantiene en una zona de pesimismo, ubicándose en el puesto 23 de 28 economías estudiadas. En este ranking el país sólo supera a Hungría, Japón, Sudáfrica, Argentina y Turquía.
Ahora bien, el subíndice que presentó la principal alza fue “Trabajo”, que subió 2 puntos respecto a mayo.
El director de Estudios de Ipsos, Pablo Alvarado, explica en el informe que este fenómeno responde en parte a la implementación del pase de movilidad, a lo que se suma una sensación de estabilidad laboral al alza.
Otros subindicadores que mostraron aumentos marginales fueron “Situación actual” (+0,8) y “Expectativas económicas” (+0,4). Por su parte, no hubo una variación significativa en el punto “Inversiones” (+0,1).
“Aumentar la confianza de los consumidores depende de factores como la credibilidad y consistencia de aspectos económicos, políticos y sociales, frente a las transformaciones que están sulfurando nuestro país, pues generar, mantener y proyectar esa confianza en los agentes económicos incentiva la consolidación de vínculos entre los sectores público, privado, academia y sociedad civil para la obtención de beneficios tantos económicos (crecimiento económico), como políticos (estabilidad institucional) y sociales (generación de capital social)”, planteó el director de Ingeniería Comercial y Programas Advance USS, Luis Felipe Slier.
Para el economista de la UDD, Carlos Smith, el alza de la confianza tiene que ver con el tema sanitario: proceso de vacunación y mayor apertura con los cambios de fases.
“Además, las empresas, en general, se han logrado adaptar mucho a la contingencia. Esto implica mejores resultados financieros”.
Hacia el futuro, Smith sostuvo que dependerá del avance o no de nuevas cepas, y del avance del proceso de vacunación, pero proyectó que se mantendrá el pesimismo, debido a la incertidumbre y expectativas no resueltas ante temas políticos: elecciones presidenciales y nueva Constitución.