Economía y Negocios

Proponen eliminar la UF para los préstamos hasta el 2021

Especialistas locales ven difícil su aplicación y que la banca preste dinero a largo plazo en términos nominales.

Por: Javier Ochoa 21 de Agosto 2020
Fotografía: Cedida

El economista Camilo Lagos, del Partido Progresista, presentó un conjunto de propuestas ante lo que catalogó “escenario crítico” que genera para la mayoría del país la persistencia del uso de la Unidad de Fomento (UF) en el contexto de pandemia y llamó a eliminar su ocupación para la toma de cualquier tipo de préstamo durante agosto de 2020 y diciembre de 2021, es decir en el período de los impactos económicos y sociales derivados de la crisis por la Covid-19

Lagos argumentó que, “por su concepción, su diseño y su aplicación, dicha unidad de cuenta solo beneficia a los más ricos y perjudica a los más vulnerables a los pobres, a las clases medias, a los pequeños y medianos emprendedores”.

El economista detalla que, a propósito de “los préstamos solidarios o créditos blandos de Sebastián Piñera a tasa 0%” se propone que, además, los valores de las cuotas sean pactados en pesos y no en UF al momento de la toma del crédito.

Asimismo, en relación a la propuesta de postergación de las cuotas de créditos hipotecarios o de consumo, la colectividad sugiere que la postergación las mismas sea calculada en pesos al momento de realizar la repactación.

“Debemos abrir un debate en los ámbitos político, social y técnico que aborde el reemplazo progresivo del sistema de UF, para establecer una única unidad de medida para calcular el valor del intercambio monetario”.

En sus fundamentos, los progresistas aseguran que, si bien la UF fue creada en el Gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva para la revalorización de los ahorros de acuerdo con las grandes variaciones de la inflación, permitiendo que el dinero ahorrado en los bancos y cajas mantuvieran su poder adquisitivo “la dictadura militar amplió el sistema no solo al ahorro, sino también al crédito, las transacciones de bienes raíces, y los pagos a las AFP, Isapres y Fonasa, entre otros ámbitos”.

La mayoría de los países latinoamericanos no usan una diferente unidad de medida para calcular el valor del dinero”, recalcó Lagos, señalando que no existen argumentos económicos para mantener el poder de la UF en el mercado financiero pues, en los últimos 25 años, el IPC no ha superado el 10% en el país.

Para el economista de la Universidad de Concepción, Claudio Parés, si bien la UF es, efectivamente, una medida que “beneficia más a los ricos y perjudica a los más vulnerables”, su eliminación no terminará con ese problema, acotó. “De hecho, mantiene acotado el problema. Si se eliminan los contratos en UF, habrá que negociar los contratos considerando cada vez el efecto de la inflación y eso implica añadir algo de riesgo a la ecuación. Lamentablemente, en Chile estamos acostumbrados a que cualquier riesgo lo terminan asumiendo precisamente los más vulnerables y no los más ricos”.

Poco práctico

Para el académico de la Facea Ucsc, Andrés Ulloa, la idea no tiene mayor sentido, porque al final afectará a los más pobres y a las pequeñas empresas, apuntó.

“Esto porque las instituciones al no poder recuperar la inflación subirán la tasa y como los más pobres y las pequeñas empresas tienen una mayor tasa, el costo será mayor para ellas. Y muchos quedarían fuera del sistema. Por ello es que existen las unidades reajustables para que el sistema funcione mejor”.

Por su parte, la directora de Postgrados de la USS, Karin Bravo, sostuvo que “si bien nuestra inflación en los últimos 20 años bordea el 3% anual, al considerar varios periodos este porcentaje va incrementando los montos comprometidos, y este efecto se acrecienta cuando se habla de un crédito hipotecario que puede llegar a 30 años. Tomando el mismo ejemplo, en 30 años, a una tasa de inflación anual del 3%, el valor de un crédito se convierte en 2,4 veces su monto original. Esta reajustabilidad ocurre porque las entidades financieras buscan protegerse de la pérdida de poder adquisitivo de nuestra moneda en el tiempo y difícilmente una entidad estaría dispuesta a entregar recursos a largo plazo en términos nominales, esto es en pesos chilenos, sin apelar a un cobro mayor, por ejemplo, en la tasa de interés”.

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