Economía y Negocios

Jornada laboral: posible disminución enciende el debate y polariza posturas

La salud mental de los y las trabajadoras sustentan las propuestas de bajar la carga laboral horaria. Empresarios dicen que no es “prudente” por la coyuntura sanitaria y económica.

Por: Javier Ochoa 28 de Junio 2021
Fotografía: Archivo

En mayo, la empresa chilena People & Partners implementó una jornada laboral de solo cuatro días, con viernes libres por siempre, una medida que se empezó a hacer efectiva de forma permanente y definitiva, tanto en modo home office, como ante un eventual retorno presencial al trabajo.

La empresa dijo que busca concientizar a otras empresas a impulsar políticas de flexibilidad laboral, con el fin de mitigar el estrés en los trabajadores durante la pandemia, dado que Chile ocupa el 2° lugar entre los países que más ha empeorado su salud mental, según un reciente informe de Ipsos.

Y precisamente, con la promesa de mejorar la calidad de vida, el candidato presidencial, Daniel Jadue, propone en su programa reducir de 45 a 40, para llegar a 36 horas semanales.

A esto se ha sumado otra propuesta de un grupo de diputados, que reduce de 45 a 40 horas semanales, para luego avanzar en reducirlas a 38.
Ambas propuestas a implementarse bajo un modelo de gradualidad, han dicho.

La discusión esta encendida. Detractores aluden que no es el momento de pensar en reformas en esa línea cuando la preocupación es reactivarse económicamente, y esto, dicen, desincentivará la inversión, y afectará la productividad.

Los impulsores argumentan que al parecer, “nunca es el momento”, recordando que esta intención de reducción de jornada no es nueva.

El economista UdeC, Claudio Parés, si bien reconoció que la propuesta es atractiva, mostró temor que termine teniendo un efecto contrario respecto a mejorar la calidad de vida.

Sostuvo que si solo se redujeran de 45 a 36 horas los contratos y no se apoyaran mejoras en las viviendas y servicios básicos para que la gente disfrute estar en casa, podrían haber efectos no deseados.

“Por ejemplo, si no damos acceso a actividades culturales y deportivas a todos, y otras cosas para aprovechar efectivamente el tiempo libre, si no aseguramos el acceso a la salud, educación, transporte de calidad a las personas, lo que va a pasar reduciendo la jornada laboral de 45 a 36 horas es que mucha gente va a terminar consiguiendo un segundo trabajo de media jornada y va a terminar trabajando (36+18=)54 horas a la semana para generar suficientes recursos para pagar por todas esas cosas que no tiene disponibles si los sueldos tampoco suben lo suficiente.”

En tanto, el abogado de CBC Abogados, Pablo Cifuentes, planteó que resulta algo “sumamente complejo” al considerar el impacto que eso podría tener en términos de los ingresos derivados del trabajo, ya que es altamente improbable que exista una disposición a pagar un mismo sueldo por una jornada menor (especialmente en aquellas empresas que deban aumentar sus costos contratando mayor personal para cubrir horarios que antes del nuevo límite tenían cubiertos con sus trabajadores) y por supuesto, en la productividad. “Lo más esperable es que se vea reducida, al menos inicialmente y en tanto no transcurra un periodo de adaptación, considerando que, en términos objetivos, y salvo que se produzca un aumento de la productividad por hora, la reducción de jornada aparejaría una reducción correlativa a la productividad”.

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