Los especialistas coincidieron en que desaparece el fantasma de la recesión técnica, no obstante, el empleo y la inversión son los factores que más se resentirán al menos durante el primer semestre.
“Si bien la situación político social y las cifras macroeconómicas hacían prever que Chile entraría en una recesión técnica, lo cierto es que al lograrse cierto nivel de acuerdos en materia política ha permitido amortiguar los efectos de la crisis. Igualmente, tendremos cifras preocupantes: es posible que enero también sea negativo o cercano a cero, sin olvidar que 2019 cerrará en 1%, siendo las estimaciones previas crecer entre 3,5%-4%, lo que es preocupante”.
“A su vez, el desempleo se aproxima peligrosamente a los dos dígitos, lo que implicaría 1 millón de personas cesantes”.
“En cuanto a inversiones, estas van a la baja, debido a que es el segmento más sensible ante la incertidumbre. Con todo, creo que cerraremos en 2020 con una tasa de crecimiento del 1%, al igual que en 2019, pero con una tasa alta de desempleo durante el primer semestre”.
“Mi expectativa de crecimiento para este año es que no deberíamos pasar el 1%, dependerá mucho de lo que suceda, porque hay mucho por resolver: el tema constitucional, una posible reactivación de disturbios violentos, lo que genera mayor volatilidad y menor demanda interna, lo que implica menores precios y menos actividad”.
“Si la caída es muy pronunciada, el Banco Central bajaría la tasa de interés, espacio tiene, y así cumplir su meta de inflación y empujar una cierta recuperación del consumo. Pero se está viendo que en términos de expectativas personales y empresariales, estas van a la baja, entonces, no se ve un buen panorama para este año en términos económicos, a no ser que en abril se vea un proceso civilizado, más allá del resultado. Pero hasta esa fecha, no veo una mejora en relación a lo que se espera. Además, están factores externos como el Coronavirus, que también pegará mucho a China, lo que puede impactar negativamente en el precio de los commodities, entre ellos, el cobre, lo que también es una mala noticia”.
“Las proyecciones económicas para el 2020 no son muy promisorias, de un 3,5% proyectado a inicios de 2019, hoy se habla de un crecimiento entre el 1 y 1,5%, esto significa un crecimiento nulo en términos per cápita. De estas variables es probablemente la inversión la que va a tener una caída más fuerte que se estima en un 5% de reducción para el 2020, lo cual comprometerá también el crecimiento del 2021.
El empleo se verá afectado más lentamente, porque las decisiones de despido y de cierre se van haciendo en forma lenta, pero se estima que a Marzo del 2020, la tasa de desempleo se acerque al 10% pudiendo superar esa cifra a mediados del año, dependiendo del acontecer político del año. Respecto al Banco Central, cuyo objetivo primordial es mantener la inflación bajo control, es probable que decida continuar dando estímulos y bajando aun más la TPM siempre que la inflación este controlada como ha ocurrido ahora, lo cual es más probable que ocurra con una economía estancada como la chilena”.
“En condiciones normales, proyectar variables macroeconómicas es difícil. Esta dificultad aumenta con la incertidumbre que ha generado el estallido social. Esta incertidumbre implica que las proyecciones pueden ser aún menos fiables que en años anteriores. Dicho esto, se prevé que dadas las condiciones de confianza empresarial (Imce de noviembre 2019) la inversión debiera reducirse dados los mayores costos que enfrenta el sector empresarial: la subida del dólar (importación de maquinaria e insumos productivos) y las alzas de las tasas bancarias en general.
El número de despidos por necesidades de la empresa en noviembre sugiere que continuará un alza en el desempleo que debiera menguar dependiendo de cómo progrese la recuperación económica.
La TPM (Tasa de Política Monetaria) debiera mantenerse al principio de año, esperando retroalimentación de los números macroeconómicos y, sobre todo, ver si se logran acuerdos sociales transversales que ayuden a reducir la incertidumbre, que es una de las claves para una recuperación económica. En caso contrario, se podría esperar una reducción en la TPM para impulsar la economía con la subsecuente expansión monetaria”.
“Durante el primer semestre, la inflación debería mostrar un sesgo al alza, pero en forma moderada. Esto significa una inflación en 12 meses en torno al 3%. Si bien el aumento del tipo de cambio y el precio de los combustibles, entre otros, serán las principales variables que empujaran la inflación, la necesidad de un mayor estímulo de la demanda interna, contribuirá en atenuar efectos más severos sobre el precio”.
En cuanto al empleo, Segura dijo que “las cifras de desempleo que se han conocido son menos malas de lo esperado. Esto significa que podríamos tener tasas de desempleos más altas, pero en rangos moderados, en torno al 8%”.
TPM: Es probable que el Banco Central mantenga una sesgo expansivo en su política monetaria. La economía chilena necesita liquidez, por lo cual es poco probable que durante el primer semestre el instituto emisor cambie de estrategia, estimó.
Inversión: “Es una de las variables más complejas durante este primer semestre. La incertidumbre respecto de la capacidad del gobierno para retomar la paz social, mantendrá mayores restricciones en el acceso al crédito. Por otro lado, los inversionistas mantendrán acotada su disponibilidad a financiar proyectos de inversión con mayor nivel de riesgo”.