
Mientras empresarios y usuarios hablan de 100% y más en los encarecimientos, parlamentario solicita mayor monto de subsidios. A su vez, economista de la UdeC basado en cifras de la Encuesta de Presupuestos Familiares (2017) dice que no se justifica recurrir a incrementos en las ayudas del Estado.
De acuerdo con el IPC de abril (0,4% mensual) el ítem “materiales para la conservación y mantención de la vivienda” experimentó un alza de 3,1%.
Las cifras se explicarían por la falta de stock, de mano de obra y a una mayor demanda a los que se suman problemas de importación a raíz de la pandemia.
En este contexto, Pymes y usuarios consultados dan cuenta de 100% y más, en los encarecimientos, lo que pondría en riesgo la sobrevivencia de empresas más pequeñas.
Para hacer frente a este escenario, el diputado Gastón Saavedra, plantea como solución que el Gobierno incremente el monto de los subsidios.
Sin embargo, Claudio Parés, economista de la Universidad de Concepción, basado en cifras de la Encuesta de Presupuestos Familiares (2017) señala que no sería necesario recurrir a subsidios con mayores montos.
Jaime Astete, gerente general de Hidrocentro, del área de la distribución de agua potable y riego, señala que, en su experiencia, el rubro de la construcción en general se ha visto muy afectado por el desabastecimiento y alza sostenida de precios asociado a una mayor demanda vinculada a la recepción de bonos y retiros del 10%.
“Muchas personas se han dedicado a realizar ampliaciones y mejorar su calidad de vida optimizando las condiciones generales de su vivienda, lo que ha implicado que la demanda se dispare”, advierte Astete.
También, da testimonio que en su rubro se ha podido percatar de alzas con valores que ahora son el doble de antes, como es el caso de las tuberías de PVC.
En general, indica que las principales subidas en los precios están vinculadas a productos de plástico, especialmente los importados.
“Hemos tenido muchos problemas con las importaciones con atrasos en los embarques y costos marítimos desde China, donde se reducen las existencias del mercado interno y con eso vinieron las alzas”, comenta el gerente.
Sus observaciones han sido posible gracias al análisis de los datos de sus locales en Los Ángeles, Concepción, Chillán y la Serena.
Astete estima que los precios seguirán altos hasta la próxima temporada, es decir, hasta los meses de octubre o noviembre de este año, donde cree que es probable que exista una nueva alza de persistir el desabastecimiento.
En tanto, Rodrigo Cancino, director de las empresas Rootman y Asocyt proyecta que los precios seguirán subiendo más allá de que se normalice la situación mundial respecto al Covid 19.
“Los problemas de desabastecimiento de materias primas y productos importados favorecieron el alcanzar precios altos que repercuten fuertemente en nuestra alicaída industria”, sostiene el empresario.
Del mismo modo, añade que la madera y el acero que se produce en Chile, tienen precios que se regulan por el mercado, lo que se debe a que “hoy la exportación es mejor que el mercado interno”.
Otro punto relevante para Cancino es que “no hay que cegarnos a la especulación de precios, porque también son parte de este escenario, se produce a niveles macro y si vas al retail a comprar insumos, lo que estaba a $ 6.500 en 2020 hoy se compra a $ 11.000”.
Además plantea que se puede dar un respiro a la demanda de productos de construcción, en particular de los aislantes, prefiriendo los productos nacionales.
En línea con lo anterior, César Figueroa, vecino de Tomé, tras ir a comprar materiales para la renovación de su invernadero, revela que el plástico que usó el año pasado en la misma operación le costó $ 35 mil y ahora, debió desembolsar $ 70 mil, dando confirmando un alza del 100%.
En el mercado de motocicletas, hoy bastante usadas en el delivery, Francisco Pelén, gerente general de G&P Motos, espera que el alza de precios en general no siga y estos puedan normalizarse.
“Creo que es difícil que pase en el corto plazo, porque son muchos los factores en juego. En el caso particular de las motos, se da principalmente porque el valor que cobran las fábricas a los importadores nacionales es más caro, debido a los problemas de producción y escasez de materiales a nivel global”.
Por lo tanto, dice Pelén, para las fábricas es más caro producir el mismo producto.
Adicionalmente, alude a que la cantidad de motocicletas que está llegando a Chile es insuficiente para satisfacer al mercado, por lo que la demanda por motos es mayor que la oferta actualmente. “Esto, sumado al valor del flete marítimo que está por las nubes, la desvalorización del dólar a nivel mundial y otros factores, se traducen en un mayor precio final del producto”.
En cuanto a los repuestos, observa que los precios no han sufrido mayores alzas, sin embargo el gran problema son los tiempos de logística, que son mucho más lentos debido a la pandemia, desde la producción del mismo, la falta de stock y las demoras en la cadena de distribución.
Como ejemplo, resalta que “la importación de un repuesto antes tardaba máximo 30 días en llegar, mientras que hoy son alrededor de 3 meses”.
Tras ser consultado respecto de cuánto podría durar el alza de precios en el sector Construcción, el diputado Gastón Saavedra respondió que “estimo que será por un largo tiempo, producto que no mejoran las condiciones de la pandemia, que es donde está la raíz de los problemas financieros y económicos que estamos viviendo y que se traducen en restricciones de fletes y distintas iniciativas del transporte”.
El parlamentario agrega que “es necesario subir el monto de los subsidios para compensar y equilibrar todo lo que es el gasto que deben realizar las empresas que trabajan en la reparación de viviendas, entonces la única solución que queda es que el Gobierno actualice el monto de los subsidios, ya que estos están siendo fijados con valores de 2018 y 2019”.
Claudio Parés, economista de la UdeC sostiene que “aunque es evidente y significativo el aumento de algunos precios en materiales de construcción, su impacto en el bolsillo de las familias es acotado”.
Postula que de acuerdo con cifras de la Encuesta de Presupuestos Familiares de 2017, las familias gastan alrededor del 6% de su presupuesto en muebles y artículos para la conservación del hogar, más un 2% para reparación de viviendas. “De hecho, estas cifras son aún menores para el 80% más pobre de la población”, afirma.
Parés calcula que si multiplicamos eso por el 3% de aumento en esos precios, el impacto final en los bolsillos de las familias es menos de un 0,3%. Y si, además, consideramos que parte del gasto en reparaciones puede postergarse, “creo que el impacto es menor”.
El análisis del académico respecto a subsidios como los requeridos por el diputado Saavedra, es que si bien un aumento de precios puede estar afectando a las pymes en su actividad, y esto podría repercutir en el empleo, no hay razones para pensar que esto sea un fenómeno permanente, por lo que “no se justifica recurrir a subsidios”. Lo más probable es que subsidios de este tipo terminen en los bolsillos de las grandes cadenas de ferretería sin un gran impacto en la calidad de vida de las personas en general concluye Parés.