Economía y Negocios

Innovación mundial incorporó alfarería de Nacimiento

Cuando era pequeño no alcanzaba los tornos para trabajar, eran más grandes que yo y rústicos, con un pie tenía que darle la vuelta a la rueda de madera y subirme al asiento nuevamente para trabajar”

Por: Silvanio Mariani 23 de Noviembre 2019
Fotografía: Cedida

A los 7 años hizo su primera pieza de arcilla, de abuelo y padre alfarero, el emprendedor proveniente de la comuna de Nacimiento, Marco Barra, llevaba en su sangre lo que hoy en día es su sustento y su pasión, un emprendimiento dedicado a la construcción de piezas únicas utilizando técnicas ancestrales, el cual además, forma parte del ciclo de charlas Me Lanzo!, proyecto apoyado por el Comité de Desarrollo Productivo Regional-Corfo Biobío y ejecutado por Gestiona Biobío en colaboración con TVU.

Lo que comenzó como un trabajo impositivo, para un pequeño niño que sólo prefería jugar, se transformó en una forma de vida y en la mantención de un oficio que parecía perdido, ya que, siguiendo la tradición familiar, Marco desde muy pequeño tuvo que aprender el oficio. Sin embargo, el valor no se lo dio de forma inmediata. Luego de que fue despedido de su trabajo en una conocida forestal y su padre falleciera, el menor de 5 hermanos tuvo que volver nuevamente al taller, esta vez quebrado e ingeniárselas para aportar económicamente en su hogar.

“No fue fácil, el taller sufrió una fuerte recesión en la década de los 90s y 2000’s, ya que empezó a llegar mucho plástico a Chile y nuestras piezas fueron desvalorizadas. Pero todo cambió en 2006, cuando mi esposa me dio ánimo para continuar y así, fui construyendo piezas en paralelo al trabajo que había conseguido en aquella época. Gracias a eso, me di cuenta en ese momento, que tenía habilidades diferentes, logré hacer piezas únicas y los decoradores comenzaron a llegar por dato a mi taller”, explicó el emprendedor.

De la misma forma, Marco llegó a ser parte de Mapuguaquén, un innovador emprendimiento liderado por un chileno radicado en Europa, financiado por Corfo y dedicado a la realización de parlantes de arcilla que mezcla la tradición alfarera con una tecnología de audio de punta. Según comenta, tuvo que dejar la industria maderera, la cual mueve generalmente la economía en el lugar donde vive, para dedicarse a tiempo completo a su oficio, el cual afirma sentirse muy orgulloso.

“Cuando era pequeño me daba vergüenza decir que mi papá era artesano, porque era mal visto en aquella época. Hoy en día no, existen muchas personas que valoran mi trabajo y me siento muy orgulloso de aquello. Al margen del tema económico, siento que soy un aporte, quiero dejar un legado, que la gente me recuerde por las cosas positivas que yo he hecho”, afirmó.

El emprendedor nacimentano ha trabajado para reconocidas marcas y proyectos, viajando a su vez, por diferentes partes del país dictando charlas acerca de lo que sabe hacer. Hoy, en su taller donde trabajan entre 7 y 10 personas, aspira a seguir haciendo lo mismo. “Más que dar trabajo, recuperamos el patrimonio cultural, darle significado a lo hecho con tus propias manos. Me gustaría hacer talleres de cerámica para niños, regalar becas a esos niños postergados, que no les va bien en los estudios, pero acá se concentran y se transforman, porque al igual que yo les encuentran sentido a sus vidas”, concluyó.

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