La crítica que hacen expertos es que la flexibilidad que se propone en el artículo 28 atenta contra el espíritu de la ley y que, además, es inaplicable, explicaron.
Fue el 8 de marzo de 2017 cuando fue ingresado el proyecto de ley que busca rebajar la extensión de la jornada laboral de las 45 horas actuales a 40 horas semanales. Hoy se encuentra en su segundo trámite constitucional en el Senado.
Previo a eso, abogados laboralistas expusieron ante la Comisión de Trabajo, donde coincidieron en los beneficios del proyecto, pero con reparos frente al artículo 28, que quedó consagrado. Este precisa que “sin perjuicio de lo anterior, en las empresas en que existan sistemas de trabajo por turnos (…), la jornada semanal del artículo 22 podrá, por acuerdo de las partes, promediarse en períodos bimensuales o trimestrales de distribución de días de trabajo y de descanso (…)”. Este artículo es visto, por parlamentarios y expertos, como algo que retrotrae todo lo que se espera avanzar con el proyecto de 40 horas.
La abogada coordinadora del programa de Trabajo del Instituto Igualdad, Patricia Silva, indicó que la jornada laboral de Chile es una de las más extensas entre los países de la Ocde.
Silva coincidió en las inconveniencias del mencionado artículo que permite promediar, por acuerdo de las partes, períodos bimensuales o trimestrales. “Este es el aspecto de mayor observación. Técnicamente, el artículo es deficiente, no se entiende el objetivo. No establece cómo una jornada mensual se va a poder concordar para luego pactarse jornada bimensual o trimestral. ¿Se quiere contar con un banco de horas? Tiene muy poca claridad, lo cuestionamos no sólo desde el punto de vista laboral, sino que también de su implementación”, detalló.
En tanto, la presidenta de la Asociación de Abogados Laboralistas de Chile, Carmen Espinoza, sostuvo que “aunque la ley diga hoy que son 45 horas semanales, la mayoría trabaja más y, en muchos casos, a pesar de esto, no se les pagan las horas extra y aquí tenemos un tema de partida: mejorar la calidad de vida de los trabajadores, lo que incluso mejora la productividad, porque en la medida que el trabajador se sienta menos presionado a estar más horas en la empresa, mejora su ánimo”.