Gastronomía, Turismo, Hotelería y Cultura estarían entre los sectores más beneficiados. Además, daría mayor dinamismo e impulso a la recuperación económica tras los impactos de la pandemia y respetando todos los resguardos.
Polémica. Es una de las palabras que describe el escenario actual sobre el llamado “pase verde” o “pase de movilidad” que permite al poseedor circular con mayores libertades, respecto de quién no lo tenga.
El cuestionamiento principal tiene que ver con los riesgos de contagios asociados a la iniciativa, sin embargo, gremios coinciden en que se trata de una propuesta que favorecería la economía regional en una perspectiva de responsabilidad personal.
En particular, sería una medida que ayudaría a sectores más golpeados por la pandemia, muchos de los que hoy están al borde de la quiebra.
Andrés Ananías, presidente de la Federación Regional de Cámara de Comercio y Turismo, Fecomtur, respecto de la postura de su gremio es bastante claro.
“Como federación encontramos que el pase de movilidad es muy bueno, porque nos daría la posibilidad de reactivar sectores tan deprimidos como el gastronómico y el turístico”, enfatiza.
Alude a que las personas que deban y puedan trasladarse entre regiones, requerirán de alojamientos y restoranes, siendo uno de los aspectos positivos de la iniciativa con miras a un pronto desconfinamiento.
Desde CPC Biobío, Ronald Ruf, gerente general, señala que son varias dimensiones por las que esta medida puede considerarse favorable.
En materia económica y en línea con la postura manifestada por Fecomtur, indica que “es sin duda una herramienta más que permitirá aliviar la dura situación que atraviesan sectores como el turismo, el gastronómico y el comercio”.
A lo anterior, agrega que si bien no es “la” solución, es una ayuda para comenzar a recuperar y movilizar la economía para pequeñas y medianas empresas, muchas de ellas al borde de la quiebra.
Además, precisa que “este análisis parte de la base de una conciencia ciudadana respecto al respeto de medidas de autocuidado y al seguimiento de protocolos sanitarios que eviten una mayor propagación del virus”.
José Miguel Stegmeier, presidente de Socabio, estima que es una medida que va por el camino correcto.
“Debemos avanzar en cuanto a que la gente que ya se vacunó pueda retomar una vida más normal. Por lo demás, si todos quienes ya se han cuidado antes de vacunarse y acceden al pase, por qué habrían de descuidarse, si incluso tuvieron la responsabilidad de vacunarse”, reflexiona Stegmeier.
Explica que según su visión contar con el pase “no aumenta en sí el riesgo de contagio. El riesgo tiene que ver con un asunto conductual, de responsabilidad personal”.
Macarena Cepeda, presidenta de Asipes, plantea que el pase de movilidad es necesario para dar mayor dinamismo e impulsar algunas actividades que hoy están muy rezagadas producto de la pandemia.
Al mismo tiempo, indica que debe ser utilizado responsablemente, cumpliendo con las medidas preventivas, para no generar efectos que luego podamos lamentar en cuanto a contagios y la cifra de utilización de camas UCI”.
Humberto Miguel Cerda, presidente de Asem, recuerda que como agrupación ya emitieron su parecer.
“Asem hace más de 30 días que propuso en declaración pública la implementación de la tarjeta verde. Por esto apoyamos como primera etapa el pase de movilidad que rápidamente debe extender su aplicación a los sectores de la economía que se encuentran cerrados hace más de un año como el gastronómico, de cultura ( cines ,teatros) y casinos entre otros”, resalta el dirigente gremial.
Agrega que se trata de pymes que podrían funcionar, naturalmente cumpliendo toda la normativa con aforos, distanciamiento, uso de alcohol y mascarillas.
Ariel Yévenes, economista del Observatorio Corbiobío, expresa que el pase de movilidad responde a la necesidad de ir explorando formas de paulatinamente ir propiciando reaperturas.
Comenta que llevamos ya más de un año de pandemia, con sucesivas restricciones, donde la gente y el sistema económico, en su parte de comercio y servicios, se encuentran bastante agotados y enfrentando muchísimas dificultades de distinta índole.
Añade que equilibrar los requerimientos y urgencias socioeconómicas con la necesidad imperiosa de frenar la expansión de la pandemia, en esta coyuntura, es el gran desafío que se enfrenta hoy.