58% de los trabajadores afirma que no tiene claridad sobre cómo se está midiendo su desempeño mientras está en home office

12 de Agosto 2020 | Publicado por: Edgardo Mora - Comunicado de Prensa
Fotografía: Archivo

Esta modalidad no ha podido ser evaluada tal como hubiese ocurrido en una situación normal

Diversos estudios han demostrado que la implementación abrupta y masiva que tuvo el home office en medio de la emergencia sanitaria que atraviesa el país, no ha tenido la misma valoración por todos los trabajadores o, al menos, esta modalidad no ha podido ser evaluada tal como hubiese ocurrido en una situación normal. Y es que sin duda el mercado en general se está viendo perjudicado por los efectos de crisis y los constantes desafíos planteados por la pandemia han provocado grandes cambios en el ámbito del empleo, además de modificaciones en las habilidades requeridas por las compañías.

Lo blando sobre lo técnico

De hecho, hoy más que nunca, las evaluaciones laborales privilegiarán lo blando por sobre lo técnico, es decir, en primer lugar se pondrán a prueba competencias como capacidad de adaptación a las fluctuantes demandas del negocio, expertise en análisis y resolución de problemas, destreza para construir relaciones de confianza con el equipo, visión de futuro y potencial para crear e impulsar la innovación, por mencionar algunas; un terreno en que la capacitación, ya sea corporativa o por cuenta propia; y las evaluaciones de desempeño juegan un rol clave, especialmente en periodos como el que estamos viviendo.

Sin embargo, un estudio de la consultora Randstad, realizado a más de 800 colaboradores de diferentes cargos e industrias, reveló que las compañías han sido poco claras al momento de comunicar lo que esperan del desempeño de su personal mientras están home office y acerca de cómo van a ser medidos durante el tiempo que teletrabajen. A nivel general, 58% evalúa este ítem con una nota entre 0 y 6, considerando 0 la puntuación más baja y 10 la más alta; 22% lo califica con 7 u 8; mientras que solo 20% le asigna un 9 o 10, avalando la gestión de su organización en este sentido. Si analizamos los datos por rango etario, del total de detractores, es decir, quienes posicionan a su firma en el tramo más deficiente en este aspecto; 38% de los encuestados pertenecen al grupo de 35 y 44 años, seguidos por los trabajadores de 25 a 34 años, con 36%; y por los profesionales de 45 a 54 años, con 15%; mientras que en los mayores de 55 llega a 7% y en los jóvenes de 18 a 24 años alcanza 4%.

Metas claras

Al respecto, Natalia Zúñiga, directora de marketing y comunicaciones de Randstad, señala que con o sin home office e independientemente de la edad de los colaboradores, es fundamental que todos conozcan sus objetivos para que, tanto los líderes de equipo como cada uno de los trabajadores, puedan realizar un seguimiento constante y visualizar cómo han ido avanzando en el cumplimiento de sus metas, las cuales evidentemente deben ir en línea con las de la firma. Así, “cuando se establece un método para medir el rendimiento del personal, además de ser comunicado de manera clara y transparente a todos los miembros de la organización y luego generar una instancia de retroalimentación, se está reforzando el vínculo entre los objetivos centrales del negocio y los que día a día, lo que resulta sumamente estratégico. En este sentido, la capacidad de comunicación que tengan los jefes es fundamental para maximizar los resultados de la organización, uno de los principales desafíos que hoy enfrentan las organizaciones en medio de la emergencia sanitaria y la paralización de las operaciones un sinnúmero de industrias”, enfatiza la directiva. Incluso, de acuerdo al estudio Tendencias anuales de RR.HH. 2020-2021 de Randstad, las prioridades de los departamentos de gestión de personas también se han visto

impactadas por la crisis y, a diferencia de 2019, cuando mantener a los empleados bien informados ni siquiera estaba entre los 5 principales desafíos de rr.hh., este año ocupa la posición número tres, con 39%2; “tomando en cuenta que frente al contexto actual las organizaciones deben tener una comunicación abierta, sincera y humana con sus colaboradores, no solo de manera presencial, sino que adicionalmente tener capacidad de motivar a distancia”, puntualiza.

De esta forma, queda de manifiesto que la claridad de los mensajes en relación a las funciones y metas de los trabajadores es imprescindible, pero igualmente hay que considerar que debe ser parte de una estrategia que vaya acompañada de seguimiento, “no para que la gente se sienta presionada, sino que, muy por el contrario, para que encuentren apoyo cuando lo requieran y sus líderes puedan guiarlos en momentos complejos, lo que manejando equipos de manera remota se hace más complejo pero no imposible”, explica Natalia. De hecho, la experta comenta que, según el Workmonitor de Randstad del primer trimestre de 20193, el 69% de los encuestados sostiene que una revisión de su rendimiento le da luces sobre cómo está haciendo su trabajo y qué puntos debe mejorar. Por otro lado, 35% afirma que tener la oportunidad de recibir retroalimentación aumenta su motivación, aspecto clave para incrementar la productividad; 32% indica que le ayuda a aprender y a desarrollarse; 25% menciona que lo hace sentir parte del grupo; mientras que 24% dice que una evaluación lo hace más eficiente en su rol4, finaliza.