Si bien aún está por verse los efectos en el corto plazo, su presencia en el mercado como si se tratara de oro, petróleo o cobre, genera dudas de que pasará en países como Chile y en regiones como el Biobío.
Chile es uno de los países que cuenta con mayor presencia de agua en el planeta. La nieve que se acumula todos los inviernos en la Cordillera e los Andes, baja por el Río Biobío hasta llegar al Océano Pacífico. Por otro lado, se cuenta con una gran cantidad de glaciares que, por efecto del cambio climático, lamentablemente cada día disminuyen.
Y Chile vive momentos en que el agua escasea en algunas zonas. En la Región del Biobío, por ejemplo, el Lago Laja presenta un déficit que llega al 61%.
Mientras que hay sectores rurales donde aún los vecinos deben abastecerse mediante camiones aljibes o valerse de proyectos APR del Gobierno.
El problema, como se sabe, no es sólo local, sino que también mundial. Para aterrizar: según un informe de la Unicef junto a la OMS uno de cada tres personas no tiene acceso al agua potable.
Es por ello que se ha advertido que si los países no toman serias medidas, el año 2030 será crítico. Los especialistas, incluso, hablan de futuras “guerras del agua”.
Hace unos días, se dio a conocer que el agua de California ( Estados Unidos de América) se cotizaría en el Mercado de Futuros del Wall Street, como si se tratara de cobre, oro o petróleo, causando sorpresa en todo el mundo.
¿Qué efectos puede traer en el corto, mediano o largo plazo? Según se informó, el índice NQH20 sólo aplicará para los precios del agua de uso industrial y agrícola, donde habría un precio por unidad fluctuante, controlado y definido.
Sin embargo, abre la puerta a muchos escenarios. El nuevo índice puede servir como referente para que otras países desarrollen lo mismo, con la posibilidad que se extienda al agua de consumo humano.
El Green Peace aseguro que el agua se cotice en Wall Street es sumamente preocupante. “Cuando se produce una competencia por un bien común como el agua, más aún agravada por la crisis climática, evidentemente se encarecerá el cuidado de estos ecosistemas e incluso el suministro que, como derecho humano, es responsabilidad de la mayoría de los estados”, dijo a la opinión pública su máximo representante en Chile, Matías Asún.
Y de acuerdo al académico de la UBB y economista del Centro de Estudios de Corbiobío, Ariel Yévenes en el futuro claramente habría un impacto en la ciudadanía
“Se trata de un recurso natural que es fundamental para la vida, para la sociedad en su conjunto. Tengo la impresión que esto refleja la carencias o la escasez que está empezando a tener un elemento que se está valorizando por aquella situación. Lo que debiera tender esto a que el agua debería tener un mayor valor en términos de precio y eso a la larga se transfiere, se va transmitiendo a las familias”, analizó.
Añadió que “ como el petróleo, sabemos que en la medida en que su valor cambie en los mercados internacionales, también entonces irá impactando en los bolsillos, en toda la cadena de distribución, como el combustible. Es obvio que a largo plazo, elementos como este, tiene ese ribete. Lo sugerente entonces que los distintos países tendrán que ir tomando ciertos resguardos para gestionar el agua, que es vital”.