Se da una especie de duelo por pérdida de roles pre pandemia, pero se ha ganado experiencia que juega a favor de la productividad. Se proyecta una modalidad híbrida.
De acuerdo a la primera edición 2021 del Workmonitor, estudio de Randstad, 84% de los encuestados sostiene que le gustaría volver a su lugar de trabajo apenas sea posible, cifra superior al promedio mundial (78%) y que deja a Chile en la posición número 9 del ranking de países con más ansias por retomar la modalidad presencial.
Estos datos abren la pregunta acerca d ecuál es la modalidad preferida, la idónea, aunque todo hace proyectar que se optará por una modalidad híbrida.
¿Qué está en juego?
Los principales motivos mencionados para querer regresar son extrañar la interacción con los colegas, con 43%; dificultad para mantener el equilibrio vida laboral-familiar, con 38%; tener que cuidar/enseñar a los a los niños que también están en casa, con 37%; no disponer de una habitación o espacio separado para desempeñar las funciones, con 30%; y no contar con una conexión de internet estable, con 28%.
Más abajo se encuentran no tener un equipo adecuado (22%), sentirse solo o aislado (19%) y la aparición de problemas físicos debido a una postura incorrecta (18%).
Los resultados expuestos por Randstad reflejan sin duda carencias ante el teletrabajo que llegó sin previo aviso, muchas veces con una logística hogareña deficiente, cuya mejora dependerá del comportamiento de cada empresa con sus colaboradores.
Por eso, el duelo de la pérdida de la rutina o el rol que se ejercía en el lugar de trabajo y hogar es uno de los impulsores de estos resultados, sostiene el psicólogo organizacional y académico Facultad de Psicología de la USS, Felipe Parra.
“Sin embargo, hay que considerar que la ley de teletrabajo se veía como algo lejano hace unos años cuando se puso en discusión y, de alguna u otra forma, la mayoría de la fuerza laboral tuvo que experimentar los ajustes propios del periodo de adaptación a la pandemia por presión más que convicción, lo cual podría ayudar a comprender estos resultados. Además, hay que tener en cuenta la logística doméstica del hogar, y las herramientas que cada empleador puede entregar para hacer el trabajo en casa, lo que agrega un elemento más para el deseo de regresar al trabajo presencial”.
Sin duda que la pandemia forzó un “experimento” masivo y mundial. Millones de personas pasaron a la modalidad de teletrabajo, y gran porcentaje se mantienen hasta hoy trabajando desde la casa u otro punto, mejorando productividad ya a más de un año del inicio de la pandemia, sumando experiencia, mejorando procesos, abaratando costos y mejorando la conexión familiar.
El co-fundador de Nawaiam, Horacio Llovet, destacó en esa línea que las proyecciones del teletrabajo en Chile y todo el mundo, es que con la crisis sanitaria se aprendió a hacer un tipo de trabajo más productivo, distinto a lo que se conocía hasta hoy.
“Las personas han podido hacer su trabajo desde cualquier parte del mundo, lo que ha permitido romper con la centralización laboral, por ejemplo, o disminuir los tiempos de traslado que en ciudades puede alcanzar los 45 minutos. Lo importante es que, si bien se extraña la sociabilización, el compartir presencialmente con los compañeros, las empresas han tenido la responsabilidad de hacer de este teletrabajo una nueva forma de laburar, encontrando las ventajas y comunicación efectiva para cumplir con los objetivos propuestos”.