A estas alturas escuchar un anuncio de Enap diciendo que las bencinas bajarán parece sólo un sueño de miles de conductores de la Región del Biobío.
La estatal comunicó que las gasolinas 93 y 97 octanos nuevamente subirán otros $ 6,2 por litro. Lo mismo el diésel y el GLP de uso vehicular.
Para dar un ejemplo, según Bencina en Línea de la Comisión Nacional de Energía, en Concepción el precio máximo por la de 93 octanos ya llegó a $917. La de 95 a $947 y la de 97 a $972.
Sin embargo, Enap no tiene responsabilidad en que suba o baje. Los resultados de la semana 30 de alzas obedecen a la regla de Precio de Paridad de Importación, el Mecanismo de Estabilización de Precios de Combustibles ( Mepco) y el Fondo de Estabilización de Precios del Petróleo ( Fepp).
De hecho, sin estos sistemas es altamente probable que los valores señalados podrían incrementarse con mayor fuerza.
La compañía lo aclara semana a semana: “su rol es únicamente de comercializador mayorista de los distintos derivados de hidrocarburos hacia las empresas distribuidoras, las que directamente atienden a los consumidores y fijan sus precios de ventas”.
Es por ello que muchos usuarios del Gran Concepción han salido a protestar a las calles. Desde trabajadores que diariamente buscan distancia social al ir a sus puestos, hasta conductores de la locomoción que diariamente trasladan miles de penquistas.
De hecho, muchos están atentos a las novedades de la discusión parlamentaria sobre eliminar o no el impuesto específico a las bencinas, al menos transitoriamente.
En este minuto lo único que haría bajar drásticamente es precisamente no contar con el cuestionado mecanismo iniciado a contar del año 1986.
Chile de hecho cuenta con los precios más caros del Latinoamérica. De ahí que el debate sea importante.