Se estima que el país sólo recicla un 4% de sus residuos, muy bajo ya que la meta del Ministerio de Medio Ambiente es llegar al 75%. Por eso, esto supone ir mucho más allá de los puntos limpios. Impone un esfuerzo tanto del Estado (leyes y educación) como de la sociedad en su conjunto, incluida la academia. Éstos son dos muy buenos ejemplos de esto último.
“Bandejas absorbentes a partir de compositos espumados en base a almidón/rellenos inorgánicos para el envasado de productos avícolas” es el nombre del proyecto en el que participaron las académicas de la Facultad de Agronomía de la UdeC, Dra. Valeria Velasco Pizarro y Dra. Pamela Williams Salinas, junto a profesionales del Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (CIPA).
La importancia del proyecto ($190 millones), la explicó la Dra. Valeria Velasco.
“La carne de pollo se comercializa principalmente envasada en bandejas de poliestireno expandido, más conocido como plumavit, la que tiene una tasa de reciclaje de apenas un 1%. Tal es su daño al medioambiente, que de no reciclarse este material podría permanecer hasta 1.000 años en el medio ambiente”, precisó la experta, aclarando que si bien existen materiales compostables en el mercado, “estos no están diseñados para ser usados en la fabricación de envases de alimentos con alta actividad de agua, como la carne de pollo”.
En definitiva; se logró diseñar y patentar un material espumado en base a almidón para la fabricación de estas bandejas alternativas, que posee múltiples beneficios: es absorbente, tiene propiedades antimicrobianas y tiene un menor impacto en el medioambiente, ya que es compostable.
Ejemplo perfecto de asociatividad entre academia e industria es el trabajo colaborativo entre Asipes y la UDT UdeC, y que ha permitido crear el primer piloto de reciclaje de mascarillas en Chile.
En su primera etapa, la iniciativa permitió dar un nuevo uso a 145 kilos de mascarillas usadas en la pesca industrial, las que dieron vida a maceteros, portalápices y bandejas.
La idea es seguir aumentando en volumen y, por supuesto, replicarlo en otras partes de Chile y el mundo, reconocieron los protagonistas.
La iniciativa vinculó además a los ministerios de Medio Ambiente y Ciencias.
“Esto se hace cargo de lo que se ha llamado basura Covid, que se estima que en el mundo ya suma unos 52 mil millones de toneladas de desechos no reutilizables entre mascarillas, guantes y otros implementos de protección personal”, dijo al respecto de este esfuerzo la ministra Schmidt.
“Estos elementos de protección personal son fundamentales para prevenir contagios, pero representan un severo riesgo ambiental. Están confeccionadas con diminutas fibras de polipropileno, un material que prácticamente no se degrada, explicó el director de la UDT, Alex Berg.