En su primera visita a la zona tras asumir la presidencia del organismo encargado de proponer una estrategia nacional de innovación, Fischer destaca la posición privilegiada de Bío Bío, y expone algunas de las ideas que le han puesto bajo los focos.
A Álvaro Fischer Abeliuk le sobran los epítetos. Darwinista, evolucionista, liberal, ateo, pragmático, antiutópico y otros más. Los calificativos son el efecto colateral de su tenacidad en abordar la realidad política desde el análisis de la naturaleza humana, sus rasgos conductuales, morales e incluso biológicos.
De todas las etiquetas con que le han catalogado, la de “liberal de verdad” es, quizás, la que más le acomoda. En su último libro (De naturaleza liberal, Catalonia, 2017, 292 pág.), Fischer plantea los pilares en que debería fundarse una sociedad moderna, incluyendo el debate sobre el aborto, la eutanasia, la clonación, el homosexualismo y la legalización de las drogas. Al final del día, Fischer no se declara devoto ni del buen salvaje de Rosseau, ni del hombre lobo del hombre de Hobbes. En la sociedad hay de ambos, y el modelo liberal sería la mejor respuesta a las tensiones políticas, sociales, económicas y culturales generadas por las interacciones humanas.
Fischer declaró su voto a Sebastián Piñera, y en agosto fue nombrado por el Presidente para encabezar el Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (Cnid), institución que deberá proponer orientaciones para una estrategia nacional en materia de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación.
Como presidente del Cnid, Fischer hizo un recorrido por el Gran Concepción recientemente, se reunió con autoridades académicas y participó de un taller en el Centro Interactivo de Ciencias, Artes y Tecnologías (Cicat) de Coronel. Por teléfono expuso su visión para el organismo que preside, como también sobre lo que ha visto durante su paso por Bío Bío.
– ¿Cuáles son las atribuciones del Cnid y qué podemos esperar en materia de agenda de ese organismo?
– El Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo tiene como propósito ser un organismo asesor de la Presidencia de la República. Su propósito es presentar ideas y propuestas en materia de innovación, ciencia y tecnología. Queremos entregar un borrador hasta el final del año, y después instalar el Consejo con sus 14 miembros, más el presidente y el ministro (de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación). En este momento, como Consejo, tenemos solo el presidente y cuatro miembros. Es una primera versión, digamos.
– Es propositivo, más que resolutivo…
– Es una institución consejera, no es activa, ni actuante porque no tiene recursos, no tiene mucho personal. Nosotros vamos aconsejar a hacer cosas.
– ¿Cómo evalúa Ud. el ecosistema de innovación en Chile?
– Estamos en una etapa intermedia, y se requiere seguir avanzando mucho más intensamente. Porque estamos inmersos en una sociedad del conocimiento, y el desarrollo del país será el resultado del desarrollo armónico e integrado de la tecnología, la innovación y el emprendimiento. La ciencia crea conocimiento. La tecnología aplica conocimiento. La innovación genera valor. Y el emprendimiento implementa productivamente. La interacción de la ciencia, tecnología, innovación y emprendimiento es lo que permite a los países incorporarse a la sociedad del conocimiento. Si un país no trabaja permanentemente en esa dirección, se va quedando atrás de otros que avanzan más rápido, y muchos de los problemas que enfrentan los países sólo se pueden resolver con ciencia, tecnología e innovación. Piense usted en los problemas del cambio climático.
– ¿Hay recursos para esa agenda que Ud. propone, considerando que la inversión en I+D+i es inferior a 0,4% del PIB?
– Creo que es importante analizar el tema. Si de pronto duplicáramos los recursos, ¿qué pasaría? Lo más probable es que no supiéramos qué hacer, y se desperdiciaría mucho dinero. Que Chile haya destinado un monto reducido a I+D+i, en comparación con países más desarrollados, tiene un punto positivo. Nos ha obligado a ser muy eficientes en el uso de estos recursos. Hacemos ciencia de calidad con menos recursos, y eso es reconocido internacionalmente. Por la cantidad de citaciones en publicaciones científicas, por ejemplo. Creo que debemos ir aumentando los recursos en forma gradual, pero debemos prepararnos, para utilizar estos recursos con eficiencia.
– ¿Qué opina sobre las tesis respecto a que Chile transite desde la exportación de materias primas a productos con alto valor agregado?
– Me parece que el hecho de estar trabajando en el sector de las materias primas o los recursos naturales no invalida la posibilidad de tener crecimiento y desarrollo. Para desplegar los recursos naturales se necesita de tecnologías cada vez más elaboradas. Las compañías que hacen eso están cada vez más en la punta y se ven forzadas a generar mayor conocimiento. Es decir, el proceso también se retroalimenta. Cuando uno piensa en las empresas mineras o forestales, uno observa el nivel de tecnología e innovación que tienen que incorporar a sus procesos. De otra manera sería imposible, para estas empresas, mantenerse competitivas. Nos encontramos en un mundo competitivo en que todos los países quieren mejorar su situación. Todos quieren avanzar y, por lo tanto, se requiere la creación de valor. Se puede hacerlo trabajando con materias primas.
– A propósito de eso ¿qué impresiones se llevó tras su visita a Bío Bío.
– La verdad es que estoy muy impresionado con el esfuerzo que se hace en Bío Bío. Cuando visité la Región la semana pasada me llamó mucho la atención la instalación universitaria con que cuenta, los centros de investigación. Hay una comunidad vibrante y que puede dar resultados muy interesantes para el país.
– Seguramente pudo informarse más en detalle sobre el Pacyt….
– Efectivamente, y me dio una muy buena impresión. Hay un gran esfuerzo de la Universidad de Concepción, y también del mundo industrial tradicional, de los científicos. Creo que en esta región están las capacidades, las interacciones, el sentido de pertenencia que son necesarios para desarrollar una actividad de este tipo como es el Pacyt. Chile debe tener polos de desarrollo y no tengo dudas de que la Región del Bío Bío debería ser uno de ellos.
“No soy favorable a una educación universitaria gratuita para todos. Debe ser gratuita para los que están en condiciones más vulnerables. Pero los que pueden pagar, deben pagarla”.
“El Estado cumple el rol de ente regulador que debe entregar mejores condiciones para los que tienen menos capacidades u oportunidades”.
“No me gusta definir la realidad con una sola palabra. Creo que existen en Chile las personas que son liberales en la economía y conservadoras en los temas valóricos, pero también los que son liberales en temas valóricos y más conservadores en economía. La sociedad es la mezcla. Así construimos la democracia y vamos avanzando”.
“Las universidades cumplen un rol importante en el desarrollo de ciencia, tecnología, formación de científicos e innovadores. Pero tienen que integrarse con el sector productivo y otros ámbitos de la producción de bienes y servicios. Hay que lograr que las empresas se acerquen a las universidades. Claro, es fácil decirlo, pero difícil lograrlo”.
“La gran fuerza del ideal liberal es que admite las conductas en vez de prohibir conductas. En cambio, los conservadores prohíben no solo a ellos, sino que a todos. Esa asimetría entre quien es liberal y quien es conservador es la fuente de los problemas”.
“Rosseau estaba equivocado. No hubo un momento en que el hombre fue bueno y de pronto la sociedad lo hizo malo. Tampoco puedo decir que todos son malos, que todos son lobos. La Humanidad tiene de las dos cosas, y nuestro trabajo como civilización es perfeccionar la sociedad”.