Iniciativa es el resultado de una tecnología desarrollada por el Centro de Polímeros Avanzados. Se utilizará el aserrín de Pino Radiata como materia prima.
El doctor Rodrigo Briones, del Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (Cipa), lideró un equipo que desarrolló el primer material de origen renovable denominado FlexBio, con aplicaciones en agricultura, retail y para la recepción de residuos orgánicos de origen doméstico.
Esta tecnología, que contó con el apoyo de Conicyt, recibió el premio a la innovación en la Semana de la Madera 2019, organizada por Corma y, actualmente, es finalista del premio Avonni, que organiza el Ministerio de Economía, junto a El Mercurio y TVN, siendo seleccionado entre más de 300 proyectos.
El producto posee características singulares, puesto que se diferencia de los plásticos tradicionales al ser un pellet biodegradable y compostable derivado de aserrín de pino radiata, un residuo proporcionado por Pymes madereras de la Provincia de Arauco. Este bioplástico puede soportar períodos determinados de tiempo o condiciones específicas del ambiente, como las lluvias y la radiación solar.
La tecnología FlexBio desarrollada por Cipa está en etapa de transferencia a una cooperativa maderera de Pymes, denominada Coopemad Arauco, que construirá una planta piloto para producir y comercializar el producto. La inversión alcanza los 200 millones en infraestructura y otros 100 mil dólares en maquinaria.
Según explica Briones, FlexBio está orientado a aplicaciones agrícolas (recipientes tipo macetero, mulch, tubetes, clips) retail (bolsas camiseta) y domiciliarias (bolsa compostable para residuos orgánicos).
En el caso de las madereras de Arauco, la tecnología FlexBio “diversifica la oferta de los productores con el objetivo de aumentar la productividad”, destacó el investigador. Se trabaja con una veintena de micro y pequeños empresarios, que nunca han tenido acceso a tecnologías o innovaciones de ese tipo.
“FlexBio es un producto regional que es producido con materias primas nacionales y con gran potencial de transferencia a otros polos madereros del país”, agregó Briones.
En este sentido, Cipa perfecciona una línea de negocios que agrega valor a productos y subproductos forestales, impulsando el desarrollo de innovaciones y trabajos asociativos.
Los avances desarrollados en los laboratorios de Cipa son extrapolables a otras áreas o actividades, por lo que hoy en día trabajan con socios estratégicos para desarrollar ideas innovadoras que entreguen ventajas comparativas para lo que se produce, tanto en Bío Bío como en el resto del país.
En el caso de FlexBio, el producto es sometido periódicamente a evaluaciones de desempeño, según normativa europea y procedimientos estandarizados, de modo a comprobar sus propiedades físicas y mecánicas, las biodegradabilidad, y la compostabilidad, entre otras variables.
También, se ha evaluado la aptitud del producto con pruebas en terreno, en vista de asegurar rangos de desempeño y sugerir condiciones de aplicación, cuyos resultados se han materializado en una variedad de FlexBio.