Imacec de mayo: economía crece de la mano del comercio y los servicios

02 de Julio 2021 | Publicado por: Javier Ochoa
Fotografía: A.Oreña

El +18,1% en el indicador mensual se debe, en parte, a la baja base comparativa y también al impulso fiscal para enfrentar efectos económico-sociales de la pandemia. La proyección 2021 es al alza.

El Imacec de mayo de 2021 creció 18,1% en comparación con igual mes del año anterior, informó el Banco Central de Chile.

La serie desestacionalizada aumentó 2,6% respecto del mes precedente y aumentó 17,3% en doce meses. Se destaca que el mes registró un día hábil más que mayo de 2020.

Especialmente destacable es el el hecho de que todos los componentes del Imacec crecieron respecto al mismo periodo del año anterior, resaltando las contribuciones de las actividades de servicios y el comercio. Este resultado se explicó en parte, dice el Central, por la menor base de comparación de mayo del año anterior, pero también por una mayor adaptación de los hogares y empresas a la emergencia sanitaria asociada al Covid-19.

Por una parte, se constata un dinamismo económico muy superior al año pasado y en efecto, la baja base comparativa del año pasado, explica en parte importante este último buen resultado.

El economista del Observatorio de Corbiobío, Ariel Yévenes, dijo que aún considerando la baja base comparativa, el buen resultado constituye una “excelente noticia”, por la magnitud de la actividad económica reflejada, que pone al Chile en la situación de recuperar los niveles de actividad perdidos durante la pandemia.

“Ahora bien, gran parte de este dinamismo se encuentra señalado esencialmente por el incremento de consumo que se estaría dando, en virtud tanto de la canalización de ayudas económicas en el escenario de pandemia como también en la disponibilidad de recursos asociados a los retiros de ahorros de AFP.”

Yévenes dijo que de ello se deriva entonces el desafío de mantener este dinamismo económico por un lapso prolongado, donde lo esencial es lograr reactivar decisivamente la inversión privada, de manera tal que esto se traduzca luego tanto en una generación sostenida de nuevos puestos de trabajo de calidad, que también en poder impulsar el crecimiento hacia el mediano y largo plazo.

El economista de la Facea Ucsc, Iván Valenzuela, coincidió en que los retiros y ayudas de Gobierno han impulsado el consumo, y sumó otro desafío: contar con un indicador de la economía regional.

“Continuamos con incertidumbre, porque no tenemos un índice de actividad mensual o trimestral, que pueda indicar cual es la situación real de Biobío, tenemos indicadores desagregados, pero que no muestran una visión completa de la actividad económica regional, lo cual no ayuda a la toma de decisiones regionales y en la definición de políticas publicas”.

¿Qué se proyecta?

El indicador de Imacec debería mantenerse positivo y con alzas importantes en los próximos meses, estimó la directora de postgrados de la USS, Karin Bravo.

“Esto considerando, por un lado, la reapertura de varias actividades económicas mientras no existan cuarentenas, y por otro, porque las bases de comparación que vienen en los meses siguientes igual son bajas: junio, julio y agosto de 2020 tuvieron todos variaciones negativas por sobre el 10%. Por tanto, al comparar la actividad actual con la del año anterior, es altamente probable que desde el punto de vista de la actividad económica estemos mejor que el año pasado cuando las restricciones y cuarentenas eran más efectivas por tratarse de las primeras medidas sanitarias de la pandemia, que se respetaban más”.

Por su parte, el gerente general de la CPC Biobío, Ronald Ruf, sostuvo que si bien las cifras en materia laboral han disminuido, la demanda no se ha recuperado a niveles prepandemia. “Hay sectores que presentan vacantes, pero otros aún no dan ese paso, por las incertezas de poder operar con cierta normalidad y continuidad; es el caso del comercio, el turismo y la gastronomía, por ejemplo. A esto debemos sumar que la pandemia ha acelerado la automatización en los procesos productivos; eso significa que se producirá un cambio en las plazas de empleo que tradicionalmente conocíamos y por ende requerirá de inversión de parte de las empresas y capacitación o perfeccionamiento de los colaboradores”.