No contar con casas y departamentos debidamente aislados genera un impacto económico y en la calidad de vida de los residentes.
Cuando se habla en avances constructivos en las viviendas, lo más común en Chile es la utilización de vidrios de termo panel y perfiles de PVC en las ventanas de casas y departamentos. Este tipo de terminaciones ha evolucionado en segmentos más altos con la introducción de cristales de doble o triple vidrio o con tecnología LOW-E, que reducen la radiación y evitan que el calor penetre al interior de la vivienda.
Sin embargo, hay que avanzar en aumentar la calidad y nivel de aislación que tiene la construcción, porque las paredes y el techo también pueden retener o emitir calor.
“La tendencia en la construcción es ir avanzado hacia la hermeticidad. Paralelamente, se complementa con sistemas de ventilación cruzada, que aseguran que el aire circule al interior de la vivienda a una temperatura confortable con un gasto eléctrico mínimo, similar al de un secador de pelo”, explica Roberto Urzúa, arquitecto y director de Capacitación del Instituto Passivhaus Chile.
Si bien el espesor del aislamiento térmico es una pieza clave, el arquitecto pone énfasis en la hermeticidad, ya que “cualquier discontinuidad en la aislación, ya sea por una falla o por diseño, es un espacio por donde va a entrar el calor”, explicando que uno los principales avances que propone la certificación alemana de construcción eficiente Passivhaus es que reemplaza el paradigma de poner aislación solo en algunas zonas, por una envolvente continua, que recubra toda la casa o el edificio, evitando los escapes de energía.
Hay ejemplos exitosos, como en Dubái, ciudad de Emiratos Árabes donde las temperaturas pueden superar los 40°C, por lo que las viviendas suelen tener el aire acondicionado prendido las 24 horas durante todo el año. Allí se construyó un edificio de oficinas de dos pisos, de más de 400 m2 que, gracias a la aplicación de los principios pasivos y tecnología eficiente, gasta un 80% menos que una vivienda convencional en Dubái. “Es decir, la máxima potencia que necesita para ser enfriada es de 4000 W, que es la de 3 secadores de pelo o dos aspiradoras grandes”, explica Urzúa.