Vender elementos escasos y de imperiosa necesidad a precios muy superiores a los previos a la pandemia, acaparar o especular, son algunos de los desafíos a superar.
Con antecedentes como la denominada colusión de los pollos y los riesgos sobre especulación, manipulación de precios o acaparamiento de productos de primera necesidad, consultamos sobre cuáles son los principales desafíos que plantea el Covid-19 para la ética de los negocios.
Es así como, en entrevista con este medio, José Rigoberto Parada, profesor emérito de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Concepción, responde algunas de las interrogantes planteadas anteriormente.
Cabe señalar que Parada cuenta con un prolífico número de publicaciones en el ámbito científico económico donde aborda temas éticos tales como: “Finanzas. Su Dimensión Ética”; “Finanzas de Empresa, Teoría Financiera y Ética”; y “Especulación en Mercados Financieros. Su concepción económica y alcances éticos”.
– En su experiencia, ¿cómo podría resumir una definición de qué es ética de los negocios?
– La ética es una ciencia que estudia razonadamente, en base a evidencias, los actos humanos desde una óptica de su bondad o maldad. Es entendida como algo práctico de vida para hacer una sociedad buena. Por tanto, la ética no es algo voluntarioso y que se le ocurra a cualquiera. Estos principios se aplican en los negocios y en las profesiones, y se denomina deontología. Hay principios éticos que no necesitan demostración, ya se hizo en generaciones pasadas y no se discute. Por ejemplo, robar, matar, denigrar y muchos más.
– Teniendo en cuenta la ética de los negocios, ¿qué prácticas actuales podrían considerarse contrarias a la ética?
– Hoy se tiende a confundir ética en negocios con códigos de ética. Estos últimos son normas disciplinarias y que contienen sanción. La ética, en cambio, es sancionada por la conciencia personal cuando esta es libre de coacción. El juez de la ética es la conciencia y no la ley ni las sanciones disciplinarias. En los negocios privados lo que predomina, desde la ética económica, es obtener beneficios y ojalá su máximo. Pero los beneficios están condicionados por la ética de otras escuelas, como respeto a la vida, al medio ambiente, a las personas y otras. En toda actividad comercial deben analizarse las virtudes humanas de justicia que es “darle a cada uno lo suyo”, prudencia, que significa ser realista con buen juicio; fortaleza, que modera el ímpetu de riesgo; y la última es la templanza, que es moderación de los excesos. Quienes no respeten estas virtudes serían actos contrarios a la ética.
– ¿Hay hoy problemas éticos en la venta de mascarillas, medicamentos, ataúdes, exámenes médicos, a propósito del coronavirus?
– Sí, hay problemas, porque hoy son elementos escasos y estamos frente a su imperiosa necesidad y en tal caso no es ético venderlos a precios muy superiores a los que había antes de la pandemia, ni acaparar para especular y obviamente no robar ni engañar. El obtener beneficios o utilidades es un objetivo ético en todo negocio, pero sujeto a las restricciones de las otras escuelas éticas como el formalismo de I. Kant, el vitalismo de F. Nietzche, la perfección de Tomás de Aquino, entre otras. Además del respeto a las normas y leyes. Es decir, el beneficio o utilidad tiene límites éticos y no debe ser un libre albedrío.
– ¿Qué recomendaciones éticas daría a quienes quieran evaluar oportunidades de negocio tras la aparición del Covid-19?
– El fin ético es conseguir un objetivo bueno, un negocio bueno, mediante un camino bueno y correcto para hacer el bien a la comunidad. Este es con coronavirus o sin él. Todos debemos plantearnos la pregunta frente a cualquier caso: ¿Es bueno lo que estoy haciendo?, que nace espontáneamente, pues llevamos principios éticos incorporados en nuestra mente y hay que explorarlos y usar siempre la duda ética espontánea, y hacerse la pregunta, pensar sobre ella y responderla para dejar la conciencia tranquila.
– ¿Qué desafíos plantea el Covid-19 desde la perspectiva de la ética de los negocios?
– El principal desafío tecnológico y científico hoy es obtener un producto (vacuna u otro) que resuelva el problema. La ética de los negocios aparecerá en una segunda etapa en la forma de cómo se comercializará este producto. Por un fin ético global frente a este letal virus, es que no debería producirse precios exorbitantes, facilitar las cadenas de distribución a la población mundial y evitar el monopolio del producto. Obtener beneficios económicos con el probable producto no está contra la ética de negocios, pero hacerlo de mala manera sin las restricciones que impone la ética general es completamente incorrecto. Se requerirá un trabajo mancomunado entre empresas, gobiernos y la comunidad tal que se manifieste la justicia ética.
Respecto a un cambio de comportamiento ético después del coronavirus no soy optimista, no es la primera pandemia letal de la humanidad ni el primer terremoto social, ha habido muchos y los cambios posteriores es lo que hoy tenemos, que la ética parece ser más un idealismo.