Sistema tributario en la mira: Chile cae a penúltimo lugar en competitividad OCDE

El centro de estudios estadounidense Tax Foundation ubicó a Chile en la penúltima posición en materia de competitividad de impuesto entre los países Ocde, justo en momentos en que el sistema tributario está siendo analizado para encontrar la fórmula que haga frente al creciente déficit fiscal.

Con 46,3 puntos promedio, de un máximo de 100, sólo supera a Italia en un ranking que lideran Estonia, Letonia y Nueva Zelandia y que da cuenta de cuán atractiva es una nación en materia tributaria para la inversión extranjera. En el listado Chile supera los 60 puntos en materia de impuestos al consumo y a la propiedad, quedando rezagado en impuestos individuales, corporativos y reglas internacionales.

Una de las debilidades del modelo nacional es la complejidad fiscal, detallando que una empresa en Chile necesita en promedio el doble de horas al año para cumplir con los impuestos laborales.

Para el economista de la Universidad de Concepción, Claudio Parés, Chile tiene un problema cada vez más serio, porque si bien es necesario realizar ajustes al sistema tributario, cada vez que se hace se agregan nuevas complejidades. Además, destacó el desequilibrio que hay entre los impuestos que pagan los más pobres versus los más ricos.

“Esta complejidad ha llevado a que la recaudación descanse mayoritariamente sobre el impuesto a los bienes y servicios, el IVA, en lugar del impuesto a la renta. El resultado es que el 10% más rico de la población paga alrededor de un 5% de sus ingresos como impuesto (efectivo) a la renta y un 9% de IVA, mientras que el 10% más pobre paga un 25% de su ingreso en IVA. Sí, las cifras muestran que pagan más del 19% porque gastan
sistemáticamente un 60% más que sus ingresos en bienes mientras que los más ricos gastan menos del 60% de sus ingresos en este ítem. Al final, si sumamos todos los impuestos pagados por las familias y los comparamos con los ingresos, los más pobres pagan un 38% de sus ingresos en impuestos y los más ricos, un 24%”.

Para Parés, esto hace que haya permanentemente una presión por cambiar el sistema tributario y aquello lleva a que sea muy difícil plantear un esquema de déficit estructural coherente. “Si no tienes certeza de la forma en que se generarán los ingresos fiscales, difícilmente podrás comprometer una política de gasto”.

El académico de la Facea Ucsc, Andrés Ulloa, también sostiene que el problema es que en Chile no más del 20% paga impuestos, y los de mayores ingresos no lo hacen en la medida suficiente.

“Hay que ampliar la base de personas que tributen y lograr que haya menos elusión o evasión. También hay que trabajar en las excepciones tributarias, que hay que reducir si se quiere aumentar la recaudación”.

Sobre el déficit fiscal, Ulloa advierte que Chile está cerca de alcanzar el 50% del PIB, por lo que los grados de libertad son bajos. Por eso, más que reducir el gasto, hay que mejorar la ejecución del gasto. “Hay estudios que hablan de que Chile podría recaudar 5 mil millones de dólares que se podrían ahorrar si se asignan correctamente los ingresos tributarios”.

Por eso, Ulloa enumera que, entre la reasignación del gasto, mejoramiento de los niveles de elusión y evasión, la ampliación de la base tributaria y la simplicidad del sistema, serán aspectos claves en lo que Chile deberá trabajar si quiere mejorar su competitividad tributaria, postuló Ulloa.

En tanto, la directora de Postgrados de la USS, Karin Bravo, planteó que “considerando la situación económica actual, y el endeudamiento creciente que ha ido teniendo el país, mantener y/o mejorar la recaudación tributaria debiese ser el objetivo para los años siguientes. Por tanto, continuar el enfoque en los impuestos internos puede ser un buen colchón en la recaudación tributaria, pero no se puede dejar de lado el análisis sobre la recaudación por inversiones, considerando la apertura internacional que, como economía pequeña, requerimos”.